El carisma de Joss Stone

El carisma de Joss Stone

La cantante británica de soul colmó el Luna Park este miércoles por la noche, en el primero de sus dos recitales en la Ciudad de Buenos Aires. Con sólo veintiún años de edad y dueña de una poderosa voz y un estilo despojado de artificios, dio sobradas muestras de madurez interpretativa.


La pregunta era cómo se vería en vivo una chica de veintiún años haciendo su repertorio de soul y funk, siendo blanca y británica, sin haber "sufrido" para cantar las canciones que canta. Los prejuicios quedaron de lado del momento que salió al escenario y empezó a cantar. Ataviada únicamente con un camisolín violeta y blanco, descalza, Joss Stone se hizo cargo de todo el show mostrando que es la "verdadera y única" representante del revival del género en el Reino Unido.

Dueña de una voz poderosa y por momentos conmovedora, la ahora blonda tomó el escenario con una sensualidad que se mezclaba con cierta inocencia carente de histeria. Mientras cantaba, le regalaban cartas y ositos de peluche, en un romance con un público que estaba esperando lo que ocurrió.

Stone abre el show tranquila, como si esperara el transcurso de los acontecimientos. Comienza a sonar "Head Turner" y "Tell me what you gonna do now", ambos de su último álbum "Introducing Joss Stone". En el segundo tema hace una modificación y omite la parte rapeada. Habla con la gente en inglés y dice que está aprendiendo español. Tiene un carisma innato para hacerse cargo del show. Camina y se acerca a ambos bordes del escenario para cantar con el público. Suena "Super Duper" y conquista a un Luna Park que rebalsa de gente. Y el romance aumenta cuando anuncia que la siguiente canción es "The Chookin’ Kind", la que abre su primer álbum "The Soul Sessions".

Su voz es excelente a pesar de que el sonido no es el mejor. El bajo acopla, los teclados no se terminan de escuchar al igual que al guitarrista. La banda es buena, nada más. Todo se basa en el carisma de una chica sorprendemente madura para la interpretación de un género en el que la voz es el elemento principal.

Con "Fell in Love with a Boy" hará que el público haga los coros en una versión completamente diferente, pero de igual calidad, a la realizada por los White Stripes. Con "U Had Me", se ve a la Joss Stone más pop. Para ir cerrando, nada mejor que "Tell me about it". Se va pero vuelve. Hay más. Estamos en la hora y veinte de show. El tiempo pasó volando.

Con "Right to be Wrong", en su último verso, en el que ella pide que la dejen "sola" ("just leave alone", la gente le grita que "No". Joss se ríe con ganas. Y demora estratégicamente el final del tema. Termina la canción y culmina los bises mezclando "Tell me bout it" con el himno de Bob Marley "No woman, no cry". Joss tira flores al público mientras los coristas hacen lo suyo. Se retira y queda la banda tocando. En la platea vip algunos no esperan a que suene el último acorde y comienzan a enfilar para la salida antes de que se enciendan las luces. Se nota un cierto espíritu de "after office" en los que se van apurados. El resto del estadio permanece en sus asientos, aunque los bises hayan terminado. Una vez afuera, las caras y los comentarios del público denotan la satisfacción por el show brindado.

Joss Stone pasó por Argentina. Colmó las expectativas en su debut porteño y por su convocatoria, debió agregar un recital a último momento (para el 21 de junio) a su presentación inicial. Sus armas: una muy buena voz y un fuerte carisma. Y eso nunca no es poco.

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