“Macri ni debe saber que esto existe”, le dijo este viernes al mediodía Aníbal Ibarra al secretario de Infraestructura porteño, Roberto Feletti, al final del recorrido de las obras de la autopista 27 de febrero, en Pompeya y Puente de la Noria. “Después dice que no hacemos obras”, remató el jefe porteño, mientras Feletti y algunos otros pocos colaboradores lo escuchaban después del recorrido que había arrancado a media mañana en el edificio de Ausa, en Piedras y San Juan.
En el recorrido de las obras de la autopista, que integra el anillo vial de la ciudad y corre paralela al Riachuelo también estuvieron Kelly Olmos y el presidente de Autopistas Urbanas, Felipe Nogués, que no sólo hizo referencias geográficas durante el recorrido sino también históricas. “Felipe Pigna”, bromeó el jefe porteño, en una de esas referencias de Nogués.
La obra de la avenida 27 de febrero, en la zona sur, está siendo ejecutada por Ausa con una inversión prevista de 8. 799. 200 pesos y su “principal función será la redistribución de la red de transporte de cargas que ingresa al ámbito porteño”, según explican en el gobierno porteño.
“Gran parte del tránsito pesado que hoy circula por las avenidas Roca y Amancio Acorta lo hará por la nueva avenida. Desde el punto de vista del planeamiento urbano, aportará urbanización a la ribera del Riachuelo”, apuntan desde Ausa.
Con traje oscuro y muy molesto por el paro en el Garraham, al que volvió a catalogar de “salvaje”, Ibarra hizo preguntas y apuntó explicaciones durante la hora que duró el recorrido.
La longitud del tramo de la autopista es de 2000 metros. El proyecto, según apuntaron fuentes oficiales, contempla la construcción de dos calzadas de hormigón con dos carriles por sentido y un cantero central de 4 m. Para la calzada del lado de los inmuebles, está prevista la construcción de un carril auxiliar que servirá para operaciones de carga y descarga de los establecimientos industriales de la zona. También se contempló la construcción de verdeas y parquización.