"Cabo Verde es una reflexión sobre la discriminación. Un médico higienista (seguidor de Lombroso, cuya teoría basada en parámetros físicos decía si eras o no un delincuente) busca entre los ahijados de un presidente muerto, uno de raza aria que no tenga apellido judío o italiano para entregárselo a la viuda, que le pidió un niño porque se siente sola. El elegido vive en la calle y es canillita".
"Su madre, enterada del destino que corrió su hijo, va a buscarlo. Es una obra que, si no la tocábamos desde el lado del humor negro, podía tornarse densa y hermética. La televisión, después de la flexibilización laboral (época de Gasoleros), implicó pasar de trabajar seis o siete horas ?y cobrar si trabajábamos más? a trabajar doce, todo incluido, llegando a catorce horas. Ahora, los productores quieren que una firme que no va a hacer teatro. Es para que no puedas irte un par de horas antes tres o cuatro días. La verdad es que nadie puede hacer televisión y teatro, aun si no firmara. Igual hay gente que lo hace ya que necesita trabajar y resignar sus derechos por sus obligaciones. No lo critico ni escupo al cielo, pero es así. Hay poca ficción y para hacer la que hay, tenés que resignar todo lo demás".
Impasse 1: Nos encontramos con María en su estudio, donde da clases. Cuenta que su personaje de Cabo Verde ?una achuradora de un frigorífico? no le es ajeno. ?Mi mamá fue obrera de picada de carne y de conservas. Mi padre fue empleado de un frigorífico y yo aprendí a leer dentro de un sindicato.?
"En la calle me reconocen. Me dicen: ?Hola, buen día, ¿qué tal??, salvo con Gasoleros, que fue una locura. La gente se nos venía encima, y lo digo en serio. Fue la primera vez que en televisión aparecían personajes que podían vivir a la vuelta de tu casa. Parece una tontería, pero no lo es. Hubo una identificación instantánea. Fue hermoso y raro. Me pasó de subir a un taxi y que el taxista me diga ?hola, ¿cómo le va??, y de repente ?no una sino tres o cuatro veces, te lo juro por Dios? me pasa el celular y dice: ?Vieja ¿a que no sabés quién acaba de subir al taxi? Hable con mi mujer?. Le digo que no. ?Dele, hable un cachito con mi mujer?. ?No, señor. No conozco a su mujer. No me haga hablar por teléfono con ella?. Fue una situación tirante. En un semáforo le pedí que me cobre y me dijo ?No, bajate?. No te puedo decir todo lo que me gritó. No le contesté nada y seguí mi camino, ¿pero qué le digo? No lo digo de mala, ya que si no tuviéramos público no trabajaríamos, pero nosotros, cuando hacemos lo que hacemos, estamos trabajando y tenemos los mismos problemas que los demás".
"Vine a Buenos Aires a estudiar. La vocación ya la tenía. Dejé un matrimonio a punto de consumarse, mi ciudad ?Rosario? y mi familia para ver si podía ser actriz. Lo más interesante fue el camino, el proceso. Ahora hay diferencias con la etapa que viví como estudiante, donde conocí a Leyrado, Arana y Rizzo, en lo de Alezzo. En la semana nos juntábamos a trabajar; ahora mis alumnos arreglan ejercicios por chat y así les va. La profesión está muy denigrada desde lo mediático. Hay mucha gente que quiere actuar porque cree que es sencillo, da dinero
y que a veces basta con ser bonito. Acá viene ?gente parecida
a…?. Te dicen ?yo me parezco a fulano?. ¿Y? Además, pobre si se parece a alguno?"
Impasse 2: María es frontal y sincera. De risa franca, dice lo que piensa, con humildad, matizándolo con anécdotas, sin perder de vista de donde vino ni sus comienzos.
"Es mentira decir que ?compongo?, que me ?meto en la piel? de un personaje, porque estos no tienen piel. Son letra muerta, escrita en un papel, que están esperando que venga alguien a ?encarnar? a ese personaje, poniendo su cuerpo y experiencia de vida. Un actor es uno en las circunstancias que le corresponden al personaje. Si De Niro engorda y adelgaza para un papel, está bien. Quedé impactada con Gary Oldman cuando hizo de Sid Vicious en Sid y Nancy. Era piel y hueso y después hizo Estado de gracia con Sean Penn y tenía una barriga cervecera impresionante. Ellos pueden hacerlo porque tienen una imaginación (y un cuerpo) que les permite volar hasta ahí, y también lo pueden hacer ?agrego? desde un punto de vista económico. Yo engordaría sin problemas, ¡pero mientras adelgazo tengo que vivir y trabajar de algo! No creo que ?más allá de que De Niro es un grande? un actor que cambie su físico para un personaje se transforme en mejor actor que aquel que simplemente pone el cuerpo, como sería Al Pacino, que es otro animal de la escena".
(NOTA ORIGINALMENTE PUBLICADA EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 200, DEL 06/08/09).