Una primer mirada sobre lo que se viene

Una primer mirada sobre lo que se viene

El oficialismo, salvo que saque un resultado contundente, extrañará el período que gobernó con buen margen de acuerdos la Legislatura porteña. Los nombre fuertes que se van y lo que puede venir.


De alguna manera con el cierre de las listas a legisladores porteños se puede inferir que la próxima Legislatura tendrá grandes cambios respecto de ésta formación actual. Dependerá de la destreza que tengan algunos de los experimentados legisladores que quedan para determinar si los cambios terminan de cerrar una etapa o si esa etapa continúa desde otra posición.

Haciendo un poquito de historia, la Legislatura anterior a ésta era conducida por el actual auditor Santiago De Estrada. Lo hacía en un esquema de diálogo permanente con todos los bloques y los legisladores, pero centraba el comando de las decisiones en una mesa chica de cuatro personas, definida en un dos más dos. El primer anillo lo conformaban el macrista Diego Santilli y el peronista Juan Manuel Olmos, mientras que el segundo era integrado por el dirigente radical arista Alejandro Rabinovich y el kirchnerista Diego Kravetz. Esa fórmula permitía evaluar para cada caso cómo construir las mayorías necesarias y se discutía a fondo en cada uno de los bloques, para luego ordenarse nuevamente desde ?la mesa de los acuerdos?

Revisando los nombres uno repara que en la próxima Legislatura no estarán cuatro de los cinco arriba nombrados. El sobreviviente es Diego Kravetz un dirigente con el poder minado a partir de la debacle de su jefe Alberto Fernández. De Estrada ya no estaba y los otros tres no reeligen por distintos motivos.

En la actualidad, el vice primero Santilli le imprime con sello propio un esquema parecido al de su antecesor, muy abierto en la bilateral con todos sus pares pero respetando como primus inter pares a su vecino en la casa, el vice segundo Olmos. Rabinovich es el tercero en discordia a la hora de las consultas. Álvaro González y Cristian Ritondo son dos ruedas de auxilio imprescindibles para Santilli dentro de la fuerza que también controla el Ejecutivo porteño. Entre ellos y Martín Borelli se definirá tras estos seis meses de transición, quién quedará al comando de la misma.

Otro que no va estar es el ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra quien se muda al Congreso nacional en caso de lograr ser electo, si no aún le quedan dos años más de mandato en la Ciudad. Y llegan los de Pino Solanas a un escenario donde antes no estaban, también el variopinto K detrás de Tito Nenna y se supone un buen resultado de la lista de Prat Gay y Carrió que, junto a Michetti se llevarán alrededor de 20 bancas en una relación de trece y siete a favor de la ex viceja. O sea que quedarían 10 para todas las demás fuerzas. Muy difícil se puso el tema para Luis Zamora y Roy Cortina que deberán remar mucho y difícilmente accedan a una banca, a este último lo beneficia un poco la deserción de Telerman y hay que ver qué pasa, hasta dónde llega con el deterioro que viene mostrando Ibarra.

Las discusiones parecerían que van a ser más duras y de más voltaje. Las espadas del oficialismo no tan sólidas y la oposición atacará de frente con los K, el ibarrismo y los de Pino a la cabeza. Prima facie se ven como dos años con un gran signo de interrogación acerca del funcionamiento y de la producción pero seguro con una menor vocación acuerdista y un tono más guerrero.

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