Hace unos años dirigí "Esperando a Godot", de (Samuel) Beckett. Los representantes de Beckett son los mismos de Sarah Kane. Los llamé porque me llegó "4.48 Psicosis" y no sabía quién era esta autora. Me interesó la obra y su valor poético. "4.48 Psicosis" llevó 43 ensayos, de los cuales algunos duraban media hora porque tenía que cortar por la convulsión que me agarraba. La obra está en las palabras. Quería que fuera una experiencia. No podés entender el texto desde la cabeza sino desde el alma, que es desde donde está escrito. Un día le dije a Luciano (Cáceres, director de la obra) que me gustaría no tocar el piso. Sarah Kane conmueve con lo que dice: "Ya está hecho. Ya me tragué todas las pastillas, ya me colgué. Contemplad al eunuco descastrado pensamiento. Extraño, rebanado. La captura, el rapto. La ruptura de un alma". Siempre insisten con el suicidio de Sarah Kane, pero lo importante es su obra.
Pasa de todo en la función. Pasan de reírse a reflexionar. El público se conmociona, lo que me parece muy bien. Me gusta que el teatro siga siendo el único lugar donde el hombre se va a mirar a sí mismo y a revelar lo que está oculto. Eso no te lo dice la televisión. El hecho de transmitir de un hombre a otro, sin ningún intermediario, es único y siempre se va a sostener en la medida en que sea particular. Si empezamos a imitar a la televisión, con la tecnología, es una batalla perdida. El teatro es el hombre y sus circunstancias y la palabra.
Impasse 1: La charla gira sobre Sarah Kane y sus obras en nuestro país. Leonor había dirigido "Aniquilados". En un mes, se va de gira a España con "4.48 Psicosis".
En "Aniquilados" no había un rol para mí. Era la primera obra de Sarah Kane y la hicieron mierda. Dirigirla fue una experiencia porque empieza a develar todo. Hay mucha oscuridad y no encontrás por dónde entrar. Con "4.48 Psicosis" te muestra todo pero desde una manera poética. En "Aniquilados", la crudeza está ahí. Cómo un hombre que tiene poder lo utiliza para manipularla y destruirla. Les dije a mis compañeros que las obras tienen momentos. Hoy hay tres obras sobre el incesto. "Aniquilados" era una obra muy importante para dar a conocer. Me gusta dirigir aunque ahora me gusta más actuar. Nunca se me ocurrió actuar y dirigir al mismo tiempo. Para el actor es fundamental la mirada del director. Desde el escenario, tenés una lectura de los hechos que vos creés que es así pero que no es la del espectador, que sí tiene el director desde el afuera. Para mí, como actriz, es fundamental el director.
Al teatro argentino lo veo muy rico. Hay mucho teatro profesional hecho por gente que profesa su vocación. El teatro off se enriqueció pero debería pasar al profesionalismo. Eso de "no, la calle Corrientes, no" es un prejuicio instalado por supuestos popes que se creen los dueños de los teatros que están en el off y por maestros que no les dan la libertad al alumno para que elija. Juan Carlos Gené nos decía: "Ustedes tienen que ver todo porque el teatro es todo". Nadie es dueño de la verdad absoluta. Teatro malo hay en el off, mucho, y también en el teatro llamado comercial, aunque yo le digo profesional. Es lamentable que haya jóvenes cautivos de eso. Hay que ver todo y después elegir. Sino te quedás con lo de "somos los mejores" y te mordés la cola.
Impasse 2: Leonor tiene una especie de bufanda que cubre su cuello. Su timidez da paso a la pasión cuando hablamos de su gran amor: el teatro.
Siempre hubo actores buenos y malos. Antes de Stanislavsky, los buenos actores ya hacían las recomendaciones del Hamlet. Stanislavsky, Grotowsky, sistematizaron algo que los actores buenos siempre habían hecho. Hubo un período, sobre todo en el teatro off, en que lo importante no era el actor sino el director o el autor. Para mí, la base es el actor. Con un actor y un espectador, hay teatro. Un actor es alguien que encarna a un hombre y sus circunstancias. Durante un tiempo, no se encarnaba. Se decía "no actúes", que no sé qué quiere decir. ¿Qué es "ser vos mismo"? ¿Una ameba? Además, no sos vos mismo, sino que sos vos en esas circunstancias que no son las tuyas. El adaptar el personaje al actor cambió porque el público en cierta medida, lo determinó. Cuando aparece en un principio y es una necesidad real, está bueno, pero cuando se termina convirtiendo en una forma, no sirve.
No tenía idea de que iba a ser actriz. Quería ser monja y más que monja, santa. Es bueno encontrar una vocación, algo que te guste hacer y que sirva a los otros. Estoy feliz y cruzo dedos porque con los años que estoy en esto sigo manteniendo el placer y la pasión por lo que hago. Sería horrible tener que hacerlo únicamente por una razón económica. Me acuerdo una vez que estaba en el escenario y que no tenía sentido lo que hacía. Nos tentamos ahí arriba y fue terrible. Como no había un divertimento en el hacer y en el entregar, nos divertíamos entre nosotros. Me fui tan vacía que quería tirarme el tacho de basura encima. Lo importante es hacer perder las coordenadas de tiempo y espacio propias del público. Cuando vas al teatro y ves algo bueno, te perdés en esa historia y en esos personajes. Te enriquecés mucho. El teatro te permite recuperar la humanidad porque es la capacidad de conmoverte con otro.
(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 156, DEL 02/10/08).



