A la salida de su programa en Radio Nacional, Alfredo Rosso se tomó un café con NU para hablar sobre algunas cuestiones pendientes del rock, del público y, claro, también de los periodistas. Porque Rosso, aunque no lo admita, es un maestro de periodistas. De periodistas de rock.
?Alfredo, ¿cuál es la función del periodista de música?
?Yo la veo como un intermediario. No me veo como un crítico porque no me parece que le tenga que decir a un músico cómo hacer los discos. Mi placer es poner al músico en contacto con el oyente, en lo radial. En lo escrito, no hay mucha diferencia. Tengo que decir ?escuchá tal cosa? y recomendarla, mientras que en la radio se la hago escuchar directamente, contextualizándola.
?En el rock, más que periodistas de música hay fans que cuentan lo que ven.
?Creo que se mantiene un cierto nivel de? no creo que la palabra sea ?objetividad?, pero sería ?distancia crítica? o ?distancia valorativa?. Muchas veces pasa que uno, y no está mal que pase en tanto no pase todo el tiempo, se involucra mucho con determinado disco. Le creo más a un periodista que se involucra que a uno que toma mucha distancia. Ahora, no podés hacerlo con todo lo que comentás. Entonces, ser fan me parece, hasta un punto, bien, pero no excesivamente. Un poco de distancia también ayuda. Lo que pasa en nuestra tarea es que no tenés que dar un examen para hacerlo. No quiero decir con esto que cualquiera puede ser periodista pero que, en cierta forma, afortunadamente, te podés ?ir haciendo? en el oficio.
?¿Creés que el público es inimputable?
?No, ¿en qué sentido?
?Que no se lo puede criticar.
?Depende de las circunstancias. Si el público toma una actitud peligrosa respecto de un concierto, es deber de la prensa marcarlo. Me refiero a algo ?peligroso?. También sería bueno que si se analiza el comportamiento del público, se analice el comportamiento de los dueños de las salas, porque, en algunos aspectos, algunas lecciones de Cromañón, por lo visto, no han servido de mucho. En mi caso, ahora, critico al público en otro aspecto cuando me encuentro con mucha gente de mi generación y también más chica que me dice ?no pasa nada con la música de ahora?. Están completamente equivocados ya que pasan muchas cosas. Sólo que hay que tener un rol ?militante? como oyente y como público porque si no, te quedás en tu casa mirando los mismos programas de televisión y escuchando las mismas radios y es obvio que no vas a encontrar nada nuevo, del ?nuevo rock?. Cuando digo ?nuevo rock? me refiero a cultura rock, englobando la fusión con el tango, el folklore o lo que sea. Incluso la cumbia, lo cual parece una contradicción. Hoy, la oferta es mucha y lo único que tiene que hacer uno es preocuparse por escucharla. No contentarse con lo que dan en las radios masivas únicamente. Nadie puede decir que no hay música buena. Hay buena música y buenas letras. Es posible que, hoy, el rock no tenga la misma función social que tenía en los 60 y los 70 pero eso pasa con muchas cosas.
?¿El rock se ha vuelto conservador?
?¡Ja! (piensa) Creo que no se puede hablar del rock de hoy si no se habla de la explosión multimedia. Esta tiene que ver también con una atención de las grandes empresas sobre lo que serían los productos de consumo joven, que comprendieron que el rock sigue siendo un gran motivador de los pibes de hoy, al igual que en los 60 y los 70. Quienes auspician los festivales necesitan vender un producto que está estandarizado. Entonces es obvio que hay ciertos sonidos que pegan de una manera especial. No en vano hay millones de avisos con un tipo que hace un riff de guitarra y se tira al piso. Hoy se utiliza el rock como elemento de consumo que sirve para la venta masiva. Eso ha hecho que se asocie muchas veces al rock con un ?rock cortesano?, que está en manos de las firmas, de los medios. Sin embargo, me parece que hay muchos ejemplos ?hoy? de un rock disidente, que enjuicia las políticas de los gobernantes o que trata los peligros sobre los cambios climáticos, y también hay letras que tratan sobre las relaciones entre las personas de manera más madura. Si nos ponemos a pensar en lo que decían las letras de los 50 y los 60, tenían una gran economía y eran bastante precarias. Hoy hay de todo, pero también hay grandes letristas. Una banda como Elbow, oriunda de Manchester, tiene un gran cantante que es un gran letrista. En la Argentina podés ver un recital de Flopa-Manza-Minimal, que tiene una excelente música y excelentes letras. No falta quien enjuicie el statu quo pero, por otra parte, el rock se ha vuelto también el calzador o la vaselina por los cuales se deslizan muchas cosas. Lo interesante del rock es que cuando lo quieren vacunar, surge una célula rebelde nueva. Es un virus mutante.
?¿El artista no se puede desarrollar por complacer al público?
?Respeto cada vez más a los artistas que se niegan a hacer el mismo disco toda la vida. Sin embargo, no es fácil navegar enfrentándote a las expectativas de tu público. El cambio, a todos, nos llena de suspicacias. El cambio de un grupo al que querés, el cambio de un integrante o un ritmo, puede resultar traumático para un público y lo será más según la masividad del público. Creo que siempre es un riesgo que hay que correr porque si no, a la larga, te vas anquilosando. Es como la falta de variedad en la vida de la pareja. Te acostumbrás a una rutina y se va a resquebrajar todo un poco más. Dentro de una banda pasa lo mismo. Hay estilos donde la preeminencia de cierto ritmo es lo que les da una vitalidad y una estructura. Este es el caso del blues pero ha habido miles de variedades. Aun dentro del heavy metal hubo variedad. Metallica fue un grupo que no siempre grabó el mismo disco. No es de mis bandas favoritas pero respeto mucho artísticamente su propuesta. Ni hablemos de Neil Young o Joni Mitchell. En la Argentina, respeto mucho a Spinetta por esto mismo. No es que necesariamente me encante todo lo que hace pero respeto mucho su actitud artística.
?¿Pomelo desenmascaró cierta pacatería rockera argentina?
?Creo que Capusotto tiene un gran libretista y él es un gran intérprete. Además, por conocer la mecánica de cómo funciona todo esto, también mete mucho de sí. Ha podido criticar los yeites del rock amando el rock. El rock es satirizable e ironizable como cualquier otra cosa. Y Capusotto lo hace muy bien. Micky Vainilla es maravilloso al igual que Violencia Rivas. Creo que descubrió esos tics que tiene el rock a lo largo de su historia y los puso en un contexto en el que no lo podés tomar como ofensa.
?Dylan es un tipo que retrabaja sus canciones y, del otro lado, tenés a McCartney o los Stones que siempre hacen el mismo recital.
?Sí, es cierto, pero también depende de los públicos. El público de Dylan es abierto al ?imponderable?. Si escuchás los temas de McCartney muy alterados, no sé si su público se lo bancaría. En el caso de los Stones, me gustaría que Jagger sea más riguroso para cantar las canciones. Las expectativas del público son una cuestión seria pero me parece que todo artista que se precie, aprende a marcarle los límites.
?¿La electrónica es el futuro de la música?
?Es parte de nuestra música. Amo los experimentos con la electrónica, lo cual no quiere decir que me guste un tipo de electrónica como la que tiene un beat casi metronómico. Eso que no podés sacar de la pista porque fuera de ella no representa nada. En general, me encantan los experimentos con electrónica de casi todos los grupos pop que, generalmente, han salido bien: desde Brian Eno hasta MGMT. La electrónica ya forma parte de la cultura rock, dentro de la cual entran muchísimas cosas. En la Argentina, hay tipos que hacen tango y crecieron dentro de la cultura rock: Acho Estol, Dolores Solá, La Chicana, 34 Puñaladas. No sé si Ardit, que se pone el traje y todo, ha escuchado sus buenos rocks. ¡Y qué cantante! Me emociona escuchar a alguien como Soledad Villamil, que tiene una visión de la música alucinante. A mis 57 años, me fascina la música como universo. Igual, me encanta ese rock que pega acá y también más abajo.