El relato de Chabán sobre Cromañón

El relato de Chabán sobre Cromañón

Las diferentes declaraciones indagatorias realizadas por el ex gerente, Emir Omar Chabán, en primera instancia culparon a Callejeros por la seguridad, a Lagarto S.A. y al Hotel Central Park por la habilitacíón del boliche y habló de su carta fuerte: un testigo que conoce de la corrupción estatal.


La postura de Emir Omar Chabán, ex gerente Cromañón, fue totalmente distinta en la segunda audiencia que concluyó pasadas las 18.30 de este viernes 22. Esta vez no se tomó la cara con las manos, ni se tapó los oídos como tampoco se ocultó de la cámara que filma por orden del Tribunal Oral. Chabán decidió mirar de frente hacia los tres jueces y escuchó la lectura de cada una de las palabras que fueron parte de sus declaraciones indagatorias realizadas en primera instancia.

La primera indagatoria de Chabán fue el 8 de junio de 2005. En ese momento mezcló un relato novelesco: "no sabía donde estaba, no quería ver a nadie decidí aislarme de todos sin saber la magnitud de lo ocurrido. Mis sentimientos que me atormentaron por el espanto y horror sufridos. No me escape, ni me fugué".

En la cuestión de los controles de las puertas de ingreso/egreso del boliche, como también acerca de quiénes eran los propietarios del boliche y hotel Central Park, evitó dar nombres y no contestó.

"Con respecto a la seguridad, así como el cacheo de la entrada, estuvo a cargo de personal contratado por el grupo Callejeros. También vendían las entradas y la encargada de prensa de Callejeros manejaba la lista de invitados del grupo. Además no tenía a nadie en la boletería y ellos podían recibir bolsos de invitados, mochilas, todo esto en contra de mis intereses dado que el lugar tenía guardarropas. A pesar del estricto cacheo de la seguridad, esos bolsos no eran requisados y contenían pirotecnia", según contó al fiscal de primera instancia hace ya más de tres años.

En la ampliación de la indagatoria señaló que "Lolo" estaba a cargo de la seguridad de Callejeros, y que las luces y sonido también a cargo de la banda. Defendió a Raúl Alcides Villarreal diciendo que sólo éste hacía las cuentas de las entradas al finalizar los recitales y que vendía entradas en boletería. Negó que fuera su jefe de seguridad y su mano derecha, que sólo era muy conocido por el ambiente del rock y que no tenía medios de comunicación con la seguridad. Y dio a conocer que Villarreal fue representante de Callejeros dos años antes del incendio.

Los baños, el kiosco y la barra de bebidas sí eran su responsabilidad, por su propio testimonio. Y culpó a tres pibes, con el torso desnudo y bermudas que no eran los habituales del público, quienes, según su testimonio, arrojaron las candelas hacia el techo "de manera premeditada".

En esta ampliación indagatoria fechada el 9 de junio de 2005 sí el "promotor de eventos culturales", como Chabán reconoce su profesión, decidió nombrar a Lagarto S.A. como responsable de la habilitación del boliche, y aclaró que el no integra esa empresa offshore como él mismo la llamó. "A Lito Levy lo vi pocas veces, no me acuerdo su cara", expresó en la primera indagatoria, para en la indagatoria de octubre de 2006 decir que Levy "es con quien pacté uso del lugar". Con respecto a los ingresos, "quienes coordinaban las puertas eran Mario Díaz y Juan Carlos Bordón, y tienen las llaves". Después dijo que preguntaran a "bomberos o a Lagarto por las puertas". Por la habilitación, dijo: "Nunca la vi. Estaba en una caja fuerte en el hotel. Lo que sé es que es clase C".

"Los del hotel me decían que con Rodrigo había metido 5 mil personas?, sostuvo Chabán el 1 de septiembre de 2006, y además presentó un volante publicitario del hotel Central Park que daba promoción de su boliche, en el que había producido un incendio el 1º de mayo 2004 con Jóvenes Pordioseros. "Allí decidí retirar la guata, pero no me dejaron con la media sombra y las luces estilo cumbia. Tenía prohibido romper con la estética del lugar", expresó el gerente del lugar sin detallar quién le daba ordenes a él.

La empresa FONAC de Haed, dijo, "me vendió los paneles como ignífugos y aislantes de sonido", y con respecto a la cantidad de entradas expresó este referente del Parakultural que "no sabía el límite".

Aseguró no conocer personalmente al ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra y a ningún funcionario porteño. Sí, en cambio, reconoció al subcomisario Carlos Rubén Díaz, pero señaló que no sabía dónde quedaba la comisaría 7ª.

No quiso hablar sobre los conserjes del hotel pegado a Cromañón y conectado entre sí por puertas internas. Y de la sociedad Lagarto dijo conocer a "Raúl" y a "Daniel" y no a los otros dos que la integran. Sobre quién paga los impuestos dice que él la luz y se negó a declarar quién pagaba los demás gastos impositivos. Asimismo, se negó a declarar cómo llegó a Cromañón.

El misterioso testigo encubierto que citó en su declaración de octubre de 2006, cuando llevaba más de un año privado de la libertad, nunca declaró. "Denunciará corruptela del Estado. El manto de corrupción del Gobierno nacional y de la Ciudad".

"Con el gerente del hotel, Julio Garola, hablé tres meses. Pensé que era el dueño pero el garage, la cancha de fútbol, la discoteca y el hotel son todos de Levy".

La segunda audiencia finalizó cerca de las 18.15. Continuará el juicio este lunes 25 con la particularidad que declarará la primera imputada, la ex funcionaria porteña Ana María Fernández. Quien presidirá el Tribunal Oral en lo Criminal en la tercer jornada será la jueza Cecilia Maiza.

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