Ni el armado de las listas de legisladores y diputados del PRO, ni la reelección de Mauricio Macri en la Ciudad, lograron poner punto final a las luchas intestinas del macrismo por mayores espacios de poder. Tampoco terminaron con las peleas internas la creación de nuevas áreas y cambios en el Ejecutivo y los futuros nombramientos para dichos roles, ni las nuevas autoridades legislativas y el reparto de comisiones. Nada. La interna del PRO ya no es tan clara como años atrás donde Gabriela Michetti disputaba poder con Horacio Rodríguez Larreta. Tras cuatro años de gestión en la Ciudad, muchas figuras y varios espacios dejan claras muestras de una guerra fría? o no tanto.
Para muestra de este tipo de enfrentamientos internos sólo alcanza prestar un poco de atención y aguzar el oído en los pasillos legislativos, donde cada vez suenan más fuerte y se reproducen como reguero de pólvora cuestionamientos a dos integrantes del macrismo por ejercer un segundo rol de alta exposición social, además del cargo de legislador de la Ciudad.
?El PRO no paga doble a nadie, ¿por qué Moscariello va a ser premiado con la reelección como legislador y la vicepresidencia de Boca Juniors? Explicame qué hizo brillante…?, expuso sin tapujo una voz macrista claramente incómodo con la idea de tener una autoridad del club de la ribera en el Parlamento porteño.
Con argumentos más racionales y menos emotivos como el anteriormente descripto, ya comenzaron a circular desde sectores macristas y opositores, posiciones críticas al doble rol de legisladores del PRO.
Varios son los trabajadores parlamentarios que se encuentran abocados en estos días a estudiar la Constitución de la Ciudad y la ley nacional de Ética Pública para analizar la posibilidad de fundamentar un pedido de renuncia a la banca o iniciar una causa judicial contra el recientemente electo vicepresidente de Boca Juniors. Pero dicha tarea encuentra un contra, o un pro también para algunos PRO. ?Los argumentos que podrían servir para cuestionar la continuidad de Moscariello en la Legislatura en paralelo con ser autoridad de una institución porteña también le cuadrarían a otros legisladores, por ejemplo, Sergio Bergman, que seguirá ejerciendo como rabino en el Templo judío más importante de la Ciudad, el de la calle Libertad?, reconoció una fuente legislativa.
Jurídicamente, la Constitución de la Ciudad establece claramente en su artículo 73 cuáles son las incompatibilidades de la función de legislador (ejercicio de cualquier empleo o función pública salvo la investigación en organismos estatales y la docencia; ser propietario, directivo, gerente, patrocinante o desempeñar cualquier otra función rectora de asesoramiento o el mandato de empresa que contrate con la Ciudad o sus entes autárquicos o descentralizados; y ejercer la abogacía o la procuración contra la Ciudad, salvo en causa propia), con lo que ni ser miembro de una comisión directiva de un club social y deportivo, ni ser el líder espiritual de una comunidad religiosa cuadrarían en las incompatibilidades.
?Son cuestionamientos éticos porque desde el punto de vista legal no hay ninguna incompatibilidad. Yo soy dirigente de boca hace 4 años como representante de socios, ahora seré vocal suplente en la Comisión Directiva lo que me da la posibilidad de participar pero con una responsabilidad más limitada. Lo que hay que remarcar es que Boca no paga como dirigente, no tenés ningún sueldo, son cargos no remunerados, y además, por su condición estatutaria, los candidatos titulares deben poner su patrimonio personal como garantía para la gestión. Los que cuestionan éticamente a los funcionarios públicos que integran direcciones de clubes deben tener esto presente también?, resaltó el legislador Enzo Pagani ante la consulta de Noticias Urbanas, recordando que en la lista encabezada por Daniel Angelici también participa el fiscal federal Carlos Stornelli, a quien le cuadrarían los mismos cuestionamientos que a Moscariello.
Pero la interna macrista está jugando fuerte, y más allá de reconocer que jurídicamente no hay impedimentos, y aceptando que desde la ley de Ética Pública tampoco ?hay mucho de qué agarrarse?, algunos integrantes del PRO dejan circular situaciones que complicarían la función legislativa y la de autoridad deportiva o religiosa también.
?La Ley de Ética Pública, por ejemplo, remarca que un funcionario debe ?abstenerse de utilizar información adquirida en el cumplimiento de sus funciones para realizar actividades no relacionadas con sus tareas oficiales o de permitir su uso en beneficio de intereses privados?. Cumplir con esto es muy difícil cuando un legislador, que maneja la cocina de las leyes, además forma parte de instituciones que pueden tener intereses en la Ciudad?, sostuvo una voz legislativa.
A lo que otro integrante del parlamento porteño, dijo: ?Hay conflictos internos que quieren que Oscar se vaya, pero no tienen más fundamento que la pelea interna. También hay varios macristas a los que les molestó mucho que Bergman, uno de afuera, encabece la lista de legisladores PRO, así que con la excusa de ser autoridad en el club de fútbol argentino más reconocido en el mundo o rabino en la sinagoga más importante de la Ciudad, utilizan la palabra ética para tratar de sacar del parlamento a dos legisladores electos por el pueblo y respaldados por Macri. Lo cierto es que la Comisión Directiva de Boca se reúne un día a la semana, y Bergman dedicará los sábados al templo de la calle Libertad. Ambos acomodarán sus horarios para compatibilizar actividades, al igual que aquellos legisladores que son docentes y nadie los critica por no poder participar de reuniones de comisión por ejemplo, por estar dando clase en la UBA?.
En medio de estos rumores y cuestionamientos, desde el entorno de Moscariello y de Bergman afirman que a partir del 10 de diciembre, aunque a algunos macristas les moleste y ansíen renuncias que permitan ingresos de nombres expectantes, el vicepresidente de Boca y el rabino del Templo de la calle Libertad estarán firmes en sus bancas al servicio del proyecto liderado por Mauricio Macri.