Laura Azcurra: “Actuar es un riesgo constante”

Laura Azcurra: “Actuar es un riesgo constante”

A punto de reestrenar Noche de reyes, de Shakespeare,
en donde debuta como cantante, recuerda la adrenalina
de Pura química y adelanta algo de Lobo, la próxima tira
de Pol-ka. “Al Chueco Suar no le puedo decir que no.”


Nunca me tocó reponer una obra tan hermosa como Noche de reyes, en la que hemos trabajado tanto. Es una de mis obras favoritas de Shakespeare. El texto ya lo conocía. Cuando lo leí, me di cuenta de que estaba muy bien adaptado, lo cual es fundamental. Hablé con el director, Jorge Arzumendi, y le dije que me encantaba. Fue un desafío armar esta puesta en dos meses, y Lady Olivia, mi personaje, me parece amoroso y transita por varias emociones a lo largo de la obra, desde la tristeza más profunda hasta el enamoramiento o éxtasis de la confusión. Me gusta eso que tiene como si fuera un matriarcado ante la muerte de los hombres de su familia, que se hace cargo de todo y va para adelante. Además, elige no juntarse con el hombre que supuestamente está predestinado para ella. El que sea musical y tenga la excusa de las canciones de los años 50 hace que la obra, que venía con una puesta muy independiente, termine siendo una producción importante.

Noche de reyes se transformó en esta producción de muchos actores y la escenografía requiere de mucha complejidad. Se fue dando en la medida en que todos comprendimos que el proyecto necesitaba de mucha responsabilidad y hubo un compromiso por parte de todos. No es fácil hacer Shakespeare ni trabajar con muchos bailarines, músicos y actores, y menos si es una producción que no tiene financiación, ya que va a cooperativa. Todos, de alguna manera, sentimos esto y decidimos seguir adelante. Ponemos lo mejor de nosotros, nuestro tiempo y nuestro amor y energía para lograr que la gente salga contenta, que es lo que a mí me interesa. El teatro es para movilizarte y para que en esa hora y media te teletransporte a una situación que sentís viva aunque sabés que no está. Todo ese intercambio de energías con el actor proyectando y el público recibiendo es algo que me resulta apasionante. Es como un hecho íntimo.

Impasse 1: Laura llega puntual a El Cubo para la nota. Con sus anteojos oscuros y celular en mano, saluda afectuosamente. Ahí nomás vamos a hacer las fotos a la calle y al bar del teatro. Tiene ganas de hablar sobre las tablas y deja impresiones muy jugosas.

Con esta obra debuto como cantante. El hecho de plantarse arriba del escenario y largar la voz es un desafío que me gusta. Ser parte de este proyecto implicó aceptar este desafío de buscar nuevas cosas mías en lo artístico. Necesito tener la sensación del desafío, buscar cosas nuevas y sentir que estoy en dificultades, si no el laburo del actor empieza a transformarse en algo muy autómata y repetitivo. Empiezan a aparecer los lugares comunes y los caballitos de batalla. Creo que hay que ir un poco más allá. Los actores estamos entrenados para poder atravesar esas sensaciones, y si nos va mal, nos va mal. Los actores tenemos que estar entrenando, estudiando y creando. Hay que vivenciar y correr el riesgo a equivocarse, enfrentando lugares chotos. Es parte de nuestro laburo, si no, aparece un piloto automático que no tiene gracia para el que lo ejecuta ni para el que lo ve. Pero también veo colegas que están muy cómodos haciendo lo que hacen siempre. Tienen un nombre y mucho carisma, y como son muy profesionales, siguen nadando en las mismas aguas, pero bueno?Es tan versátil y tan interesante nuestra profesión que es una picardía no animarse. ¿Por miedo a qué? ¿Al qué dirán, a que no funcione? ¡La vida hay que vivirla! Siempre creo que los actores tenemos que estar activos, entrenados, tomando clases o lo que sea para prepararse para cuando viene la situación de la ?acción?.

Shakespeare es, como Lorca, uno de los dramaturgos más fuertes e importantes. Los admiro y, al mismo tiempo, para abordarlos hay que conocerlos, entenderlos y también faltarles un poco el respeto porque si nos quedamos en esa cosa de que son ?intocables?… Sí, estás hablando de Shakespeare, pero en su momento era como cualquiera de nosotros. Un tipo que contaba historias, un ser sensible que era un observador de la realidad. Quitemos el peso de los años de trascendencia y sabiduría que tiene porque con esa solemnidad nunca podríamos abordarlo. Ni a él, ni a Chéjov, ni Molière. Hice Señorita Julia, de Strindberg, que fue otra ?falta de respeto?. La adaptación que había hecho Claudio Ferrari transcurría en Buenos Aires y la ubicaba después de la Revolución Libertadora. Era una herejía total pero me gustó ese desafío. Hubo gente a la que le gustó mucho y otra a la que no le gustó nada. ¡Y bueno! Creo que estos dramaturgos son felices con eso también.

Impasse 2: Laura habla y gesticula, dejando en claro su punto de vista. Con la simpatía y dulzura de siempre, se aprecia la madurez alcanzada a través de una carrera rica y variada.

Ser conductora de Pura química fue espectacular. Una delicia de principio a fin aunque los dos primeros meses estuve bastante temerosa. No terminaba de encontrarle la vuelta al programa, pero no era yo sola sino todos los que estábamos ahí. Era una prueba muy arriesgada de ESPN, que buscaba como televidentes a adolescentes y adultos y no sabían cómo. Este experimento, que fue Pura química, salió bien porque éramos cien por ciento genuinos. Estábamos en una señal de televisión muy importante y esto me resguardaba de saber que no iba a terminar en una situación bizarra. Yo sé ?de hecho, rechacé proyectos que también tenían una situación parecida, de conducir y anfitrionar? que hoy por hoy, una propuesta poco clara, con la vorágine del rating, del minuto a minuto puede terminar siendo de freaks y mediáticos. El saber que es un canal de deportes con una ética y de cosas que no se pueden hacer me resguardó de esto. Entonces me tiré a la pileta en un palo completamente desconocido para mí. Fue un aprendizaje genial, con toda la adrenalina de hacer un programa en vivo. Después de eso, ¡sos indestructible!
Lobo viene muy bien pero me daba miedo volver a la ficción. Las dos primeras semanas estaba aterrada, con mucho miedo. Ya me venían llamando para hacer ficción y había dicho que no, pero bueno, al Chueco no le podía decir que no. Él fue el hombre que me dio la oportunidad y Pol-ka es como la casa de mis viejos. Conozco a todos de años. Me han enseñado muchísimo y soy una agradecida de eso. La historia es excelente y está protagonizada por Gonzalo Heredia y Vanesa González. Está muy bien escrita y trabajo básicamente con tres actores, Esteban Meloni, Mónica Galán y Vanesa González. Mi personaje es la hermana de Vanesa González. Es todo lo opuesto a ella y es muy impune. No es mala, es ambiciosa. Eso me da mucha libertad para crear.

Noche de reyes.
Teatro El Cubo. Zelaya 3053. Sábados, a las 21.

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