El subsecretario de Deportes de la Ciudad, el expuma Francisco José Irarrázaval, es un hombre joven y simpático. En cierto sentido, es un arquetipo del macrismo, ya que proviene del mismo colegio que su amigo mayor, el Jefe de Gobierno: el Cardenal Newman, cuya casaca burdeos y oro defendió como rugbier.
En otro sentido, en cambio, es un raro, excéntrico no por sus estudios (Administración de Empresas, un clásico Pro) sino por su gran pasión, la arqueología. Y más específicamente ?todo lo que sea anterior a los griegos, que no me interesan tanto?, es decir asirios y babilonios, ?los pueblos de la escritura cuneiforme?, y mayas, aztecas, incas, etcétera.
En el círculo de Macri abundan ingenieros y constructores pero no personas dedicadas a las humanidades.
El funcionario dijo en diálogo con Noticias Urbanas que no pasa año sin que haga un viaje iniciático a alguno de los lugares en los que aquellas culturas florecieron, y recordó que la última vez, en tierras mayas, fue detenido por una columna de jeeps repletos de ?zetas armados hasta los dientes?. Tuvo suerte, recordó, porque en lugar de desollarlo en un santiamén, el jefe narco le creyó que era un colega de Indiana Jones y ordenó seguir la marcha.
Irarrázaval quizá no tenga la elocuencia del escritor Juan Forn ?otro exalumno del Newman? pero se expresa muy bien y tiene muy buenos modos, sin pizca de arrogancia, incluso con sus subordinados, que parecen apreciar su campechanía sinceramente. Así las cosas, y ante la inconsistencia general de las acusaciones que se han levantado últimamente contra las colonias de vacaciones que durante enero y la primera semana de febrero organiza para los pibes residentes en la Ciudad, la subsecretaria a su cargo, la recorrida junto a los periodistas por tres de las 14 sedes que reciben a diario hasta 13 mil chicos, no podía ser para él más que pura ganancia.
Rara avis
?No tengo mayores ambiciones políticas ?dijo en la combi que cumplió el itinerario?. Los funcionarios pasamos, pero las colonias quedan, y no quiero que, por no dar yo la cara, haya padres que se asusten y priven a sus hijos de venir a las colonias, donde son tratados con esmero y dedicación y tienen una recreación a la que todos los niños tienen derecho.?
El subsecretario repite como muletilla o mantra las palabras ?inclusión social? y en todo momento parece sentir lo que dice y decir lo que siente, lo que lo convierte en una rara avis en un gobierno que no se caracteriza por su sensibilidad social.
La recorrida, iniciada en la subsecretaría ?Cerrito al 300?, fue por los polideportivos ubicados en el circuito KDT-Parque Manuel Belgrano (frente a la costanera norte a la altura de Punta Carrasco, al costado y debajo de la autopista Arturo Illia); el extenso parque Sarmiento, en el barrio de Saavedra, y el República de Costa Rica, junto a la Facultad de Agronomía.
La inscripción de los chicos (que deben tener domicilio en la Ciudad) se inicia en los CGP cada año, antes de que comience la primavera y hasta los primeros días de diciembre. Suelen inscribirse bastante más de los que terminan concurriendo (este año, 19 mil), la mayoría directamente por sus padres (a los niños, que vienen de su mano los llaman ?caminantes?) pero un gran porcentaje (alrededor del 40 por ciento) a través de las listas presentadas por organizaciones sociales.
Los chicos son organizados en grupos de treinta, de ambos sexos, con dos docentes cada uno, uno de cada sexo. No es esta la única colonia de vacaciones del Gobierno porteño ya que el Ministerio de Educación dirige otra. Colaboradores de Irarrázaval comentaron que posiblemente el año que viene se unifiquen bajo su control.
KDT
Al llegar al nuevo circuito KDT (el viejo estaba donde ahora está el Club de Amigos), el cronista le pregunta a su director si la mayoría de los chicos que asisten provienen de la cercana villas 31, y cuántas organizaciones actúan allí. En total, son cerca de cuarenta y la principal sigue siendo la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que parece que era absolutamente hegemónica cuando el jefe de Gobierno era Aníbal Ibarra.
El nuevo KDT (la sigla quiere decir ?Kilómetro, Distancia, Tiempo?) tiene un gimnasio cubierto reconvertido en comedor con capacidad para 500 comensales y se utiliza para los almuerzos, que son servidos por las mismas concesionarias que actúan en las escuelas porteñas. Antes y después, debajo de las acacias, sirven desayunos y meriendas. Todos los chicos que asisten a las colonias reciben estas tres comidas, preparadas bajo estricto control de nutricionistas (Irarrázaval comentó durante la recorrida que considera al sedentarismo y la obesidad como las principales enfermedades sociales de la época, lo que acaso tenga relación directa con su afición por los maratones).
Todos los profesores almuerzan con los chicos. ?Ayer también nosotros lo hicimos: comimos fideos tipo tirabuzón con salsa bolognesa?, contó Irarrázabal. E informó que la comida que sobra se distribuye entre las organizaciones sociales.
El polideportivo cuenta con una gran pileta (que es, lejos, la atracción principal; el contingente de periodistas llegó cuando los chicos, ya desayunados, se metían en ella, y eran patentes sus caras de felicidad); canchas de voley, básquet, tenis, fútbol, handbol, rugby; un circuito para bicicleta (con sendas para quienes quieren trotar o correr); un ?gueto? (sic) para la práctica de skate, y hasta un escarpado circuito de bicicross (BMX) del cual Irarrázaval explicó que aunque parezca descuidado no lo está porque las raíces de los ?yuyos? que crecen entre las dunas y montañitas son imprescindibles para mantenerlas en su sitio.
También comentaron en la subsecretaría que usan la pileta (que está cuadriculada de acuerdo a las profundidades) unos dos mil chicos por día, y que muchos aprenden a nadar, aunque puntualizaron que el objetivo no es que aprendan un estilo de natación sino solo que sepan flotar.
Las colonias funcionan de lunes a viernes, de 8.30 a 17. Los fines de semana los polideportivos están abiertos al público y muchos chicos van a las piletas con sus padres y hermanos.
El agua, una obsesión
A lo largo del tour, resultó evidente que la gestión de las piletas preocupa especialmente al subsecretario. No solo por la necesidad de acertar con la debida proporción de cloro, sino porque los fines de semana son muy conflictivos. ?Los jóvenes se despiertan muy tarde y se mandan hacia la pileta muy acalorados, y por lo general se encuentran con que su capacidad hace rato que está colmada, cosa que suelen no aceptar; suelen rebelarse ante las autoridades que les informan que ya no se pueden meter, promoviendo disturbios?, relató.
Esto pasa especialmente en parque Sarmiento, dijo. Y añadió que aún no se atreve a llenar la vieja pileta olímpica porque no tiene personal de seguridad suficiente ni calificado como para garantizar que un chico no pueda ahogarse en la parte profunda. Comentó, además, que está buscando establecer algún acuerdo con las federaciones nacional o metropolitana de natación, o con el Enard, para que la gestionen, y aceptó que le quitó los trampolines tanto a esta pileta como a la que se destinaba a saltos ornamentales tras comprobar que el público incumple reiteradamente con las normas de seguridad más elementales al saltar desde allí.
También admitió que no le hacen gracia las parrillas, y cada vez que una se rompe no la repone. Explicó que los fines de semana, lejos de venir a hacer deporte, son demasiados los que vienen a comer asado y emborracharse, y que una vez borrachos se ponen pendencieros.
El parque Sarmiento tiene 64 hectáreas y fue construido sobre los terrenos del antiguo vivero de la Ciudad por Cartellone Hnos. en plena dictadura, allá por el año 1980, cuando era intendente el brigadier Osvaldo Cacciatore, a quien Mauricio Macri dice admirar. Es la más grande instalación deportiva de Sudamérica y por entonces tenía de todo: dos piletas olímpicas climatizadas y otra de saltos ornamentales, gimnasios y miniestadios cubiertos, con pisos de madera y tartán.
Kosovo
Todavía en 1985 seguía siendo el único centro de alto rendimiento deportivo de toda Sudamérica, pero a partir de entonces inició un declive que se acentuó a partir de los años 90, cuando se concesionó. La caída fue en picada cuando tomaron las concesiones un circo y empresas rusas. ?Cuando nosotros llegamos, nos encontramos con una montaña de escombros que casi tapaba ese pino ?dijo el subsecretario, señalando uno alto junto al saqueado gimnasio donde alguna vez tocaron Los Redonditos de Ricota, Los Piojos y otras bandas de fuste?, el gimnasio semidemolido y repleto de palomas que solo pudimos erradicar soltando halconcillos, funcionaba clandestinamente un prostíbulo y hasta había un camión robado adentro de las aguas estancadas de la pileta olímpica. Los vecinos tenían miedo de entrar y lo llamaban Kosovo.?
Hoy hay en el lugar cuatro grandes carpas pero no de circo sino de las colonias que allí se desarrollan, una de las cuales, llamada ?Centro de inclusión?, mezcla niños comunes y corrientes con otros que padecen discapacidades, a fin de fomentar la integración y combatir la discriminación, explicó el responsable de este programa, Diego Martínez.
Se ha levantado una pista de mountain bike donde antes había un estanque, y un gimnasio donde había una pileta irrecuperable (hay otras tres abiertas al público además de las que fueron olímpicas), donde funciona ahora la Federación de Halterofilia y se hacen competencias de triatlón.
Hay también una cancha de softbol, un drive de golf de seis hectáreas y media y nada menos que seis canchas de fútbol, donde se entrenan equipos como Platense y los archirrivales Defensores de Belgrano y Excursionistas, cuyas hinchadas pelean ritualmente en el parque, casi siempre alrededor del mismo árbol.
La razón de mi vida
La recorrida, como se ha dicho, culminó en el polideportivo Costa Rica ?Constituyentes y Chorroarín?, un centro más pequeño, con pileta y un gimnasio remodelado a nuevo, apto para la práctica de básquet y fútbol 5, al que acuden a diario entre 500 y 700 chicos.
Ya de regreso, distendido, Irarrázaval admitió lo obvio: que había dado la cara ante la ya habitual campaña crítica de la defensora adjunta de la Ciudad, Graciela Muñiz, que este año, como en los anteriores, salió a los medios a alertar sobre el peligro de ?infecciones colectivas? para los niños que se metieran en las piletas municipales, la supuesta existencia de legiones de cucarachas en Parque Chacabuco y otras plagas como las que la Biblia describe ocurrieron en el Egipto de los faraones que tanto atrae al subsecretario.