CABA lidera la recaudación tributaria per cápita y expone la brecha fiscal

CABA lidera la recaudación tributaria per cápita y expone la brecha fiscal

Los datos se desprenden de un informe del Instituto i-Ciudad.


Un informe elaborado por el Instituto i-Ciudad, con la firma de los economistas Federico Franzese y Santiago Battista, revela que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) encabeza por amplio margen la recaudación tributaria per cápita en Argentina. Solo en concepto de Ingresos Brutos, la Ciudad recauda $1.840.928 por habitante, una cifra que triplica la media nacional y es 14 veces superior a la de provincias como Santiago del Estero.

Este desequilibrio se replica en otros tributos: CABA también lidera en la recaudación per cápita de impuestos inmobiliarios y sellos, superando con holgura a jurisdicciones incluso de desarrollo intermedio. En el caso del inmobiliario, por ejemplo, recauda cinco veces más que el promedio nacional y casi triplica a la provincia de Buenos Aires, que ocupa el segundo lugar.

La explicación estructural detrás de estos datos está ligada a la concentración económica que caracteriza a la Ciudad: allí se ubican las casas matrices de las principales empresas del país y un vasto entramado del sistema financiero, lo que potencia la base imponible. “Este factor le otorga a CABA una autonomía fiscal única frente al resto de las provincias”, explican los autores.

En el extremo opuesto, provincias como Corrientes, Formosa y Santiago del Estero presentan una capacidad recaudatoria muy limitada, dependiendo casi exclusivamente de las transferencias del Estado nacional. Esta disparidad refuerza las desigualdades estructurales entre jurisdicciones y plantea serios desafíos en materia de equidad fiscal.

El informe destaca que el impuesto a los Ingresos Brutos sigue siendo “el elefante del sistema”, ya que representa cerca del 27% de los recursos provinciales. Si bien se trata de un tributo cuestionado por su carácter distorsivo, su eliminación o reducción sigue siendo inviable sin una reforma integral del régimen de coparticipación y una coordinación efectiva entre provincias.

Franzese y Battista concluyen que sin una reforma estructural, la competencia fiscal entre jurisdicciones podría derivar en una carrera a la baja con consecuencias negativas para los servicios públicos. “La coordinación tributaria es fundamental para evitar un canibalismo fiscal que solo profundiza las desigualdades”, advierten. La Ciudad de Buenos Aires, por ahora, se mantiene en la cima de un sistema fragmentado y asimétrico.

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