En primer lugar, la alianza conformada por la UCR con la LLA y el PRO, ¿a quien benefició?. A simple vista el mayor favorecido es La Libertad Avanza, porque de no tener representación en la Legislatura chaqueña, pasa a ocupar dos bancas a partir del 10 de diciembre. Y la UCR, que renovaba siete diputados, logró obtener seis propios.
Habíamos anticipado el resultado, afirmando que el oficialismo iba a obtener mayor cantidad de votos y ocho diputados, igual cantidad que la suma de la oposición peronista, que sacó seis con la lista del Frente Chaco Merece Más y dos del Frente Primero Chaco.
El peronismo que se presentó dividido, mantuvo un porcentaje interesante de votos, Jorge Capitanich titular del PJ obtuvo el 33,66% y el sector de los intendentes liderados por Magda Ayala traccionó el 11,25%. Leandro Zdero que se puso la campaña al hombro logró el 45,19%. Empate técnico dirían los encuestadores, con razón.
El dato sobresaliente de la elección legislativa en Chaco fue la asistencia del electorado a las urnas, solo el 52,1% fue a votar, la cifra más baja desde el advenimiento de la democracia. No había escenario de elecciones, las campañas se centraron en redes sociales, no se notó en la vía publica y esta vez, obviaron a los medios de comunicación tradicionales.
No hubo empatía entre candidatos y la ciudadanía, la dirigencia política está cada vez más lejos de la sociedad y ésta los ignora. Prácticamente no se escucharon propuestas, solo acusaciones y chicanas entre los integrantes de las listas, estos indudablemente, son algunos factores de la baja asistencia. Los candidatos no se esmeraron en persuadir al electorado y explicar la importancia del acto eleccionario y qué se votaba, esta tarea de hacer docencia no la realizó nadie y los resultados quedaron a la vista, más allá que la escusa más escuchada es que en las elecciones de medio término hay menor concurrencia.
A partir de ahora quedan tareas pendientes para el gobierno de Leandro Zdero. En estos diecisiete meses de gestión el blanco predilecto y el autor de todos los males de la provincia fue Jorge Capitanich, y a partir de ahora, esa estrategia no alcanza; tendrán que poner la gestión y la energía, en tratar en un escenario de crisis lograr establecer políticas y proyectos que contengan e involucren al conjunto de los chaqueños.
La oposición peronista deberá dejar de lado los egoísmos y la soberbia, y fundamentalmente, escuchar a todos; es tiempo de poner la oreja y reflexionar. Entender que con el PJ solo, no alcanza y establecer con humildad, acuerdos abarcativos, plurales y una renovación dirigencial que se impone.
La elección se desarrolló prácticamente sin dificultades en todo el territorio provincial, y es de esperar que el 26 de octubre en el que el Chaco elige tres senadores y cuatro diputados nacionales, el electorado acuda a las urnas y haga valer su derecho a elegir sus representantes.