A más de un funcionario porteño se le debe haber atragantado su almuerzo cuando los teléfonos empezaron a sonar. "¿Qué, por qué, cuándo, cómo y dónde?" Son las preguntas básicas del periodismo y como debe ser, fueron las preguntas base de la polémica. ¿Porqué se pasa de 25 millones de pesos a 280?, ¿cuándo lo decidieron?, ¿cómo se distribuyen?, etcétera; una batería de preguntas que dispararán los bloques opositores al PRO, por el nuevo anuncio del Ministerio de Desarrollo Urbano en el que -según dejaron trascender los pocos que obtuvieron de primera mano la información- se destinarán 280 millones de pesos a las obras de restauración del Teatro Colón y la empresa que deberá llevar adelante tal tarea, con plazo final 31 de diciembre de 2009, será Syasa (Seminario y Asociados SA).
Si bien la información a la que accedieron 3 matutinos porteños había sido publicada en los últimos días, la polémica se desató este miércoles, en las horas previas a la reunión de labor parlamentaria en la que luego se anunciaría que el tratamiento de la Ley de Autarquía del Teatro Colón debía seguir esperando, al menos, hasta que los pedidos de informe sobre el desagregado de las obras, llegaran a las manos de la oposición, "cosa que no les va a costar ya que decidieron informar a los medios antes que a nosotros", aseguró un legislador K, un tanto ofuscado por ser el "ultimo orejón del tarro".
Syasa presentó dos propuestas y fue la encargada de la ampliación del aeropuerto de Ezeiza, de varios proyectos que llevan la firma de Alan Faena y de emprendimientos inmobiliarios de Puerto Madero. Según su página de Internet, cuenta con una importante cantidad de obras de gran envergadura y pocos trabajos sobre edificios históricos.
José María Cacciolla, encargado de la Unidad de Proyectos Especiales, y el ingeniero Rodolfo Seminario, representante de Syasa, explicaron en una reunión a puertas cerradas pero con ventanas abiertas que en la obra "el Estado porteño invertirá casi 280 millones de pesos a lo largo del año actual y los dos siguientes. El pico mayor ocurrirá la temporada próxima, cuando la cifra trepe a los casi 184 millones y cuando habrá hasta 600 personas trabajando, entre profesionales, obreros y técnicos".
En el mini encuentro con la prensa ambos personajes desmintieron que las obras actuales de restauración y renovación tecnológica de la centenaria sala se encuentren paralizadas, algo que asegura todo el arco opositor en la Legislatura, músicos y personal del Teatro. En esa reunión también estuvo la arquitecta Sonia Terreno, ex directora del Master Plan, quien seguiría en este proyecto.
Que todo esto se conociera antes de aprobar el proyecto en el que el bloque PRO había hecho un trabajo de hormiga, la autarquía del Teatro Colón, cayó como un balde a agua fría en las filas macristas del parlamento porteño y no es más que una muestra de los grandes problemas de comunicación que existen entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Solo una pastillita de 350 caracteres pudo más, la información llegó a mano de todos los que abordan el subte en la Ciudad y los teléfonos comenzaron a sonar. Reuniones de último momento, llamados telefónicos y la caída definitiva del tratamiento del proyecto.
"On the reccord" podrá decirse que "los problemas en Educación son esta semana más urgentes", pero lo cierto es que "no debía trascender, faltó ‘timing’ ", resaltarán los que más saben en los pasillos de Perú 160.
El bloque PRO llegaba, después de muchos meses de discusión con el proyecto de autarquía consensuado, listo para ser aprobado. Sin embargo, se fue de la labor parlamentaria con una citación al ministro Daniel Chain y a los encargados del Plan de obras en el Teatro Colón y un pedido de auditoria de corte que no aprobaron.
Según deslizaron asesores de ambos lados, la citación fue un trueque realizado en las horas de almuerzo, ya que el bloque K tenía intenciones de elevar un pedido de informes que atrasaría aún más el tratamiento de la autarquía. En tanto, el pedido de auditoría de corte denegado fue realizado por la legisladora de Nueva Izquierda, Patricia Walsh.
