La lucha interna del Pro en la Ciudad de Buenos Aires se ha intensificado en las últimas semanas, con fuertes críticas de los candidatos a legisladores Hernán Lombardi y Laura Alonso dirigidas al exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
Ambos líderes del oficialismo porteño han señalado a Larreta de traicionar al partido y actuar en contra de los intereses del Pro, en medio de una disputa por el electorado tradicionalmente alineado con el macrismo.
Lombardi describió a Larreta como “un mal perdedor” y lo acusó de sabotear al Pro, favoreciendo al kirchnerismo. “Larreta es un mal perdedor. Trabaja en contra del Pro y hoy le está haciendo un favor a Massa y a Máximo Kirchner”, afirmó el actual ministro de Desarrollo Económico porteño.
Asimismo, resaltó los logros de la gestión macrista en la Ciudad, como la creación de la Policía Metropolitana y la implementación de autobuses eléctricos, sosteniendo que “los porteños son gente inteligente que sabe que somos gente que hicimos, hacemos y haremos”.
Por su parte, Laura Alonso también lanzó críticas contra Larreta, a quien tildó de “hipócrita” y “ególatra”.
“Horacio Rodríguez Larreta se cambió de camiseta y se fue del partido. Es un mentiroso que confesó que no le interesa ser legislador sino gobernador”, declaró la ex titular de la Oficina Anticorrupción. Alonso también criticó al vocero presidencial Manuel Adorni, afirmando que “no le interesa la Ciudad”.
Estas declaraciones se producen en medio de una lucha por el electorado del corredor norte de la Ciudad, históricamente cercano al Pro, que se ha intensificado con la candidatura de Larreta por el MAD.
El exjefe de Gobierno ha enfocado su campaña en señalar problemas de higiene y seguridad en la Ciudad, utilizando expresiones como “hay olor a pis” para ilustrar la falta de limpieza urbana. Además, ha indicado que “hay algo mucho peor que el olor a pis: el olor a miedo”, en alusión al incremento de la inseguridad.
En este contexto, la interna amarilla se ha transformado en una batalla abierta por el control político de la Ciudad, con acusaciones mutuas y tácticas de campaña que reflejan la fragmentación del espacio que dominó la política porteña durante más de una década.