"Es una superficie de nada menos que 105 mil metros cuadrados contaminados por una especie de laguna subterránea de combustible", así catalogó este lunes el ombusdman adjunto porteño, Antonio Elio Brailovsky, a las consecuencias que provocaron las filtraciones de hidrocarburos de una estación de servicio Shell que provee de combustible a los aviones en el Aeropuerto Ministro Pistarini, situado en Ezeiza.
"La producción de vapores en instalaciones existentes donde puedan llegar estos contaminantes pueden generar explosiones o incendios", expresa una carta enviada en diciembre por Aeropuertos Argentina 2000 al ORSNA. Con respecto a esta misiva, el director del Centro de Estudios e Investigaciones en Ingeniería Aeroportuaria de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, Roberto Herbstein, expresó con simpleza que "nos ha provocado estupor".
En la documentación hecha pública por Brailovsky, la empresa concesionaria del aeropuerto de Ezeiza reclamó la intervención del ORSNA en el conflicto y deslindó en Shell las responsabilidades "por los riesgos y daños ocasionados", debido a que se le ordenó la realización de estudios, la toma de medidas de emergencia para minimizar los riesgos y la ejecución de tareas de remediación.
Según informó Herbstein, el área contaminada incluiría parte de la Terminal A y su plataforma -la última que se inauguró-, que abarca desde el lugar donde transitan los pasajeros hasta el estacionamiento definitivo de las aeronaves, donde además están los trabajadores.
Además de los peligros de explosión, Aeropuertos Argentina 2000 alertó que, como las estructuras no están diseñadas para soportar combustibles, las construcciones podrian colapsar como consecuencia de la solubilización o del ablandamiento de sellos, protecciones y aislaciones.
OTRA SHELL
Desde hace 24 años, la estación de servicio Shell ubicada en la intersección de las avenidas Independencia y Lima derrama una gran cantidad de hidrocarburos que se filtran hacia las instalaciones de la estación Independencia, de la línea "E". El volumen de tierra afectado es ya de una hectárea de superficie, por una profundidad de entre 15 y 20 metros -es decir más de 15 mil metros cúbicos-, y se estima que alcanza para llenar 100 mil camiones de carga.
El 1º de octubre de 1999, la Sala "H" de la Cámara Nacional Civil, resolvió condenar a Shell a la reparación del medio ambiente mediante el cambio de tierra en el tramo comprendido entre la estación de servicio y la estación de subterráneos, dado que se encuentran "configurados los presupuestos de la responsabilidad de las accionadas".
Pero las obras todavía no se iniciaron debido a que la firma anglo-holandesa aún no termino de hacer los estudios de impacto ambiental que se requieren. Los peritos judiciales que se ocupan de verificar que se cumpla el fallo de la justicia denunciaron irregularidades en la forma en que se realizó la comprobación del daño causado. Además, Brailovsky denunció que la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad lo único que hizo fue "mover papeles" y que "Shell está incurriendo en una conducta maliciosa en la ejecución de la sentencia".