Argentina gastará más de US$ 4 mil millones en importar gas

Argentina gastará más de US$ 4 mil millones en importar gas

El país se enfrenta a una coyuntura de altos precios y poca disponibilidad.


Los daños colaterales de la guerra en Europa, que tiene como protagonistas a Rusia y Ucrania, la Argentina podría pagar más de cuatro mil millones de dólares más que en el 2021 en la importación de gas licuado, con el riesgo de tener de desabastecimiento en los meses de invierno. Esos cuatro mil millones proyectados podrían multiplicarse varias veces si escalara el conflicto entre los países de la Unión Europea y Rusia.

Nuestro país importa el 20% del gas que consume por año y la mitad de ese porcentaje proviene de barcos. Hasta el año pasado, el precio del gas licuado estaba entre 5 a 10 dólares por millón de BTU y luego fue ascendiendo hasta ubicarse entre 20 a 25 dólares.

La invasión rusa a Ucrania cambió todo el panorama y el precio llegó a los 50 dólares, aunque luego bajó hasta los 35 en el comienzo de esta semana, ya que Rusia sigue proveyendo gas a Europa a pesar del conflicto.

El Director de Energía en Ecolatina y exsecretario de Planeamiento Energético, Daniel Dreizeen, explicó: “Este precio de 35 dólares es mucho porque Argentina importó mil millones de dólares con precio de 8 dólares. Ese número, si se multiplica por los más de cuatro alcanzaría por lo menos a cuatro mil millones de dólares”.

Por su parte, el presidente del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), Ernesto López Anadón, coincidió en que “cuando haya que importar gas para las centrales, el Estado van a tener que gastar 3 ó 4 veces más”.

En tanto que Alejandro Einstoss, Centro de Estudios de la Regulación Económica de los Servicios Públicos de la Universidad de Belgrano, considera que, además del precio para pagar los 60 a 70 barcos necesarios, el país enfrenta otra restricción. “Aunque tuviera el dinero, hay una falta de disponibilidad de barcos de gas por la necesidad del Hemisferio Norte para sustituir el gas de Rusia por gas licuado y, de esa manera, enfrentar el invierno con reservas altas”.

Según el diario Perfil, este problema no debería ser tal si se hubiera terminado el gasoducto denominado “Presidente Néstor Kirchner” para transportar gas desde Tratayén (Neuquén), atravesando las provincias de Río Negro y La Pampa, pasando por Salliqueló en la provincia de Buenos Aires hasta las proximidades de San Jerónimo, en la de Santa Fe.

▶ El gasoducto que todavía no es

En noviembre de 2011, durante el mandato presidencia de Cristina Kirchner se anunció el “hallazgo de calidad mundial” al descubrir hidrocarburos no convencionales en la formación Vaca Muerta. Desde entonces, todos los presidentes hicieron mención a este yacimiento como una las “joyas productivas”.

En 2019, la administración de Mauricio Macri convocaba a la construcción del proyecto del gasoducto Vaca Muerta San NIcolás con el otorgamiento de una licencia de operación por 35 años.

La obra contemplaba la construcción de un gasoducto de mil kilómetros de extensión entre Tratayen, en Neuquén, y la localidad bonaerense de Salliqueló, con el objetivo de transportar el gas de Vaca Muerta hasta las zonas Gran Buenos Aires y el litoral argentino, con un punto de conexión en la ciudad de San Nicolás.

A fines de 2020, en el mandato de Alberto Fernández, la Secretaría de Energía derogó esa resolución y convocó a una licitación para la construcción de un gasoducto. En febrero de este año, la Secretaría de Energía la resolución 67/2022, donde se declara a la realización del gasoducto “Presidente Néstor Kirchner” como “de Interés Público Nacional”.

Hasta ahora, el único paso hacia adelante de la Integración Energética Argentina (IEASA) es el lanzamiento de la licitación para adquirir tuberías de ducto para 656 kilómetros y obras complementarias. La apertura de las ofertas será este 31 de marzo.

Desde el Gobierno estiman que los gasoductos Presidente Néstor Kirchner y Mercedes-Cardales representarán un ahorro “que podría alcanzar los US$ 1.000 millones por año”, por sustitución de importaciones de gas de Bolivia, GNL y combustibles alternativos para la generación eléctrica.

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