El gran protagonista de la jornada de declaraciones por parte de víctimas de pinchaduras de teléfono, Sergio Burstein, referente de la organización de familiares y amigos de víctimas del atentado a la AMIA, comenzó una exposición marcada por las largas respuestas y los periódicos cruces con el bloque PRO. Antes de él prestaron declaración su hija, Glenda, y su esposa, Dora Viotti, quienes relataron como se produjo el llamado a la casa en el que se denunció la pinchadura del celular de Burstein.
La joven explicó que en el teléfono sonó una voz de hombre que se identificó como un amigo de su padre, en ese momento de viaje en Nueva York para presenciar el reclamo de la comitiva nacional ante la ONU por el atentado. ?Dejale el mensaje de que el Fino Palacios (Jorge Palacios, ex jefe de la Policía Metropolitana) le pinchó el teléfono?, fue lo que anunció, según relató Glenda, para después dar el detalle del número telefónico del celular intervenido. Mensaje de texto de por medio, la hija avisó a Burstein del llamado quien se hizo cargo de la situación desde Nueva York.
A su turno, Viotti repitió el relato sobre cómo un móvil de la policía apareció para tomarles declaración media hora después de que se llevara a cabo el llamado. En su declaración explicó que ambas se habían sentido ?intimidadas? por el llamado y que se sintieron en una situación similar a la vivida 10 años atrás durante el intento de secuestro de su hijo. También adelantó un tema sobre el que luego profundizaría su marido. ?Yo realmente lo apreciaba a Palacios?, alegó, en referencia a la época en la que el ex comisario de la Policía Federal aún no había sido procesado por encubrimiento en la causa AMIA, aunque alegó no tener dudas de la culpabilidad de Palacios en relación al espionaje contra Burstein. Como base para su aseveración, explicó que había leído transcripciones de las escuchas y reconoció en ellas conversaciones que había mantenido con su marido. ?No sé que intereses tiene Mauricio Macri, lo que sí sé es que lo que leí es real?, completó. Ese mismo punto suscitó el primer enfrentamiento entre éste y los legisladores macristas, desde el comienzo de su declaración.
La primera pregunta de Martín Borrelli (PRO), fue dirigida a la Comisión y no a Burstein, y apuntó a conocer si los diputados contaban con esas transcripciones de las que se había hablado. Entonces lo cruzó Marcelo Parrilli (MST ? Nueva Izquierda) para explicar que las mismas no fueron remitidas para no vulnerar la privacidad de la víctima. El referente de los familiares de las víctimas de la AMIA explicó que él retiró las transcripciones del juzgado y defendió su naturaleza como conversaciones privadas. Un nuevo cruce, esta vez con Cristian Ritondo, titular del bloque oficialista, alejó a los diputados del tema.
Tras una extensa explicación sobre el rol de los familiares de víctimas del atentado a la mutual judía en el reclamo internacional, Burstein explicó que decidió radicar la denuncia por el llamado debido a que su familia había sido involucrada. Luego acusó a los diputados del PRO de poner en duda las bases de su preocupación y atacó al jefe de Gobierno porteño: "(Mauricio) Macri es un vergonzoso jefe de Gobierno". También avanzó sobre el proceso a través del que se efectuó la denuncia, para la que usó un intermediario, y sobre los celulares que usa para comunicarse.
Ante preguntas sobre sus contactos con Palacios, alegó que tanto él como el resto de los integrantes de su agrupación tenían ?una relación muy fluida? con el ex jefe de la PM, ?era una persona respetada por todo lo que hizo durante el secuestro de mi hijo?. La pérdida de confianza, relató, se produjo incluso antes de que Palacios quedara procesado. Ante esas declaraciones Borrelli inquirió sobre por qué Burstein no se comunicó con Palacios directamente tras la denuncia telefónica. ?Su pregunta es una vergüenza?, fue la respuesta.