Alberto ante el Council of the Americas: duro cruces con empresarios

Alberto ante el Council of the Americas: duro cruces con empresarios

El presidente recibió críticas de directivos de bancos y empresas estadounidenses con inversiones en Argentina.


El presidente Alberto Fernández cenó con 38 empresarios en la sede del Council of the Americas, en donde escuchó y respondió a las inquietudes de empresarios argentinos y estadounidenses con intereses en Argentina. En ese contexto, defendió su gestión pero también al peronismo, fenómeno político que es visto con extrañeza desde Estados Unidos.

La anfitriona fue la presidenta del Council of the Americas, Susan Segal. También estuvieron el canciller Santiago Cafiero, el embajador argentino Jorge Argüello, la representante permanente de Argentina ante Naciones Unidas, María del Carmen Squeff; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; y el cónsul argentino en Nueva York, Santiago Villalba.

Entre los 38 empresarios se encontraron representantes de las industrias automotriz, minera, farmacéutica, así como figuras del mundo financiero. Los nombres de la mayoría de ellos fueron celosamente guardados, ya que algunos pertenecen al grupo del Council y otros no. Cenaron lomo con ensalada y postre de frutos rojos.

Un directivo del banco JP Morgan comenzó con las críticas al gobierno y al peronismo al sostener frente a Alberto Fernández que «cada vez que gobernó el peronismo, fue un desastre». El presidente le respondió que cada vez que el peronismo llegó al poder, Argentina tuvo crecimiento y hubo menos deuda. El mandatario explicó que desde afuera es posible que no se entienda, pero que el peronismo es el proceso adecuado en Argentina.

El representante de la JP Morgan insistió en preguntar por no se constituían «diez puntos de consenso entre el gobierno y la oposición» para trazar políticas de largo plazo.

Alberto le respondió que en el país hay una oposición “muy ultra” y que por otra parte podrían proponerle lo mismo a Donald Trump y Joe Biden. Señaló que sucede algo similar con la situación actual de Emmanuel Macron en Francia, del mismo modo que en Brasil, donde Jair Bolsonaro encabeza una nueva oposición es muy dura. Por último, el mandatario hizo uso en que muchas veces las fuentes de información con las que se manejan en el exterior provienen de consultoras que “hacen su propio negocio”.

Los empresarios también señalaron que observan que Argentina problemas con su Estado de derecho. Alberto respondió que son originados por las características de la oposición.

El presidente argentino fue el primer orador

Alberto Fernández fue el primer orador y enfatizó el crecimiento del PBI por tercer año consecutivo a pesar del impacto de la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía que azota al país. Luego, se abrió el micrófono para los empresarios que le hicieron preguntas al mandatario.

La política interna se coló en la comida mientras degustaban una ensalada verde con queso de cabra y un lomo poco cocido para el gusto de los comensales argentinos. El delegado de la multinacional de cerveza AmBev -propietaria de Quilmes- preguntó si Fernández volvería a presentarse para una eventual reelección.

El mandatario no se salió del libreto que se repite en cada ocasión. Insistir en que hará todo lo que está a su alcance para que el Frente de Todos retenga el poder y no vuelva a ganar el neoliberalismo.

Al Presidente lo interrogaron sobre las diferencias internas dentro de la coalición oficialista. “No hay diferencias internas, lo que hay es un debate electoral”, respondió el mandatario a pesar de las internas indisimulables que atraviesan al FdT y que le exigen que dé un paso al costado.

No hubo preguntas directas sobre la situación judicial de Cristina Kirchner, pero Fernández, pese a las críticas que suelen desparramar en sus discursos, enfatizó que en la Argentina hay plena independencia del Poder Judicial.

Algunos de los representantes de las empresas -entre los que figuraba delegados del laboratorio Pfizer- señalaron su preocupación por la supuesta “debilidad del Estado de derecho” en la región.

El Presidente respondió que, salvo en Perú, el sistema democrático no corre riesgo en el Sur del continente. Destacó, no obstante, el problema que supone que un dirigente como el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro haya retenido el 45 por ciento de los votos.

El mandatario argentino se refirió a las potencialidades del gasoducto Néstor Kirchner, de la producción de hidrógeno verde y de la extracción de oro, litio y cobre, que según él se retrasó por la presión de grupos ambientales.

Al final de una noche tensa, fría y lluviosa, el Presidente regresó al Park Hyatt en el Midtown de Manhattan, donde se hospedaba la delegación nacional. En el lobby, Fernández, su esposa Fabiola Yañez, el canciller Santiago Cafiero, la portavoz Gabriela Cerruti, el embajador Jorge Argüello brindaron para celebrar el cumpleaños del secretario general de Presidencia Julio Vitobello, a quien el frío no desanimó por la mañana del martes para salir a correr por el Central Park.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...