A menos de un mes de las elecciones nacionales, el Círculo Rojo —el conjunto de grandes empresarios que influye en las decisiones económicas del país— expresa creciente preocupación por la continuidad del plan económico del Gobierno. La mayoría de los líderes empresariales anticipan una derrota del oficialismo en las urnas y temen que una victoria del peronismo implique un retroceso en las reformas implementadas hasta ahora.
En reuniones privadas con el ministro de Economía, Luis Caputo, los empresarios han transmitido su inquietud por la falta de un plan de contingencia ante una posible derrota electoral. Caputo, por su parte, ha señalado que la clave para atender sus reclamos es ganar las elecciones. Sin embargo, los empresarios consideran que esta postura es insuficiente y exigen medidas concretas para garantizar la estabilidad económica en el período posterior a los comicios.
Uno de los principales reclamos del Círculo Rojo es la liberación del tipo de cambio. Los empresarios consideran que las bandas cambiarias implementadas por el Gobierno han sido una herramienta útil para administrar la economía en el corto plazo, pero advierten que no son sostenibles a largo plazo. Por ello, exigen que el dólar sea liberado tras las elecciones, aunque con la condición de contar con el respaldo de Estados Unidos, a través de un acuerdo que aporte dólares frescos a las reservas internacionales.
Primero te suelta la mano el mercado. Después el círculo rojo.
Y al final… 👋pic.twitter.com/wgxZwYvW9N
— Sergio Chouza (@SergioChouza) September 30, 2025
Aunque algunos sectores del empresariado consideran que la dolarización podría ser una opción viable para eliminar el riesgo de devaluación, la mayoría se muestra reticente a esta medida. Un gerente del sector agroindustrial señaló que la dolarización podría facilitar la estabilidad económica, pero advirtió que también implicaría renunciar a la soberanía monetaria del país.
Mientras tanto, el equipo económico del Gobierno mantiene su estrategia de esperar a los resultados electorales antes de tomar decisiones clave. Sin embargo, los empresarios advierten que esta postura podría generar incertidumbre en los mercados y afectar negativamente la confianza en la economía argentina.