"Hacer Las amantes, de Aristófanes, y Shakespeare en mi cabeza es un viejo sueño que tenía de cuando estudiaba en el Conservatorio, de hacer esas grandes obras adaptadas. En el caso de Aristófanes me llamó la atención su modernidad. En realidad, los que me impresionaron mucho fueron los griegos."
"Además, tenía el sueño de tener un teatro propio, para poder realizar estas obras que en un teatro comercial se complica bastante hacer, y en el teatro independiente hubiese sido muy costoso. Era complicado y había que esperar. Lo de Shakespeare en mi cabeza también fue como un encuentro mágico por cómo lo tuve que abordar. Leí muchos años Shakespeare, tanto en el Conservatorio como con Gené. Me movilizó muchísimo y lo que me pasaba ?que también me pasó cuando hice Hamlet hace poco?, es que me daban vuelta en la cabeza sus frases, sus textos y sus personajes."
"Por eso es Shakespeare en mi cabeza. Además, veía que siempre se abordaba a Shakespeare desde el lado del poder, la ambición. Está muy bien, porque tiene ese costado político, psicológico y sociológico, pero a mí me interesaba más el lado humano. Era un gran conocedor del alma humana, sus miserias y sus bondades. Así apareció Shakespeare en mi cabeza contado por dos nodrizas, desde el humor."
"El ser directora fue un proceso bastante largo. Empecé a estudiar dirección con Szuchmacher hace casi diez años. Fue un proceso lento, de interiorizarme primero con qué es la dirección y ver su abordaje teórico. Después empecé a dirigir tímidamente algunas obras. La primera que dirigí fue Retazos, con Lucrecia Capello y Catalina Speroni, dos actrices de mucha trayectoria y muy sólidas. Me encantó hacerlo. Empecé de a poco. Cada obra me lleva bastante tiempo porque soy lenta. Me fui metiendo de manera muy prudente, tratando de tener el conocimiento correspondiente."
"Estudiar dirección es algo maravilloso porque te abre la cabeza. Fue una suerte estudiar con Szuch-macher por tres años porque te inspira a abrir tu cabeza a la cultura. Haber estudiado dirección cambió mi forma de abordar la actuación por completo. Como directora, prefiero la economía, la austeridad gestual del actor. Antes, como actriz, sentía que era muy expresiva pero ahora me volví más económica y de mirar más al interior a partir de la dirección."
Impasse 1: El Taller del Ángel es un oasis en medio del calor porteño. Allí nos recibe Patricia Palmer. Reflexiva y atenta, Patricia habla de su amor por el teatro y de la televisión.
"No sé si esa gestualidad te la marca la televisión. Depende la formación. La mía viene del teatro, y la televisión es un medio que te exige modificar un poco. Igual que el cine, que es aún mucho más económico que el teatro. La cámara se mete en tus ojos. Con que sólo vos pienses, la cámara ya está pensando con vos. Eso, en teatro no basta, porque el de la fila tres ni se enteró de esto. En teatro son los cuerpos los que hablan mientras que la televisión es un medio que no te permite la profundidad. Es un día a día, el echarle mano a los cuatro o cinco efectos que sabés que funcionan y ya. Te ponés la gorra y salís a escena. Pero bueno, tiene otras ventajas como la popularidad y que si lo hacés seriamente y le encontrás el lenguaje a la televisión, se hace interesante con las telenovelas y la ficción en general."
"La televisión evolucionó en cuanto a la factura y a la calidad de imagen, a nivel técnico, pero involucionó en sus contenidos, salvo honrosas excepciones, como Para vestir santos o Tratame bien. Involucionó, porque los contenidos antes eran más variados y con mucho peso pero, en realidad, no sé si involucionó o se vació. Hay mucha vacuidad para el nicho de la reflexión. Está canal Encuentro, del cual soy adicta y me encanta, pero lamentablemente no tiene ficción."
"Sólo hay sexo y violencia que están hechos con mucha calidad, pero falta lo otro y ahí es donde hay un vacío. Se pueden hacer muy buenos programas pero no se quiere gastar dinero en eso. Otra cosa que me pareció fantástica es Algo habrán hecho. Hacer eso es más caro que hacer un programa tipo magazine a la tarde hablando de Bailando por un sueño."
Impasse 2: Patricia cuenta que está escribiendo para TV Azteca desde hace tiempo. No obstante, su deseo por la vuelta del laureado y reconocido ciclo televisivo Situación límite es en lo que se concentra lo que sigue.
"Compré los derechos de Situación límite para hacerla en televisión y no encontré una salida al aire para un programa con un contenido maravilloso. Además es económico, porque serían cuatro actores; una comedia negra, pero no hay un nicho para la reflexión. Para Situación límite no me dieron ni una entrevista para presentar el proyecto en Canal 7, que es el canal de todos. Podrían haberme dicho que no, pero por lo menos que me reciban. Además, es mi canal. Soy una ciudadana que pago mis impuestos y una figura pública, que lleva los libros de una autora nacional ?Nelly Fernández Tiscornia?, que hizo éxitos en un momento bisagra entre la represión y el inicio de la democracia. Fue un programa muy importante pero no tuve la suerte ni de que me recibieran."
"Hay muchas cosas que no hice porque tenía desconfianza o tenía miedo de soltar la televisión. Igual, soy cero mirar para atrás, me cuesta mucho. Me sale naturalmente la mirada para adelante. Por ejemplo, cuando me veo en la tele. A veces no me gusta lo que veo y otras sí pero lo haría todo diferente porque soy otra persona. Al respecto, creo que en un momento padecí la popularidad pero fue por una incapacidad propia, por no saber manejar las cosas. La sentí como una invasión y no quería perder el anonimato. No sabía cómo manejar eso. En realidad es una bendición la popularidad. No está mal pero uno tiene que estar a la altura de esta circunstancia."
