El próximo 25 de septiembre se estrenará en el Cine Gaumont -Rivadavia 1635- la película de Laura Bondarevsky, "Che vo cachai". El film cuenta el esfuerzo para recuperar su historia de hijos de desaparecidos uruguayos, argentinos y chilenos. En el propio nombre de la película está contenida su multinacionalidad: incluye el "che" argentino, el "vo" de los uruguayos y el "cachai" de los chilenos.
La película, que dura 76 minutos, fue filmada en Devecam y luego fue ampliada a 35 milímetros. Éste es el primer trabajo de Laura Bondarevsky, una egresada de la Escuela de Cine de Avellaneda que en estos momentos está trabajando con Juan José Campanella, que está rodando una película en Avellaneda. Es un documental que incluye nuevos códigos cinematográficos. La propia directora aparece en escena un par de veces, "aunque sin hablar", aclara.
Bondarevsky nació en Ginebra, Suiza, hija de padres militantes que se exiliaron allí en los ’70. Por esta razón -explica-, "la historia está contada desde adentro de las propias organizaciones, porque esta historia yo la viví con mis padres, cuando hablaban de sus compañeros con orgullo y con cariño".
"Por eso pretendo contar una historia sobre gente humanizada, lejos de los superhéroes que a veces la gente imagina que fueron alguna vez. De esta manera, sus hijos podrán avanzar por su propio camino, sin idealizarlos", relató la novel directora a NOTICIAS URBANAS.
Siguiendo el itinerario de sus padres y sus madres, en la película se cuentan las historias de jóvenes que han establecido contacto y que se han conocido. Esa lucha común por recuperar su historia los ha empujado a establecer lazos de organización y también de amistad.
La cámara viaja así de Argentina a Uruguay y de Uruguay a Chile, siguiendo el rastro de los que fueron jóvenes en los ’70 y, en el camino de la lucha por una sociedad distinta, debieron escapar de un país a otro. En el trayecto se hace evidente que si la represión no tuvo fronteras, la lucha contra la impunidad tampoco debería tenerlas.
"Che vo cachai" presenta a los hijos de estos militantes, activos, buscando las raíces que les permitan reconstruir el linaje familiar, discutiendo las formas de una lucha que está lejos de haber sido sepultada y escrachando a los antiguos represores reciclados, tanto en ámbitos públicos como privados.
De esta manera, los principios de los padres vuelven a encarnarse en sus hijos, haciendo resurgir la discusión, más o menos politizada, entre las diferentes opiniones. Todo este rico proceso de debate y de comprensión queda registrado en la película. Aparece aquí la comprensión de un pasado que se lleva grabado en el propio cuerpo, que es también una herencia para afrontar el futuro. "No es una historia contada desde el dolor -aclara Bondarevsky- sino desde el movimiento que nace del dolor".
LENA RECONSTRUYE LA HISTORIA DE SU PADRE
Cuando estaba preparando su película, la directora conoció en Montevideo a Lena Fontela, una uruguaya que es la hija de un desaparecido que fue desterrado de su patria por la dictadura. La única opción de salida que le dio el gobierno militar al padre de Lena fue Chile. Allí viajó entonces, esposado, hasta el aeropuerto de Santiago, adonde fue liberado.
Poco después ocurrió el golpe de Pinochet -ayer mismo se termina de cumplir su trigésimo aniversario- y en esas circunstancias el desterrado uruguayo fue secuestrado por los militares chilenos y ya no se supo más de él. Su hija no sabía casi nada de su historia y consintió en que Bondarevsky indagara acerca de la suerte que había corrido su padre.
Una vez en Santiago, la directora encontró -luego de mucho trajinar- una caja que contenía alguna información de lo que le había ocurrido al padre de Lena. Posteriormente, ésta viajó con la cineasta al país trasandino y supieron así con quién había estado viviendo el uruguayo en Chile, adónde había estado y hasta una foto, muy importante para Lena, que no tenía ninguna.
FICHA TÉCNICA
Música original: Ramiro Abrevaya. Sonido: Luciano Bertone. Edición: Miguel Schverdfinger. Asistente de dirección: Facundo Rámilo. Cámara – Fotografía: Libio Pensavalle. Dirección de producción: Martín Mujica. Productora ejecutiva: Judith Said. Guión y dirección: Laura Bondarevsky. Producción: Hasta la Victoria Producciones. Productor Asociado: Asociacion Compromiso por la Vigencia de los Derechos Humanos y Sociales. La película también tuvo el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
