El diputado y dirigente de la CTA, Claudio Lozano, salió a cuestionar este miércoles a Aníbal Ibarra al asegurar que el jefe porteño "no quiso formar un gobierno común" con sus aliados electorales en los comicios del año pasado.
"No nos dio espacio para la discusión", precisó el dirigente de la CTA en diálogo con NOTICIAS URBANAS. "Por lo tanto y por decisión de Ibarra, la coalición electoral no se transformó luego en una coalición de gobierno".
Lozano entró al Congreso tras encabezar la lista de diputados de Fuerza Porteña, la tira oficialista que respaldó la reelección del jefe porteño. Sin embargo, a tres meses del segundo gobierno ibarrista, el economista de la central de los trabajadores tiene algunas facturas para pasarle.
"Básicamente vemos que hay moras en tres áreas. Por un lado, es necesaria una mayor democratización institucional, con la aplicación del presupuesto participativo y una afirmación de las comunas. Estamos hablando de una reorganización del sistema estatal más profunda, que por ahora no vemos", aseguró.
También resaltó la necesidad de "reconstruir políticas de carácter universal, orientadas a los pibes pobres de la Ciudad. Hoy todavía existen acciones concentradas en sectores muy vulnerables. Por último, nos gustaría ver un Estado más activo en la transformación de la Capital en un espacio para desarrollar una estrategia industrial".
Consultado sobre la posibilidad de que la CTA se presente como partido en las elecciones de 2005, tal como sostienen varios dirigentes de ese espacio gremial, Lozano fue categórico: "la CTA no es una central kirchnerista, ni nada que se le parezca, y no tenemos la más mínima intención de transformarla en un partido político".
Dirigentes kirchneristas y de la CTA relataron ayer a este medio que existe un debate en marcha dentro de la central en cuanto a la definición de un nuevo perfil. Hay dos preguntas clave en esta movida: una, si la central impulsará una experiencia política. Dos, a qué distancia se ubicará del gobierno, en caso de ser un sello partidario.
Lozano, sin embargo, está en la línea dura: no quiere amor a ciegas con Kirchner, ni mucho menos transformar a la organización en un partido político. Más aún, negó que exista un debate serio en este sentido.
