Si bien el candidato a jefe de Gobierno porteño por Compromiso para el Cambio, Mauricio Macri, tenía previsto reunirse el sábado último con los dirigentes peronistas Eduardo Rollano, Alberto Iribarne, Jorge Argüello, Javier Herrera Bravo y Eduardo Lorenzo "Borocotó Jr.", que apoyan su postulación, finalmente decidió quedarse en Córdoba todo el fin de semana y la reunión se postergó, hasta ahora sin fecha.
Los dirigentes peronistas -todos ellos referentes de Néstor Kirchner en el distrito porteño-, están abocados por estos días a neutralizar la ofensiva de los seguidores del actual jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, que tratan de "pegar" al presidente del club de la ribera con Carlos Menem, a la vez que se proclaman como los representantes exclusivos del patagónico en la Ciudad. Los kirchneristas de Macri intentan, de esta manera, que el efecto benéfico que tendría el triunfo del santacruceño derrame algunas gotas de elixir sobre el presidente de Boca, en detrimento del jefe de Gobierno porteño, que está convencido de que sería el único beneficiario de esta circunstancia.
"Ibarra, que constantemente alardea de su adhesión a Kirchner -dicen en "off"- ha sido muy poco generoso con él. De todos sus candidatos, sólo Juliana Marino es kirchnerista. En cambio, la mitad de la lista de legisladores porteños de Macri está compuesta por gente de Duhalde y Kirchner, lo mismo que tres de sus cuatro primeros diputados nacionales".
De todos modos, estos dirigentes están convencidos de que "esta elección va a terminar con una brutal polarización, porque se nota una leve recuperación de Ibarra en las encuestas, aunque está muy claro de que hoy Mauricio Macri gana claramente".