La Confitería Richmond es una de las confiterías emblema de la calle Florida, y una de las más tradicionales de la Ciudad de Buenos Aires. Con 80 años de vida y miles de anécdotas, apellidos famosos e innumerables personalidades de la vida social y política desfilaron por este local ubicado en Florida al 400, que había logrado sobrevivir a la competencia de cadenas como Starbucks y Havanna y también al auge y decadencia de la peatonal. Sin embargo, está a punto de pasar a ser un grato recuerdo para sus habitués y una fuente menos de trabajo para el personal que aun presta servicios y se resiste a su cierre.
Según consigna en el día de hoy el diario El Cronista Comercial, a partir de noviembre se instalará allí un Nike Store – el más grande de Capital Federal, ya que tendrá 650 metros cuadrados-.
El periodista Andrés Sanguinetti, consigna en su nota que no logró ubicar a sus propietarios, pero Guillermo -uno de los encargados-, se mostró preocupado por el futuro laboral de los empleados que aun no fueron despedidos, y sostuvo que nadie les comunicó "oficialmente" el cierre de la confitería, aunque el área de billares ya fue discontinuada, el horario de atención reducido y la mitad del personal despedido.
Tanto esta situación como la noticia de su cierre movilizaron a representantes del ámbito político. El Ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi; y la legisladora María Jose Lubertino, intentan encontrar mecanismos legales que permitan la preservación de la confitería.
Lubertino recordó que el inmueble está alcanzado por la ley porteña 2548 que declara la protección cultural de 600 edificios. Y también que figura en la lista de los llamados "bares notables", según la que unos 60 cafés, billares y confiterías son reconocidos como Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires por su permanencia en el tiempo, por haber contribuido a hechos culturales e históricos relevantes y por su diseño arquitectónico.
Además de la Richmond, figuran el Café Tortoni y 36 Billares, en avenida de Mayo; La Giralda y La Paz, en la avenida Corrientes; el Británico en el Parque Lezama; Las Violetas, en Medrano y Avenida Rivadavia; La Biela en Recoleta y La Academia, en Callao y Corrientes.
"Estamos analizando la situación legal para evaluar si se le puede cambiar el destino comercial a la Richmond, teniendo en cuenta que es uno de los bares notables de la ciudad", explicó la legisladora. Dijo que la intención es que no desaparezca porque es patrimonio cultural de la Ciudad, pero aclaró que se debe estudiar a fondo el caso "para comprender si la legislación alcanza a un contrato firmado entre privados". Es decir, si la protección cultural que tienen los bares notables impide o no su cambio de rubro.
Se trata de una situación inédita. Otros bares como la Richmond que tuvieron a punto de desaparecer, fueron rescatados y siguieron funcionando bajo el mismo formato.