Cumbre: Alaska derrumbó mitos y abrió caminos imprescindibles

Cumbre: Alaska derrumbó mitos y abrió caminos imprescindibles

Opinión.


El mundo vivió ayer un día de realismo mágico. Desde Anchorage, Alaska, en territorio de los Estados Unidos de América se desarrolló la cumbre más esperada del planeta entre Donald Trump y Vladimir Putin. Y tuvo el resultado lógico, prácticamente el mejor que se podía esperar, teniendo en cuenta las condiciones en las que se realizaba el mismo.

Escenario previo a la cumbre 

Desde 2014 la OTAN entrenó y entrena a miles de soldados, armó hasta hoy con lo mejor que tenía a Ucrania y generó condiciones mediáticas para derrotar a Rusia y desintegrarla, a través del accionar del gobierno y las Fuerzas Armadas de Kiev, pero lamentablemente para los que diseñaron esa táctica (el Deep State), la misma fracasó rotundamente.

La respuesta a esa grave e intensa provocación, sobre todo con el genocidio de la población ruso parlante en la zona del Donbass, generó la operación militar especial que por estos momentos está a punto de ser concretada exitosamente por el gobierno y las fuerzas rusas en el campo de batalla.

El no contacto ni dialogo entre las partes ayer reunidas desde febrero de 2022, ignorando la diplomacia y partiendo de la premisa falsa de que los buenos (OTAN, UE y occidente colectivo) no pueden hablar con los malos (Federación de Rusia y otros), era, además de una estupidez conceptual, una traba imposible de quitar para acordar una paz duradera, con garantías de seguridad para ambos, sin flancos débiles, que nada tienen que ver con un alto el fuego volátil, el sueño (y ruego) imposible de quienes están siendo derrotados en todos los frentes encabezados por Volodimir Zelensky. Y es la prueba contundente que Occidente (salvo USA en esta etapa) no apuesta a ningún tipo de paz real, sino a la continuidad de la guerra con un alto el fuego para recomponer  líneas, bloqueando toda solución diplomática, una extraña estrategia en los países “más” democráticos del planeta, según su declarada óptica.

La recepción de Trump y el desarrollo de la cumbre fue impecable desde el respeto mutuo, la calidez del trato entre ambos y de las precisiones de las respectivas potencias, con una preparación profesional acorde a su nivel. Y además quedó claro el reconocimiento que esta guerra nació en EE.UU (con Biden) contra Rusia, y es por aquí por donde se tiene que empezar a desandar. La UE de los burócratas llamados alegremente líderes por los medios occidentales, es una entidad subsidiada de Washington como lo demostró la negociación de aranceles, y Ucrania un Estado fallido, destruido y rehén de la misma Europa. 

Reconocimientos 

Putin le reconoció Trump que si hubiera estado él al frente del gobierno de Estados Unidos esta guerra no se hubiera producido jamás.

Trump le reconoció a Putin que hay que atacar las causas profundas de la guerra y que un alto el fuego, como exigen los europeos, sería muy débil y no serviría para nada. 

Repercusiones 

Empecemos por una breve recorrida de las cadenas occidentales. “Fracasó el alto el fuego en la cumbre” fue el título más usado en los mass media. Casi un “hashtag” global. Ese silencio de las armas por 30 días  era lo único que perseguían para evitar el colapso del frente ucraniano y sus propios e inadecuados planes. Como hace tres años y medio la “cadena nacional” de los medios hegemónicos demócratas y europeos, tras la cumbre mostraron en sus pantallas su decepción, y sus expresiones de pánico confirmaban el avance en la confianza y entendimiento entre Trump y Putin, algo que pone a Europa y a Zelensky en un duro dilema: seguir esta línea para no romper con EE.UU y reconocer de algún modo su derrota política y militar o rebelarse sin tener claras qué garantías de Trump tienen para continuar perdiendo territorios, como está sucediendo ahora. Todo esto siendo conscientes que, sin USA, la continuidad del enfrentamiento de toda Europa con Rusia, sincerando así el panorama actual, será una dura y segura derrota.

Otra característica de la crónica y análisis, fue ignorar las palabras de Putin como sistema comunicacional. En el inicio de la conferencia de prensa, y en la que habló 8 minutos, cuatro más que Trump, Putin estuvo preparado para esa ocasión. Y mientras el norteamericano no dijo nada relevante, el ruso tenía mucho más planificado su discurso. Amabilidad con el anfitrión, el territorio común de Alaska y la vecindad actual, la necesidad de mejorar las relaciones de las dos principales potencias nucleares, y la advertencia a Europa que no boicotee este camino que puede conducir a la paz definitiva.

Con su estilo ombliguista, negador y manipulador de la información, los medios occidentales intentaron connotar la cumbre como un fracaso total. Ninguno de sus objetivos, actuando como voceros reales de sus gobiernos y sus agencias, habían sido contemplados y cumplidos. No solo estuvieron viéndolo por TV de madrugada si no que Putin salió indemne y con la tarea cumplida de Alaska. 

Perlitas 

Dos aviones llegan casi simultáneamente. Alfombras rojas. Sonrisas y abrazos. Las dos limusinas presidenciales listas. Trump y Putin se suben a “La Bestia”, la norteamericana y sin intérpretes van solos un buen trecho poniendo los límites de la reunión y controlando los riesgos para ambos. Ese tramo personal, permitió la continuidad de esa sintonía, seguir el programa más allá de algunos cambios menores. Un gesto importante, decisivo.

La cumbre tuvo una denominación acordada entre las partes: “Pursuing Peace” que traducido significa “Persiguiendo la paz”. La diferencia entre perseguir y alcanzar es obvia. Marcaron caminos, clarificaron opciones y acciones, pero comenzaron a diseñar una paz, desde el nombre nunca fue el objetivo de los dos alcanzarla en casi tres horas de encuentro. Por eso la catalogan de fracaso lo que no saben ni siquiera comprender el nombre de la Cumbre.

Ya en la retirada de ambos, Trump dice que seguramente se volverán a ver pronto: Putin en correcto inglés le dice animado: “Next time in Moscow”. Trump sonríe y reconoce que lo criticarán por ello, pero que seguramente lo haría.

Los avances, que constituyen el comienzo de un camino hacia una paz firme y duradera, no era lo que los medios occidentales y sus gobiernos querían escuchar. Hábilmente diseñaron la atención a los periodistas sin darles el micrófono. La cumbre era de ellos y no de los enviados a sabotearla. Tras esos 12 minutos, ambos regresaron a sus aviones sin darles el gusto de masacrarlos. 

Conclusión 

“Todos coincidieron (con quiénes habló) en que la mejor manera de poner fin a la terrible guerra entre Rusia y Ucrania es llegar directamente a un acuerdo de paz, que pondría fin a la guerra, y no a un simple acuerdo de alto el fuego, que a menudo no se sostiene”, remarcó Trump.

Además, informó que Zelenski irá a Washington, al Despacho Oval, el lunes por la tarde. “Si todo sale bien, programaremos una reunión con el presidente Putin. Potencialmente, se salvarán millones de vidas”, resumió el Presidente norteamericano condicionando la misma. Luego ante la cadena FOX calificó la reunión “con un 10” y dijo que “ahora que están las bases, el acuerdo depende de Zelensky y no de él. Acá no hacemos acuerdos, los encauzamos”, finalizó.

En la misma línea el Presidente Putin priorizó la recuperación del diálogo y la confianza entre los países y resumió la realidad de dónde venían, del silencio de radio. “Obviamente, tarde o temprano era necesario corregir la situación, pasar de la confrontación al diálogo, y en este sentido, una reunión personal entre los jefes de Estado era realmente necesaria, por supuesto, con la condición de una preparación seria y minuciosa. Y dicho trabajo, en general, se ha llevado a cabo”, destacó en la conferencia de prensa conjunta.

Trascendiendo el tema ucraniano, quizás también avanzaron un poco en algún pacto reservado de seguridad global. Fijando los primeros pasos. Aunque no se alcanzaron acuerdos concretos al término de la cumbre, la reunión en Alaska supuso una oportunidad estratégica para “reiniciar” las relaciones entre ellos y la aprovecharon. Un acontecimiento histórico y una buena noticia para el mundo entero. 

Dos cuestiones aclaradas

Finalmente, y como cuestiones trascendentales, Putin rompió por arriba -y con pompa de jefe de una potencia- el intento de “aislamiento occidental” ridiculizando a los burócratas europeos y Trump se posicionó (al menos ayer) del lado correcto de la búsqueda de la paz y la seguridad y reafirmó su liderazgo absoluto en Occidente.

Un clásico win and win.

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