Alerta BUE: un sistema que adolece de excesivos defectos

Alerta BUE: un sistema que adolece de excesivos defectos

En 2015 se usó por primera vez en CABA. Fue hackeado e infiltrado, ante la pasividad de las autoridades, que incluso desoyeron a los expertos informáticos.


En las elecciones distritales de 2015, los porteños utilizaron por primera vez la Boleta Única Electrónica (BUE). Los resultados fueron bastante desafortunados. Hubo hackeo o filtración de datos o, cuanto menos, una total desidia en el manejo de la seguridad digital.

En esa elección, Martín Lousteau presentó por primera vez su candidatura a jefe de Gobierno porteño y perdió por muy poco –por apenas 54.855 votos- la elección. Horacio Rodríguez Larreta resultó electo en esa ocasión como jefe de Gobierno, también por primera vez. Fue el debut de ambos en el mundo de las votaciones digitales, que no se volvieron a utilizar hasta ahora.

Después de aquella elección, Lousteau cuestionó el sistema. “Se demostró que vos podías alterar la boleta con el chip –expresó el actual senador-. De hecho, a mí me lo mostraron”, continuó. Finalmente, agregó que “cuando nos entregaron las máquinas, vinieron hackers con un teléfono y modificaron el chip. Con la tarjeta de votación se hacían pasar por el presidente de mesa y hasta podían duplicar votos”.

Casi enseguida, no casualmente, Lousteau se marchó a Washington para ocupar la embajada argentina ubicada en el 1600 de la Avenida New Hampshire, en el sector Noroeste de la capital estadounidense, procediendo a permutar oro por baratijas.

La empresa

El proveedor del Gobierno porteño en la ocasión es en 2023 la empresa Magic Software Argentina (MSA), el mismo emprendimiento que puso los equipos en 2015. Esa vez, unos días antes de la elección, el técnico informático Joaquín Sorianello advirtió a MSA que el sistema de votación había sido infiltrado.

La jueza María Luisa Escrich no le creyó y lo procesó, omitiendo profundizar la investigación para averiguar de qué manera se había vulnerado la voluntad popular.

En la posterior investigación de la Policía Metropolitana se hallaron cuatro ingresos indebidos en el sistema informático de la ciudad. Uno era el de Sorianello, que sólo dejó una advertencia en el sistema, que consiste en dejar un PWONED, un código que advierte a los programadores encargados de la seguridad que existe una vulnerabilidad en el sistema. Además, el experto le avisó a un empleado de MSA llamado Felipe Llerena de la inconsistencia que encontró.

La jueza Escrich ordenó allanar dos domicilios. Uno fue el de Sorianello. El otro pertenecía a un tal Martín Leandro Manelli, que según consta en el expediente judicial, “no solo visualizó numerosa información del sistema, sino que realizó procesos relacionados a la edición, creación y eliminación de información, tales como eliminar a la persona o establecimiento identificado con el ID 5210 y crear al Delegado con ID 3841”.

Hubo otras direcciones de IP, con domicilio en los Estados Unidos de Norteamérica, desde las cuales otras personas ingresaron al sistema, pero en estos casos no hubo ninguna investigación, o por falta de tecnología o por pereza investigativa –no se sabe cuál fue la razón-, pero que lo mismo demostró es que se puede decir cualquier cosa del sistema, menos que es seguro.

Ocho años han pasado y todo es igual

Cuando falta menos de un mes para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, que se realizarán en la ciudad el 13 de agosto, el mismo día que en la Nación, los partidos políticos que deben fiscalizar la elección aún no han entrado en contacto con las computadoras que se utilizarán en el comicio. Tampoco MSA les permitió –tal como ocurrió en 2015- el acceso al sistema que se va a usar, amparados –como en 2015- en el secreto y en los “derechos de autoría”.

Ante este panorama, la Fundación Vía Libre presentó un amparo para que se deseche la Boleta Única Electrónica y se vuelva al sistema de votación en papel, “por no contar con las garantías suficientes para el cabal cumplimiento de los derechos en juego”.

Luego, en el texto de la cautelar solicitada, los integrantes de Vía Libre se quejan de que “tanto el sistema informático contratado para la incorporación de tecnologías a los próximos comicios como la falta de acciones de concientización y capacitación, son conductas (por acción una y por omisión la otra) del Gobierno porteño cuya consecuencia es la amenaza inminente del derecho al voto y a la representación política que asisten a la ciudadanía”.

La presentación fue a parar a manos del Tribunal Electoral de la Ciudad, que preside Roberto Requejo, secundado por los vocales Romina Tesone y Rodolfo Ariza Clérici, que a su vez la elevaron al Tribunal Superior de Justicia, que la van a rechazar, de acuerdo con sus antecedentes, ya que hasta ahora aprobaron todas las instancias en que la BUE fue cuestionada, a pesar de los informes en contrario que expidieron los informáticos de la UBA y de otros organismos.

De todos modos, existe una novedad para este comicio, que es la creación del Instituto de Gestión Electoral (IGE), que reemplazó a la antigua Dirección Electoral. La ley exige que el titular del IGE sea designado en una votación legislativa por los 2/3 de sus integrantes, lo que nunca ocurrió. El radical Ezio Emiliozzi, que esperaba esa validación, renunció el 14 de julio pasado alegando motivos de salud, pero en realidad su razón fue el constante enfrentamiento que sostuvo con su superior, el ministro de Seguridad Eugenio Burzaco. En su lugar fue designado Federico Fahey Duarte, un abogado relacionado con la Corporación Buenos Aires Sur. Tampoco éste fue designado por la Legislatura. El propio gobierno porteño está en infracción también en este tema. Otro más.

Lisandro Tezkiewicz: “Irresponsabilidad”

El auditor porteño y apoderado del Partido Justicialista, Lisandro Tezkiewicz declaró a Noticias Urbanas que “es impresionante el nivel de irresponsabilidad con que el Gobierno se toma asuntos tan importantes como la custodia de la voluntad popular”.

Luego el auditor expresó que “Horacio Rodríguez Larreta subordinó el voto de los porteños a la interna de su partido. Está sumido en especulaciones electorales, por lo que se llevan puesto todo”.

Tezkiewicz se quejó porque “recién hoy nos mostraron las máquinas por primera vez, cuando la recomendación contenida en un informe de auditoría de la Universidad de Buenos Aires sugería que se debía desarrollar el sistema durante un año, para probarlo. Indudablemente no fue tomado en cuenta, según parece”.

“Tanta improvisación amerita la desconfianza, porque es de imaginar que quieren conseguir con esto alguna ventaja electoral. Hoy en las pantallas vimos que existían groseros errores en las listas de Unión por la Patria, como candidatos a comuneros cambiados de distrito y otras cosas más”, cuestionó el apoderado del PJ.

Tezkiewicz dijo que “lo que vemos es desidia e improvisación, por lo que deberemos hacer un gran esfuerzo para que se respete la voluntad popular. Nosotros no nos oponemos al voto electrónico, pero vamos a supervisar que se cumpla con esa voluntad”.

Un mundo sin voto electrónico

En Alemania, el sistema se utilizó por primera vez en 2005, pero en 2009, después de una serie de denuncias y diversas controversias, el Tribunal Federal de Justicia (el popular Bundesgerichtshof o BGH) declaró “inconstitucional” el sistema, porque era imposible que fuera fiscalizado por quienes que no poseyeran una especialización en informática.

En Finlandia, la tierra de la felicidad, se utilizó el sistema de voto electrónico en tres municipios en 2008. Debido a diversos problemas de usabilidad, las votaciones fueron anuladas. En 2010, el gobierno decidió abandonar el sistema. No conformes con lo actuado hasta ese momento, en 2016 se creó un grupo de trabajo para estudiar la viabilidad del voto electrónico. En 2017, la comisión aconsejó no utilizar la tecnología, dado que no existen las condiciones suficientes para garantizar la verificabilidad y el secreto electoral.

En Irlanda, en 2002 se utilizó el voto electrónico en los distritos Dublin Oeste, Dublin Norte y Meta. Como existieron denuestos, chascarrillos y aún fuertes cuestionamientos contra el sistema, al igual que en Finlandia, se creó una comisión independiente para que lo estudiara. Dado el insuficiente nivel de seguridad, la comisión concluyó en que no existía garantía para la integridad de la elección. En 2009, el gobierno abandonó la ilusión tecnológica, tanto por sus altos costos como por la satisfacción del electorado con el voto tradicional. En 2012, la administración federal se deshizo de las 7.500 urnas electrónicas que había adquirido, “por falta de fiabilidad”.

Países Bajos fue el pionero en el voto electrónico. Se permitió su uso en 1965. En 2006, un equipo de investigadores detectó que el sistema que se utilizaba poseía graves fallas de seguridad. En 2008, el gobierno anunció la vuelta al voto en papel. En 2017, para evitar ciberataques, el gobierno abandonó hasta el recuento electrónico, considerando que el software era anticuado y poco confiable. Por eso, la votación se produjo totalmente en papel e incluso el escrutinio fue manual. No sólo eso, sino que la comunicación de los resultados se realizó por vía telefónica, en lugar de hacerlo por vía digital.

En el Reino Unido se realizaron más de 30 pruebas piloto entre 2002 y 2007, utilizando diferentes sistemas. En 2008, la Comisión Electoral determinó que la seguridad era insuficiente, por lo que desaconsejó seguir utilizando el sistema.

Kazajistán y Noruega, por diferentes razones, también comenzaron a utilizar el sistema y luego dejaron de hacerlo. Las razones fueron las mismas que en todas partes: falta de transparencia y una seguridad insuficiente.

Los países que utilizan actualmente el voto electrónico son: Brasil, India, Estonia, Bulgaria, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela, Filipinas, Bélgica y Estados Unidos, aunque este último lo hace de manera parcial. En todos ellos existen controversias de distinta índole, que van desde acusaciones de alteración de los resultados hasta la sospecha de hackeos varios, pergeñados con el mismo objetivo: burlar la voluntad popular.

Oposición científica

El 28 de octubre de 2016, bajo la consigna #NoAlVotoElectronico, una gran cantidad de departamentos universitarios e institutos de investigación de informática, computación y sistemas de distintas universidades nacional del país y del Conicet publicaron una solicitada en la que mostraron su oposición a la aplicación del sistema de voto electrónico, que se estaba discutiendo en el Congreso por iniciativa del gobierno de Mauricio Macri.

Los científicos aseguraron que el uso del sistema “elimina la posibilidad de control que debería poder ejercer cualquier ciudadano”, razón por la que “son sólo una minoría los países del mundo que utilizan dispositivos electrónicos en su sistema de votación”.

“Como expertos en informática, como docentes e investigadores que dedican su tiempo, su pasión y su energía a esta disciplina, creemos que la tecnología tiene mucho para aportar a la sociedad. Sin embargo, también conocemos sus limitaciones y por eso somos conscientes de que es prácticamente imposible construir sistemas que brinden máximas garantías de inviolabilidad como las que requiere un sistema de votación”, sostuvieron los investigadores.

Además, los expertos pusieron la mira en un punto en especial, porque la ley penaba “con años de cárcel el estudio o análisis de estos sistemas para encontrar vulnerabilidades, paso sin el cual no es posible mejorar ninguna implementación”. Entonces, afirmaban que si se aprobaba la ley no habría “posibilidad de investigar su funcionamiento” y los que lo hicieran podrían “llegar a ser tratados como criminales”.

En su carta pública, los científicos consideraron que “aún los sistemas más auditados del mundo tienen fallas que permanecen sin detectar durante muchos años. En un sistema de votación, estas fallas podrían permitir adulterar los resultados (especialmente en elecciones reñidas) o identificar a los votantes”, por lo que advirtieron que “una auditoría de seguridad del software y del hardware involucrados en un sistema electoral requiere largos períodos de tiempo a manos de un grupo de expertos”.

Finalmente, los especialistas evaluaron que “por estos motivos son sólo una minoría los países del mundo que utilizan dispositivos electrónicos en su sistema de votación, ya que la complejidad que tiene la tecnología por sí misma elimina la posibilidad de control que debería poder ejercer cualquier ciudadano”. Por estas razones, le pidieron a los representantes del Pueblo que “no autorice la utilización de equipamiento informático para emitir los sufragios”.

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