Una declaración relevante en el juicio por Cromañón

Una declaración relevante en el juicio por Cromañón

Fernando Couto fue el último en ver los planos catastrales más recientes del boliche incendiado. Nombró a empresarios y a una empresa offshore que lograron permisos municipales en pocas horas. En tanto que los peritos señalaron que “la habilitación era antirreglamentaria”.


Fernando Couto tiene el cabello todo blanco como su barba candado. De negro estaba vestido y sentado a la mano derecha del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 24 es que comenzó su relató en cómo llegó al Gobierno de la Ciudad y desde allí por ?indignación, y tener chicos de la misma edad que sus hijos me puse a investigar? se involucró en conocer qué había sucedido en el boliche donde murieron 193 personas.

Couto, en la última hora antes de concluir con la octava audiencia del juicio por las víctimas de Cromañón, contó que estaba trabajando en la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (DGFOC) cuando sucedió la tragedia no natural más grande de este país.

?En ese momento solicité a la auditora (Adriana Rundiski) información sobre el boliche de Once. Nos remitieron varias cajas marrones tamaño televisor llena de expedientes. Me puse a leer y puede ver un poco de la historia del edificio Cromañón?.

Couto pudo ver que el 4 de junio de 1997 existe una solicitud de registros de planos y que al otro día piden el final de obra, ?algo que en un día era imposible de producirse. En tiempos tan acelerados salían los trámites que es imposible conseguirlo de manera normal?.

El testigo se presentó espontáneamente en la justicia de instrucción y volvió a repetir lo que dijo en el 2005, que es un informe del por entonces jefe de división seguridad contraincendio en la DGFOC, ingeniero Norberto Peci.

?El 19 de junio de 1997 en un expediente hace mención al boliche pero nada dice del entrepiso. Algo imposible no darse cuenta por sus dimensiones?. Otro de los señalamientos de Couto fue sobre los planos de 1990 en los que se pretendía con el local Cromañón hacer una galería comercial. El expediente no prosperó y figuraba como propietario Raúl Vengrober, asesorado por el arquitecto José León Granel.

Otros de los expedientes es de 1997, número 40.511, donde se pedía conformidad instalación antiincendio. Allí figura como iniciante del trámite municipal una empresa ?con sede en las Islas Vírgenes Nacional Uramus Corporation?, que luego pasará a Lagarto S.A. el 1 de agosto de 1997. En cambió el Hotel Central Park figuraba en un expediente de 1997 como propiedad de Vengrober.

En su conclusión el testigo, ex contratado en legales de la DGFOC, ?entre el plano de incendio y el plano de obra no coinciden?.

Los expedientes de catastro originales que nunca vio el TOC ni fiscal general estaban en el 2005 en el subsuelo del edificio Del Plata y algunas fotocopias de expediente accedió Couto, que dice quedaron en un edificio de la avenida Parque Patricios del Gobierno porteño.

Para los peritos, que fue su último día en el juicio oral y público, la habilitación era ?antirreglamentaria?. No existió apertura electromecánica. Nunca hubo pared pese a que figurara en el plano que dividiera Cromañón del Hotel. En el pasillo de la salida portón garage, una cañería de gas no estaba protegida.

En tanto que las cañerías de agua en Cromañón bastante precarias por su material y también cómo estaban sostenidas.

Por el tema de habilitaciones el fiscal general Jorge López Lecube pidió incorporar lo investigado por el juez penal de instrucción, Alberto Baños.

El lunes se presentará al interrogatorio Ricardo Miguel Siciliano y se dará lectura al informe pericial de bomberos.

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