En octubre de 2009, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó un proyecto en la Legislatura para que se autorizara la venta de los terrenos de Casa Amarilla, ubicados en el barrio de La Boca. En ese pedido se aseguraba que con la venta se podrían reunir fondos para edificar en otras zonas de la Ciudad. Sin embargo, el proyecto fue desestimado y, un año más tarde, el Instituto de la Vivienda logró un acuerdo.
El acuerdo se concretó con un pequeño grupo de preadjudicatarios de las 1200 viviendas que se habían intentado construir en Casa Amarilla durante la gestión de Aníbal Ibarra y fue presentado para su homologación en la Causa que tramita ante la Sala II de la Cámara Contencioso Administrativo y Tributario del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires. Allí se plantea que en Casa Amarilla se construirían 438 viviendas en lugar de las 1200 proyectadas en el año 2004; que esa asociación seleccionara a los 438 beneficiarios que accederían a las nuevas unidades y posteriormente administraría los consorcios.
Sin embargo, vecinos y asociaciones civiles del barrio señalan que cuanto menos, el acuerdo es "cuestionable". En un primer punto porque el acuerdo disminuye la responsabilidad del ejecutivo en cuanto a la construcción de viviendas a casi la mitad. "Con ello el Gobierno porteño se ahorra unos cuantos millones de pesos, y se olvida de una situación extremadamente grave como la que atraviesa el barrio de La Boca", remarcan los vecinos.
Además, cuestionan que se decida de modo discrecional el reparto de las viviendas sin sorteos ni estudios de prioridades. ¿Quién garantiza entonces la transparencia del acto de adjudicación?, se preguntan.
Además de la necesidad habitacional, los vecinos remarcaron que que arbitrariamente se perderán los últimos espacios verdes disponibles en La Boca , cuando existen cientos de terrenos para construir viviendas en ese mismo lugar, muchos de ellos propiedad del Gobierno de la Ciudad.
El Movimiento Vecinal por el Resurgimiento de La Boca del Riachuelo viene sosteniendo que con la misma plata que ahora se planea construir en Casa Amarilla se pueden edificar las mismas viviendas o muchas más en la trama urbana del barrio y con ello se soluciona el problema de varios vecinos, se mejora la trama urbana y se preserva un valiosísimo espacio verde, que podrá ser transformado en un gran parque público.
"Es perfectamente compatible construir viviendas para los que las necesitan en la trama urbana del barrio, y preservar a Casa Amarilla como un espacio verde para que pueda ser utilizado por todos", plantean desde este movimiento que agrupa entre otros a la Fundación Museo Histórico de La Boca, Asociación El Trapito, la Sociedad Yugoslava y Libres del Sur.