El inicio de enero de 2026 se presenta complicado para los bolsillos argentinos, con siete aumentos confirmados en servicios esenciales que generarán una presión adicional sobre la inflación. Entre los incrementos se encuentran alquileres, tarifas de energía, precios de combustibles y servicios de transporte, lo que anticipa una “cuesta de enero” potencialmente complicada para los consumidores.
A pesar de que la inflación muestra signos de desaceleración en comparación con años anteriores, la combinación de los aumentos en tarifas y alquileres se convierten en un factor crítico para el costo de vida. Las proyecciones apuntan a que esos ajustes podrían trasladarse a otros precios, lo que se convierte en un punto de atención para los analistas económicos que seguirán de cerca estos movimientos.
Los inquilinos se enfrentan a un aumento significativo en sus contratos que aún están bajo el Índice de Contratos de Locación (ICL), que rondará el 36% anual. Aunque la desregulación ha reducido el impacto de estos contratos en el mercado, aún hay un número considerable que los mantiene como un foco de tensión en el gasto mensual de los hogares.
Por otro lado, el nuevo esquema de subsidios energéticos comenzará a aplicarse en enero, implicando un aumento gradual de las tarifas de luz y gas. Este cambio busca reducir la asistencia estatal y trasladar más costos a los usuarios. Aunque se ofrecerán bonificaciones temporales, se prevé que las facturas de electricidad y gas serán más elevadas, especialmente para los hogares de ingresos medios y altos.
AUMENTOS: A partir de enero, el 45% de los usuarios quedará sin subsidios en su factura eléctrica y habrá fuertes aumentos en el gas. Tras cerrar la consulta pública del régimen de Subsidios Energéticos Focalizados. pic.twitter.com/TfiCrdF7VK
— El Siglo de Tucumán (@ElSigloTucuman) December 29, 2025
Además, el incremento en los precios de combustibles se debe a la actualización de impuestos y la dinámica de precios internacionales del petróleo. Se espera que este aumento no solo impacte en el precio del combustible, sino que también tenga efectos multiplicadores en otros sectores, como el transporte y la logística, agravando aún más la presión inflacionaria.
El transporte público también sufrirá ajustes, con aumentos confirmados en pasajes de colectivos y subte, que se incrementarán a $1259 en Buenos Aires. Este panorama se completa con ajustes en los servicios de telefonía e internet, que seguirán la tendencia de aumentos propios del inicio del año.
En general, se proyecta una inflación mensual alrededor del 2%, lo que, aunque es una leve aceleración, se sitúa por debajo de tasas de años anteriores, indicando que los ajustes son parte de un reacomodamiento de precios relativos en lugar de un rebrote inflacionario generalizado.
