La semana pasada en horas del mediodía transeúntes, empleados y habitantes del centro porteño escucharon por horas diferentes melodías tocadas con campañas. El origen del acompañamiento musical fueron los ensayos del majestuoso carrillón del Palacio Legislativo porteño.
El carrillón es una estructura metálica que contiene más de 22 campanas (en este caso 30) y que posee un teclado que acciona los martillos.
Majestuoso y único en el país (en el mundo existen sólo siete), se ha mantenido en silencio desde el año 2001. El 11 de agosto volverá a sonar.
En una ceremonia con repeticiones simultáneas en diferentes puntos del mundo donde se localizan estructuras similares (Boston, Roma, Alemania, Australia y Suiza por ejemplo), el carrillón porteño ejecutará melodías tangueras.
Desde el año 1967, el encargado de ejecutar el como un instrumento único a un numeroso grupo de campañas, es el músico y organista, Carlos María Morelli. En esta ocasión interpretará "El Choclo" entre otras obras y será acompañado por un grupo de bailarines.
El evento será transmitido directamente para la televisión alemana. En la ciudad de Apolda, donde se fundieron las campanas del carillón porteño también se realizarán conciertos en simultáneo.
La restauración de la estructura -iniciada hace tres meses- estuvo a cargo por la Unidad Ejecutora de Obras de la Legislatura.
Según detalló el arquitecto Hugo Sánchez, los trabajos se concentraron en los tableros, el teclado y los sistemas de afinación, respondiendo a "la Ley 1.444 en la cual se detalla una serie de puntos a poner en valor y donde la puesta en marcha del carrillón es uno de ellos".
