Néstor y el poskirchnerismo porteño

Néstor y el poskirchnerismo porteño

El kirchnerismo tuvo una semana movida a partir de la directiva presidencial de crear un nuevo espacio para enfrentar a Macri, con el regreso de un crítico - y cuestionado-Alberto Fernández y con un peronismo que ya discute alternativas al seguidismo al que venían acostumbrados.


En esta Ciudad de Buenos Aires, también se verifica para un gobernante la necesidad de tener un aroma peronista como sinónimo de llegar al final del mandato, aunque es necesaria una plusvalía institucional, un cierto grado de prolijidad ante la inminencia de la presión mediática: y no perder de vista jamás que la vidriera del país no puede ser olvidada.

Un dirigente de dilatada trayectoria que habita en la Rosada, resumió en una frase la realidad por la que atraviesa el tablero interno de la política argentina: "el que jugó con el campo ganó; el que lo hizo con los Kirchner perdió". Así se podrá monitorear el movimiento de los distintos dirigentes y espacios en esta coyuntura, al menos hasta que algún hecho de magnitud altere esa lógica que no durará para siempre y promete nuevos duelos
.
Pero lo cierto es que dentro del peronismo ya hay demasiados movimientos como para ser pasados por alto. La primera gran división se observa en los diversos proyectos que reconocen un origen de los mismos que antes del conflicto eran todos oficialistas. Hay un kirchnerismo en descenso y un poskirchnerismo en ascenso (dando por tierra el futuro del santacruceño, aunque no de su gobierno, esto es, del gobierno de Cristina Fernández). Esos polos intentan involucrar a extrapartidarios, armar frentes, siempre con base en el PJ, midiendo al milímetro los pasos para no dar ventajas. Duhalde, Solá, Schiaretti, Reutemann, Das Neves, el legendario Marín, Romero y siguen las firmas, con matices todos ellos arman desde esta ultima idea.

Trasladada a la Capital, esa división está afectada en sus fundamentos a causa de la renuncia a la Jefatura de Gabinete del otrora todopoderoso Alberto Fernández. Esa renuncia podría provocar un "efecto dominó" sobre su capacidad de maniobra e influencia en el distrito, hoy escasa. "Su futuro es incierto", coinciden algunos dirigentes que antes fueron sus oficiales de campo. Esa es la versión light. La versión hard especula sobre su inevitable ocaso lo que provocaría la intemperie de muchos de los dirigentes y legisladores que tenían su suerte atada a la de Alberto. El legislador Diego Kravetz, futuro papá y de viaje por estos días encabeza la tropa que tendrá que decidir qué hacer ante el distanciamiento de su jefe con Kirchner. ?Alberto es un amigo y seguramente va a estar? disparó socarronamente el santacruceño sobre quien era el emperador de la Capital, en la cual antes no podía entrar ni siquiera Julio De Vido, algo que se verificó en la elección 2007.

Por lo pronto, en la tarde de este miércoles, en una reunión del Consejo Metropolitano del PJ, ante 50 personas, Fernández, sorpresivamente, criticó con cierta dureza al gobierno del que formó parte hasta hace apenas dos meses. Lo acusó de estar ?falto de credibilidad? a partir de los desmanejos del INDEC entre otras cosas. Pero la suerte de Fernández, si bien no está echada, por lo menos está muy difícil. A esa definición se llega por dos vertientes: el hartazgo de la mayoría de los referentes del distrito, que nunca se sintieron cómodos con su conducción (la de Fernández) pero la aceptaban dada su potencia infinita en el Gobierno ; y sustancialmente, por el poco fervor que demuestra la pingüinera por ayudar al porteño a retener el poco poder que le queda. Más allá de candidaturas y alineamientos, surgió esta semana la intención que el jefe del kirchnerismo en la Capital debería ser el propio ex presidente Kirchner, algo que por el momento sólo habita en la cabeza del legislador Juan Cabandié, más allá de quienes lo acompañaron el jueves por la mañana a Olivos, Daniel Filmus y Carlos Heller .

Es en esta lógica que hay que entender el "indulto" al ex jefe de Gobierno, Jorge Telerman, sobre quien pesan rumores (¿ciertos?) de ofertas para integrarse a la gestión de CFK en un lugar de relevancia (Cultura), habida cuenta de que a nadie ya le importa su antiguo-histórico enfrentamiento con Alberto Fernández. Pero Telerman ya miró con una tranquilidad asombrosa el episodio de la guerra gaucha y tampoco se apurará ahora. Sobresalió su foto con Daniel Scioli, en una muestra de autonomía (de ambos): una operación metropolitana que tiene en ambas orillas del Riachuelo el respaldo del gremio de los encargados de edificios, el Suterh de Víctor Santa María. Sin adelantarse a los acontecimientos, Telerman presentaría rasgos más peronistas que los que tuvo en su gestión, incluso podría arrebatar el mandato partidario a Alberto Fernández cuando el SUTERH lo decida si es que lo hace. Su intención es volver a la Legislatura porteña de la que alguna vez fue Presidente.

Para dar una imagen más progre, en sintonía con lo que solicita la rosada casa matriz , se autopostula Daniel Filmus, quien todavía goza de buena salud en la consideración presidencial. El actual senador nacional pretende liderar un espacio en el que puedan convivir referentes jóvenes como Juan Cabandié y el banquero Carlos Heller, que nunca se sabe si está con Ibarra o volcado al segmento K, todos apuntalando el proyecto que encabezan los Kirchner. Esta semana, por lo menos se lo vio contento con el ex presidente.

"Esa confusión es la que rodea al espacio de Filmus", disparan desde sectores que no comulgan con el ex titular de Flacso. No hay variantes a nivel local, más allá de quienes ubican a Graciela Ocaña al comando de un tercer sector, cuando se sabe que competirá en provincia y no tiene actividad porteña. La principal misión de este grupo es la de hacer cada vez más visible la oposición a Macri, intentando frenar que el proyecto del ingeniero tenga una continuidad ascendente tanto a nivel local como nacional. El mismo santacruceño se encarga de usar todas las armas disponibles, por otro lado siempre las mismas (Hugo Moyano, Aníbal Fernández, Luis D?Elía) para perturbar el andar de Macri. Son los mismos que contestan todo, desde la valija de Antonini Wilson hasta la ofensiva porteña. El problema es que los ciudadanos de Buenos Aires quedarán rehenes de una necesidad política del ex presidente lo que seguramente terminará jugando de manera inversa a lo que él pretende. Dicho de otro modo hoy la imagen de Macri entre los porteños es muy superior a la de Kirchner, este ?ataque? sin sentido real profundizará la brecha ente esos números, y las malas elecciones K en la Ciudad pasarán a ser aún peores.

En el bloque del FpV, si bien las relaciones personales no se deterioraron, crecen las demandas insatisfechas y cada vez más cuesta encontrar una síntesis. El "no" a la ampliación presupuestaria fue un bálsamo para quienes reclamaban dureza contra el oficialismo, pero la urgencia de tener que renovar ocho de las doce bancas (quedarán sólo el jefe de la bancada Diego Kravetz, Gabriela Cerruti, Juan Cabandié y Silvina Pedreira), es una parada complicada. La alternativa es quién puede dividir las aguas y acercarse de menor a mayor al Gobierno nacional. Juan Manuel Olmos es el único con reelección segura por peso propio. Es quien piensa una estrategia para conducir el barco a puerto seguro. En las reuniones en el Suterh, donde concurren sectores afines al PJ local, se intenta encontrar una política que recomponga al FpV, en sintonía con la directiva presidencial de llevar una lista única en el distrito, pero sin seguidismo opbligado. Allí la movida de Kirchner con Cabandié no la comprarán llave en mano, seguramente habrá que discutirla a fondo. Hay poskirchnerismo también en Capital, hacia el 2009 se irán ordenando los patitos que ya no están en fila como lo estuvieron desde finales del 2003.

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