Juan Pablo Cusa: "Ibarra se tendría que empapar más de kirchnerismo"

Juan Pablo Cusa: "Ibarra se tendría que empapar más de kirchnerismo"

Es el referente porteño del MTD Evita. Militó en Quebracho y se fue junto a Santiago Martorelli y Emilio Pérsico, con quienes creó la agrupación piquetera. "No corre riesgo la gobernabilidad de Aníbal Ibarra", dijo, aunque fue duro con algunos vicios del ibarrismo. Además habló de los posibles candidatos de los kirchneristas no alineados, su alianza con Gabriel Fuks y el crecimiento de su espacio. Claves para entender cómo se empiezan a posicionar los kirchneristas que vienen de agrupaciones sociales


Juan Pablo Cusa es el líder del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) Evita. La agrupación piquetera es dirigida por Santiago Martorelli y Emilio Pérsico, dos ex dirigentes de Quebracho con quienes Cusa compartió cuatro años de militancia en esa agrupación. Cusa llegó a la Capital Federal a estudiar hacer 15 años y acaba de ser padre. Ahora dirige la militancia barrial del MTD Evita porteño, que tiene sus bases en Mataderos y Lugano, en particular en Cildañez.

NOTICIAS URBANAS: ¿Cómo fue la evolución política del MTD Evita?

Juan Pablo Cusa: Cuando empezamos en los trabajos barriales no teníamos vida política, éramos la resistencia, el corte de ruta, hace un tiempo por un acuerdo con Gabriel Fuks (director de Cascos Blancos) empezamos a armar esta estructura partidaria, que es el PP (Proyecto Popular), donde empiezan a confluir un montón de organizaciones con distintas experiencias. Eso nos da mucho más margen para sentarnos en la mesa política porteña.

NU: ¿Cómo ves que hayan bajado las pretensiones la mayoría de los dirigentes?

JPC: Cada uno juega en el distrito en el que el saco le queda bien y me parece que (Humberto) Tumini es un tipo que puede estar dentro de la Legislatura, y eso le daría una bocanada muy grande al bloque kirchnerista. La política que él hace le da más aire al Presidente en un distrito como el porteño donde no se ha armado la fuerza propia, es una apuesta bastante buena porque todo lo que va a ser la franja de diputados nacionales van a ser kirchneristas.

NU: Pero… ¿hay alguien que sea el referente máximo?

JPC: No hay nadie que resuma al conjunto, pero la idea es que después del asado se construya de alguna manera una mesa de trabajo. No creo que la mesa que salga de acá sea de todos los integrantes, estamos predispuestos y consideramos que desde ahí hay que armar una mesa de trabajo que convoque hacia arriba y hacia abajo a todas las expresiones kirchneristas.

NU: ¿Cómo van a jugar ustedes?

JPC: En la posición que nos toque vamos a jugar en las próximas elecciones, mientras tanto en este polo se constituya una pata kirchnerista. Por ahí estas elecciones no sean las nuestras.

NU: ¿Cómo entran en ese esquema los kirchneristas no alineados?

JPC: Que esté Humberto Tumini, Lito Borello, Eduardo Jozami, Abel Fatala, Gabriel Fuks, es muy positivo porque cada uno de ellos convoca a sectores distintos, desde la militancia más peronista, la izquierda y a sectores ibarristas que empezaron a dar un paso hacia el kirchnerismo. La idea es esa, que sea un abanico ideológico que expresa la política del Presidente.

NU: ¿Qué peso tiene para ustedes este armado?

JPC: La política territorial era una mínima expresión en las últimas elecciones. En la superestructura es donde generalmente se definen las cosas en la Capital Federal y por eso el asado lo vemos como un triunfo de Lito Borello, de Humberto Tumini, de compañeros que por sus características estaban fuera de las mesas políticas de la Ciudad.

NU: ¿Crees que el kirchnerismo tiene que bajar de lleno a la Ciudad?

JPC: La Capital Federal no puede estar al margen del proceso kirchnerista, esta cosa que muchos creemos de que es una caja de cristal que queda al margen de todo no puede ser más, el kirchnerismo tiene que hacer un desembarco muy fuerte. Dirigentes como Tumini y Lito Borello me parece muy bien que disputen espacios en la Ciudad porque son del kirchnerismo más puro, más revolucionario. Siempre creyendo que Capital Federal era un mundo parte, nos dimos cuenta de golpe que un hecho en Santiago del Estero repercute sólo en Santiago del Estero, pero uno en la Ciudad es un hecho que pega para bien o para mal en el Gobierno nacional.

NU: ¿Cómo entrar con un electorado tan diversificado?

JPC: La política del krichnerismo también encierra al porteño, más allá que es un electorado distinto al de Florencio Varela. Los lugares que nosotros dejemos los van a ocupar ellos. El Presidente abrió en la Ciudad un terreno fértil para construir y es un abanico muy grande de ideologías en las cual se puede construir el kirchnerismo. Tenemos que darnos una alternativa propia y fuerte para el 2007.

NU: En ese marco ¿por qué se nacionaliza siempre la elección?

JPC: Es muy difícil no nacional la elección cuando hay un presidente que la tiene tan clara, cuando compartís el proyecto nacional, es más no considero que sea bueno despegar del Presidente. Nosotros reflejamos el proyecto del Presidente en todos los barrios, en todas las provincias en que estamos, y en ese marco decimos por qué no en la Capital Federal.

NU: ¿Qué tendría que hacer o haber hecho Aníbal Ibarra?

JPC: Ibarra tendría que haber convocado en su momento a sectores kirchneristas que vinieran de la pelea y de la calle, y sectores que activamente venían forjando este modelo de país desde el 2001, que ahora refleja el presidente Néstor Kirchner. Creo que hay que abrir el proyecto de Ciudad hacia todo lo que viene abajo.

Eso de chicanear, de decir ustedes integran un comedor en una villa donde ni siquiera votan, es equivocarse porque el proyecto nacional va mucho más allá, son expresiones culturales, son militancia pura y son pibes que no solamente están en universidades sino que se embarran los zapatos todos los días en el barrio, más allá de ciertos níveles de técnicos que hay que tener me parece que Ibarra se tendría que empapar más de kirchnerismo. Y no sólo con el kirchnerismo, sino también con las organizaciones sociales del campo popular, si esto es así es que ibarra ha comenzado a entender el proceso.

NU: ¿Por qué lo apoyaron en el 2003? Lo volverían a apoyar si se repitieran las circunstancias?

JPC: En ese momento nosotros bancamos la situación nacionalizando la elección, era Ibarra o Macri, era Menem o Kirchner, no había otra forma porque cuando no llegas con alternativa de poder no podés echarle la culpa al otro. Ibarra refleja más el proyecto del Presidente que el macrismo. En la coyuntura que se da ahora, al no poder generar una fuerza propia, la discusión va a pasar entre la derecha e Ibarra, y en ese caso la elección va a ser la misma que en el 2003. No hay forma de que regalemos la Ciudad a la derecha.

NU: ¿Cambió su relación con el ibarrismo después de República Cromañón?

JPC: Hasta la crisis habíamos hablado en algún momento las cosas del comedor, si nos bajan carne o no, pero no había forma de llegar a una discusión política. Por ahí lo que aparece después de esta crisis es un dialogo mucho más fluido de discusión política donde nosotros les decimos todos los proyectos que tenemos para la Ciudad, que exceden al comedor de barrio.

NU: ¿Los escuchan?

JPC: En verdad, no hemos llegado a ninguna definición clara, pero se han abierto más de una mesa de discusión política y de proyecto donde han asumido que eran buenas las iniciativas, es más se han sorprendido de que nosotros tengamos ese nivel de militancia.

NU: ¿Es posible hacer un buen gobierno sin un partido detrás?

JPC: Cuando vos no construís fuerza popular propia y pasan crisis como estas no tenés donde refugiarte. Entonces te refugias en el seno mismo de tu organización, que es la Municipalidad, y eso muchas veces se ve como un autismo. Es un problema que Ibarra tendría que solucionar porque el no tener un respaldo popular te hace encerrarte en el circulo de operadores que tengas. Por las viejas estructuras que se están cayendo, es un problema que vamos a tener que transitar muchos. Ibarra tuvo la posibilidad de armar fuerza propia y en su momento no lo hizo. El elector porteño es el que lee el diario y mira la televisión, y ahí siempre estuvo fuerte Ibarra y el Gobierno de la Ciudad, pero cuando los que te defendieron te salen a matar no tenés donde refugiarte.

NU: ¿Ibarra tiene poder para meterse en la discusión de las listas?

JPC: Tiene poder, es un compañero de ruta del kirchnerismo hasta ahora. Creo que va a ser parte del gran frente y el ibarrismo va a seguir siendo una pieza importante. Pero va a tener que entender que hay otros actores y que va a tener que empezar abrir la cancha porque sino Cromañón se lo lleva puesto.

NU: ¿Van a salir a juntar firmas?

JPC: El tema firmas no es la contradicción principal del kirchnerismo. Todavía no lo definimos. Va a haber sectores que firmen y otros que no. Creemos que no corre peligro la gobernabilidad de Ibarra. Hoy por hoy la gente siente que después del 2001 hay que fortalecer las instituciones más que debilitarlas. No vamos a aceptar un golpe de la derecha, pero después es muy personal de cada militante de cada agrupación si sale a juntar firmas.

NU: ¿Qué esperan para definirse?

JPC: Hasta que el ibarrismo no convoque seriamente a los sectores más kirchneristas es muy difícil tomar una postura. Cuando Ibarra nacionalizó la elección en el 2003 salimos a jugar, más allá de que no nos recibían en el Gobierno de la Ciudad, porque creíamos que corría peligro el proyecto. Hoy creemos que no corre riesgo, pero hay que integrar lo nuevo porque Cromañón no es la corrupción sino el modelo, es el vaciamiento del Estado.

NU: ¿Qué responsabilidad tiene Ibarra?

JPC: Cromañón hubiera pasado con o sin Ibarra. Es cierto que no hubo cambios, que una elección de Comunas hubiera facilitado la crisis, porque Ibarra hubiera tenido un fusible más cerca. Esa es la pelea, empezar a enfrentarse a lo viejo, que muchas veces no es la primer figura. Nosotros lo vemos en el kircherismo: Kirchner representa un modelo distinto de país que muchos de sus ministros.

NU: ¿Cómo es esto?

JPC: Tenemos que partir de la base que es un gobierno que entro con una alianza muy fuerte y el 15 por ciento de los votos. Es un gobierno que entró por la ventana, que no tuvo segunda vuelta y en esta elección va empezar a construir una fuerza propia. Va a tener que arreglar con un sector importante de la vieja política y que no hay forma de que no sea así. Los encargados de construir la nueva fuerza somos nosotros.

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