Expecies en extinción

Expecies en extinción

Marx escribió que no hay economía que no sea política. O: que la distribución de la renta depende la política que la dirige. Las paritarias que definirán el salario de los estatales deberían considerarse bajo ese foco.


La demorada paritaria de los empleados públicos porteños pareciera que esta semana tendrá su desenlace. Aunque todavía se pueden escuchar los crujidos de la pulseada entre el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y los gremios municipales. A la fecha, la pelea la gana el empresario: algunas veces por puntos, otras por knock out y otras no se sabe.

El martes, los jueces de la Sala I en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad, Carlos Balbín, Esteban Centanaro y Horacio Corti, respaldaron una de las primeras medidas de la administración Pro: no renovar los contratos que finalizaban el 31 de diciembre pasado. En ese momento, como se recordará, los sindicatos realizaron movilizaciones y el jefe de Gobierno, enojado, redobló la apuesta con la intervención a la Obsba. Pero con este nuevo fallo, los ex empleados quedan sin vínculo laboral con la ciudad. Al respecto, la justicia dictaminó que "al suscribir el contrato, el agente contratado por tiempo determinado tomó conocimiento de las condiciones de su vinculación con el Estado, entre ellas, el carácter temporario y fecha de vencimiento del contrato".

Es decir, Macri 1, gremios 0.

Ahora, los estatales porteños están negociando con el gobierno un aumento de salarios, que con optimismo los gremios aseguran que va a rondar el 24 o el 25 por ciento, cifra muy lejana a la que anunció alguna vez el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, que nunca prometió más de un 10 por ciento.

"El aumento de la masa salarial total va a estar arriba del 20 por ciento, en tanto aquellos sectores de salarios más bajos van a recibir más o menos un 24 por ciento", dijo a Noticias Urbanas el secretario de prensa de Sutecba, Enrique Pistoletti. El gremialista explicó que aspiran a un ?salario mínimo de 1500 o de 1600 pesos en el área de servicios generales, en tanto para los administrativos estamos peleando por unos 1700 pesos sin adicionales". Pistletti reconoció igualmente que aún no tiene claro el porcentaje de aumento efectivo.

En cambio, sí tiene claro que el jefe de los camioneros, Hugo Moyano, no puso "ningún techo" cuando acordó con el gobierno nacional un aumento del 19.5 por ciento para su gremio. "La nuestra es una discusión totalmente independiente. Supongamos que Moyano nos hubiera puesto un techo, y como se sabe que el salario mínimo de un camionero no es igual al de un estatal porteño, estamos hablando de cuestiones diferentes".

Pistoletti rescató, además, la relación establecida con Grindetti. "No es la misma que tienen los ruralistas con la presidenta", malició, risueño, sin saber las sorpresas que
puede depararle el destino.
Se dice en algunos despachos Pro que en la intimidad, Diego Santilli, vicepresidente primero de la Legislatura, suele admitir que "a nosotros nos mató el aumento del 24 por ciento que se llevaron los docentes". Esto, traducido, quiere decir que va a ser complicado convencer a los sindicatos estatales que el aumento que recibirán será menor que el de los docentes. Si lo dice Santilli.

Si los gremios empataran ese porcentaje con los maestros, el empate estaría asegurado: Macri 1, gremios 1.

En la Legislatura existe una representación, los ?diputados paritarios?, algo así como representantes que tienen facultades para negociar aumentos con los gremios. Son la kirchnerista Silvia La Ruffa; el ex ARI, Fernando Cantero y el PRO, Martín Borrelli.

Pero en la práctica los que llevan adelante esa discusión son el secretario administrativo, hoy Bruno Screnci, y el viceprimero, Santilli.

Pero el que no para de quejarse es Grindetti; hace unos días, antes de la Semana Santa, dijo que el aumento a los estatales "se va a comer todo el superávit que estamos teniendo en la recaudación". La propuesta es otorgarlo en tres pagos (11 por ciento, 6 por ciento y 3 por ciento o algo parecido).

Por el lado de los gremios, Pablo Genaro dijo a este medio que tanto UPCN como ATE están pidiendo un 25 por ciento de aumento: más o menos lo mismo que Sutecba, sólo que éstos admitirían un techo del 21 por ciento para los salarios más altos. Oscar Moscariello, presidente del bloque PRO, dijo que "la política general es que los aumentos de los empleados legislativos tienen que ir en consonancia con los del Gobierno".

Pero la Legislatura saca ventaja, desde que sus empleados lograron un plus por medicación funcional, una reivindicación del 2004, que en ese momento los puso un 20 por ciento arriba del resto. Diferencia que siguen conservando.

Otra es la situación de los docentes porteños, que cierran sus paritarias en arreglo a los acuerdos que establece el ministerio de Educación de la Nación.

Lo barato sale caro

Pistoletti explicó que además de la negociación por el aumento de salarios o sobre los salarios básicos, los gremios están exigiendo otros incrementos. Antigüedad o tarea insalubre, por ejemplo, o por el desgaste que se produce cuando se trabaja con enfermos terminales.

Incrementos también para los trabajadores que realizan tareas nocturnas, sin contar las asignaciones familiares por cónyuges e hijos. Y un convenio para poner en funcionamiento una carrera de administración pública, con incremento por evaluación de desempeño. Finalmente, piden que a los 5 mil trabajadores que están en condiciones de jubilarse se les otorgue una gratificación por haber cobrado en negro gran parte de sus salarios durante años.

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