Bolsonaro condenado a más de 27 años por intento de derrocar a Lula

Bolsonaro condenado a más de 27 años por intento de derrocar a Lula

El Supremo Tribunal Federal (STF) lo halló responsable de varios delitos vinculados a un plan golpista.


El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil condenó al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y 3 meses de prisión tras considerarlo culpable de liderar una trama para intentar impedir la transición democrática después de las elecciones de 2022. La sentencia lo halló responsable de varios delitos vinculados a ese plan golpista.

Los magistrados le atribuyeron a Bolsonaro delitos que incluyen —según los fallos consignados por la prensa internacional— intento de golpe de Estado, pertenencia a una organización criminal armada, tentativa de abolición violenta del Estado de derecho y daño a patrimonio público y protegido. El tribunal además impuso una multa y aplicó la pena en régimen inicial cerrado, si bien la edad del exmandatario (más de 70 años) influyó en la graduación de la pena.

La causa, conocida como Ação Penal 2668 en el STF, reunió pruebas y testimonios que, según el relator del caso, el juez Alexandre de Moraes, demostraron que Bolsonaro instrumentalizó aparatos del Estado y buscó la intervención de fuerzas armadas y leales para mantenerse en el poder. La sentencia se adoptó por mayoría: cuatro votos a favor y un voto en contra —la disidencia vino del ministro Luiz Fux— en distintos momentos del proceso.

La jueza Carmen Lúcia consideró que existen “pruebas concluyentes” de que un grupo liderado por el expresidente intentó un golpe de Estado en el país vecino. Las pruebas recabadas en la investigación demuestran “sustancialmente” la existencia de violencia y una grave amenaza para las instituciones del Brasil, indicó la magistrada.

En tanto, el ministro Cristiano Zanin indicó entender que se estaba configurando un intento de golpe de Estado: “La estabilidad de la organización y la dirección de sus acciones antes y después de las elecciones de 2022, revela la continuidad del proyecto en torno al alcance mayor de la organización, que era mantener a un grupo específico en el poder, independientemente de la voluntad popular”, afirmó.

“No se puede descartar la evidente correlación entre la narrativa construida por el grupo y reiterada constantemente por su líder, Jair Messias Bolsonaro, y la concentración de manifestantes que, alentados por miembros del grupo, perpetraron posteriormente los atentados del 8 de enero. La intencionalidad y la relación causal son suficientes para responsabilizar a los acusados”, concluyó el juez de STF.

Además de Bolsonaro, varios de sus excolaboradores y altos oficiales militares fueron condenados por su participación en el complot: las penas para los otros imputados van desde varios años de prisión hasta sanciones y multas, en función del grado de implicación de cada uno. El fallo también incluye la prohibición de ocupar cargos electivos por varios años tras cumplirse las eventuales condenas.

Bolsonaro, que se encontraba bajo arresto domiciliario por otras causas, rechazó las imputaciones; su defensa anunció que recurrirá la decisión ante instancias nacionales e internacionales y calificó la condena como desproporcionada.

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