“A los niños hay que hablarles con la verdad”

“A los niños hay que hablarles con la verdad”

La famosa sexóloga puertorriqueña estuvo en la Argentina presentando su nuevo libro, Sexo ¡¿Y ahora qué digo?!, en el cual encara la forma en que los padres deben hablar con sus hijos sobre este tema. NU charló con la profesional acerca del contenido de la publicación, y ella lo cuenta todo en primera persona.


La temática de publicar un trabajo sobre niños para padres me interesó desde el primer momento en que se dio la chance de escribir un libro para Random House Mondadori. No fue el primero ni el segundo y se me da ahora porque, creo, es el momento perfecto. El tema de hablarles a los padres sobre cómo mejorarles un poquito el ser padres es un tema delicado. El libro está escrito para los padres y no para los chicos, aunque también lo podría haber hecho porque en algún momento se consideró hacerlo para que los niños lo leyesen. Lo pensé y le di vueltas, pero no les toca a ellos sino a nosotros, los adultos, responsabilizarnos por la formación de los chicos. Este libro es para los adultos, para tener las herramientas necesarias en la labor de educar a los chicos cuando preguntan sobre sexo. Tendríamos que estar mejor preparados para esto, sobre todo en un tema tan neurálgico como es su sexualidad y su definición propia. Esto abarca muchas facetas de la vida humana.

Hay mucho tabú entre los padres pero el que más se repite es el no saber abordar el tema. Todos quieren ser buenos educadores pero no saben cómo hacerlo. Teniendo en cuenta eso escribí el libro y fue la manera de ayudar a que ellos monten su esquema y su libreto de cómo van a abordar el tema con los niños. Las cosas se llaman por su nombre. Esto es muy importante, si no, estás dando un mensaje de negatividad sobre las partes del cuerpo que representan la sexualidad. ?Por algo no me dijeron esto?, ?algo mal debe andar con esta parte de mi cuerpo?, es una cosa que va a pensar el niño si algo queda sin nombrar. Queremos mostrar que no es así. Damos el nombre correcto. El mensaje es que hay que animarse a hablar. Hay algo muy importante en ser mamá o papá y nadie te da ningún tipo de entrenamiento. Muchas veces, en donde nos basamos para enseñar es en lo que nosotros aprendimos, y no siempre tuvimos el mejor modelo a seguir. Es bien importante que los adultos nos preparemos para hacernos cargo de esta tarea de la mejor manera posible.

Impasse 1: Su forma de hablar y la manera en que trata de hacer que los conceptos sean fácilmente entendibles dan cuenta de la intención de Alessandra Rampolla: que los padres mejoren su relación con su sexualidad y la de los niños.

Una pregunta siempre se contesta. Si te hacen una pregunta puntual, les das la respuesta completa real. No hay que pensar que estás hablando con un adulto sino que se brinda una respuesta simplificada ?basada en la verdad?, según la edad y etapa de desarrollo en la que se encuentra el niño. Entre brindar información de más o de menos, es preferible dar de más. En este caso, el niño no pedirá más porque su curiosidad fue satisfecha, pero si dices de menos, el chico queda con curiosidad y va a averiguar donde sea. Y el problema es que será con fuentes que tú no estas controlando ni manejando. Tú no quieres que salga a la calle y le pregunte a un amiguito o se meta en internet a averiguar algo que no sabes quién lo sube y con qué intención. El niño no podrá identificar si es la respuesta adecuada o no, pero si cubrió su curiosidad, la tomará y la entenderá? posiblemente mal. Ese es el problema. Por eso hay que ser completo aunque sea simple, es importante. En el libro se da todo completo pero de manera simplificada. Damos un montón de ejemplos para simplificar ciertos temas que nos cuesta un poco hacerlos más sencillos.

Es muy distinto lo que uno sabe de sexo y cómo lo explica a un niño. Hay que elegir las palabras adecuadas para decir determinadas cosas. Una de las cuestiones más importantes es la forma en que hablamos. No nos damos cuenta de las evasivas y lagunas que tenemos en nuestra información hasta el momento en que estamos frente al niño. En el mejor de los casos, vayamos preparándonos de antemano ante el momento imprevisto de la ?megapregunta?.

Los chicos no van a preguntar siempre pero es necesario estar preparados muy de antemano.

Impasse 2: Alessandra responde las preguntas con su dulce acento caribeño, plasmando ideas muy útiles para el futuro de nuestros niños. El libro es muy recomendable y con una buena dosis de ejemplos.

La masturbación es natural tanto en hombres como en mujeres. Nosotras, como mujeres, hemos sufrimos a menudo con nuestro placer sexual de adultas. Nos acordamos de lo duro y lo difícil que fue el permitirnos sentir placer. No se suponía que lo exigiésemos tampoco. Todavía cuesta hablar de la masturbación femenina porque nos enseñaron que las nenas no se tocan. Si una nena se toca, está mal, pero si eso lo hace el nene salta enseguida el ?¡Ja! ¿Ves? ¡Ya se está preparando!?. En mi casa se dio así. Mi hermano, que es menor que yo ?soy la del medio?, era el favorito de mi papá. Cuando entró en la etapa de la adolescencia, me acuerdo de que mi papá hacía comentarios como: ?Jaja, se encierra en el baño?, y esas cosas. Pero si yo me encerraba en el baño, el comentario era ?Alessandra es tan vanidosa que se encierra horas maquillándose?. No se le ocurría que yo podría estar experimentando con mi sexualidad. Del varón se asume al instante, pero de la chica, olvídate. Es una cuestión cultural. Y la información que se brinda desde pequeños es la más importante porque se queda con nosotros en nuestras vidas. El proceso de aprender algo y después entenderlo e integrarlo es otro distinto. No basta con aprender las cosas sino integrarlas y practicarlas. Al ponerlo en práctica es cuando empiezas a ver la diferencia.

Hay que tener un cómodo manejo de nuestra sexualidad. A la persona que no se siente a gusto consigo misma le cuesta horrores hacer otras cosas. Este tipo de lección no se aprende en la escuela y tiene mucho que ver con cómo las personas manejan o dejan de manejar sus vidas y lograr cosas a las que quieran acceder.

La persona homosexual se puede dar cuenta a más temprana edad o más tarde de su condición. A muchos les cuesta porque la sociedad no acepta cómodamente a la persona homosexual. Imagínate que cuando son niños, les preguntan ?¿tienes noviecito??, ?¿tienes noviecita??. La cultura en Latinoamérica y en casi todo el mundo es muy heterosexual. Un niño está creciendo y tal vez tiene un determinado interés pero lo niega para mantenerse en los parámetros de la sociedad. Allí es donde muchas personas se cuestionan al respecto. Vivimos con mucho prejuicio y estereotipos. Igualmente, todo cambió bastante en los últimos diez años. La primera aprobación del chico es la que busca en la casa. La primera palmada de aliento es de mamá y papá.

Hablar de la homosexualidad con los niños es tan sencillo como decir que existen personas que prefieren estar con otras de su mismo género. Te lo da la misma definición. La moral de una persona no guarda relación con respecto a con quién elige estar a nivel de género.

Sexo ¡¿Y ahora qué digo?! (Random House Mondadori)

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