La visita se mantuvo bajo siete llaves. Nadie habló una palabra tal como le pidiera la ministra Nilda Garré a los concurrentes. Pero NU siempre algo averigua y te lo cuenta.
La charla se desarrolló sobre tres ejes: el despliegue operativo del Ministerio de Seguridad, la reconversión tecnológica tanto de las fuerzas de seguridad como de la estructura organizacional de la misma (la creación de un área de estadística de delitos) y la participación comunitaria que funciona como dato extra o testigo del grado de conflictividad en los barrios.
La ministra puso especial énfasis en los programas "Operativo vigía" y "Buenos Aires ciudad segura".
También se habló de las mesas de seguridad por Comunas que se están desarrollando, donde la principal demanda de los vecinos surge de la falta de mantenimiento de los espacios públicos, que repercute en el fomento de conflictos. Y de la falta de condiciones mínimas de habitabilidad, destacando que estas cuestiones son exclusivas competencia del Ejecutivo de la Ciudad y del área de Espacio Público.
Otro punto de importancia para Garré resultó la reconversión que están haciendo los patrulleros de la Policía Federal, lo que les permite tener un mejor servicio en tiempo de respuesta.
LAS PERLAS
Al terminar la reunión, Aníbal Ibarra, tras intercambiar charlas con los concurrentes acerca de la necesidad de coordinación de cámaras y patrullaje entre Nación y Ciudad, sorprendió con un discurso que fogoneaba la candidatura de la ministra Garré para el 2015. El ex jefe de Gobierno mantiene una buena relación con la ministra tras haber compartido ambos la aventura del Frepaso. Es sabido que Ibarra tiene dificultades con el kirchnerismo porteño y quizás por eso su apuesta es saltar todos los estamentos y alcanzar un plan del que solo participan, por ahora, los principales popes del Gobierno nacional.
La otra nota destacada fue el reto de Garré a María José Lubertino por su adicción al Twitter. "Por favor, ¿podés pararde twittear?", le espetó la ministra en plena reunión aunque no logró poner colorada a la blonda legisladora, porque ya está acostumbrada.
