Remar la vida

Remar la vida

En la Villa 21-24 existe un curioso Club Náutico a orillas del Riachuelo, en el que 90 chicos están aprendiendo a remar, supervisados por la Prefectura. Es una iniciativa del Ministerio de Seguridad y de la Secretaría de Cultura.


Ingresar por la avenida Iriarte a la Villa 21-24 significa llegar a un mundo distinto. De repente, el pavimento, que era un billar, se vuelve una estampa de aquella canción de Manal: ?Avellaneda blues?.

?Vía muerta, calle con asfalto siempre destrozado?, cantaba el mítico poeta urbano Javier Martínez, describiendo el paisaje al otro lado del Riachuelo, que no difiere demasiado del de esta orilla. Luego continuaba: ?Sur y aceite, barriles en el barro, galpón abandonado?.

Pareciera que el baterista-poeta-compositor de Manal se hubiera inspirado en las calles que estamos recorriendo para escribir su canción.

El contraste con esa otra ciudad que se extiende más allá de la avenida Vélez Sarsfield es notorio. Cuando nos adentramos en la villa, las calles se angostan y los rectos dibujos de los urbanistas se vuelven una caprichosa serpiente, que obliga al chofer de la combi a extremar el cuidado, mientras pasa rozando las paredes de las casas.

Luego empiezan a aparecer los chicos jugando en la vereda ?siempre hay niños donde viven los pobres? y los perros circulando libremente por las calles. Una pintada homenajea al grupo rockero español Héroes del Silencio, casi una metáfora en esta tierra de nadie, en la que conviven la pobreza más extrema con las antenas de DirectTV y los autos de alta gama.

Finalmente, en un recodo de la serpiente, aparece un cartel inesperado: Club Náutico Villa 21-24, que es nuestro destino, situado en los márgenes del Riachuelo. Por sus aguas inconvenientes navegan los chicos de la villa, subidos en los botes a remo de la Prefectura Naval Argentina, gracias a una extraña y elogiable iniciativa de la ministra de Seguridad, Nilda Garré y del secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia.

El director de la Casa del Bicentenario de Barracas, Víctor Ramos, revela que ?aquí estamos en el lugar conocido como Tres Rosas, en la Villa 24. Para esta iniciativa, nos contactamos con la ministra de Seguridad, Nilda Garré, a la que le propusimos que se instruyera a los chicos en el remo, teniendo en cuenta que en esta zona la Prefectura recorre los pasillos de la villa para cuidar la seguridad. Por eso, solicitamos que volvieran al agua por un rato, que es su función original y porque esto también mejora la relación de los prefectos con la comunidad?.

La razón de la iniciativa se explica con sencillez, según Ramos: ?Nosotros estamos desarrollando con Coscia un trabajo cultural muy fuerte en la villa, porque él siempre dice que un peso que se gasta en cultura, son tres pesos que se ahorran en seguridad?.

?Para la actividad ?prosigue Ramos? había en principio un cupo de 60 chicos, que autorizó Prefectura, pero después hubo que ampliarlo a 90. Lo mismo, se inscribieron 200 chicos.?

En el muelle de hierro, que construyeron herreros de la villa, se agolpan los chicos de entre 14 y 21 años, que esperan su turno para salir al agua a remar en un trayecto de unos dos kilómetros. Dos lanchas a motor, con nadadores profesionales, entretanto, aseguran con su presencia que no haya problemas en el agua.

En cada uno de los seis botes provistos por Prefectura, los chicos ?muñidos de sus chalecos salvavidas? son acompañados por un efectivo, que es su instructor de remo, el que les enseña las técnicas y además lleva el timón de la embarcación.

El prefecto Gastón Da Silva, coordinador de los cursos en el turno tarde, asegura que ?estamos en la tercera semana de esta actividad. Nos llevamos una sorpresa con los más chicos, porque fueron los que agarraron más rápido las cadencias y los tiempos del remo. Aún no tienen la fuerza, pero sí tienen la técnica. El remero debe tener una cierta estructura física, como poseer brazos largos, pero los chicos suplen esa carencia con mucha actitud?.

La secretaria de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Seguridad, Ileana Arduino, asegura que ?esta iniciativa constituye una parte central de la política de seguridad, porque permite a las comunidades más vulnerables acceder al ejercicio de sus derechos, entre ellos, el derecho al ocio, a practicar deportes y a gozar de una calidad de vida más saludable?.

La subsecretaria de Gestión Cultural, Marcela Cardillo, aclara que ?cultura y seguridad no son compartimientos estancos, sino que están en una interacción constante, por eso se firmó un convenio marco de cooperación entre el Ministerio de Seguridad y la Secretaría de Cultura. Esta es una de las primeras actividades que se implementan en este trabajo conjunto?.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...