Las posturas enfrentadas entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad acerca del traspaso de la red de subterráneos a la órbita porteña tienen una causa fundamental, sin cuya resolución no habrá ningún tipo de acuerdo posible entre ambas administraciones. Y la causa no es política, sino empresarial. Y además, tiene nombre propio: el Grupo Roggio.
?Macri no está dispuesto a pagarle a la concesionaria de los subtes, Metrovías, de la cual el Grupo Roggio posee el 90 por ciento, hasta tanto la empresa no presente las pruebas concretas de que sin el subsidio le es imposible prestar el servicio a los usuarios?, le comentó a Noticias Urbanas un colaborador del jefe de Gobierno que conoce a la perfección los motivos de la postura capitalina con respecto al pase.
El político de Propuesta Republicana (PRO) manifestó ante este medio que el subsidio que recibe Metrovías (800 millones de pesos anuales) por parte del gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ?es, en principio, excesivo?, y que, según los datos que obtuvo la administración macrista de varios especialistas vinculados al trasporte subterráneo, ?en la actualidad la concesionaria no necesita ser subsidiada ya que sus ingresos son superiores a las pérdidas?.
Además, del informe de los expertos el propio Macri puso la lupa en los movimientos del Grupo Roggio. ?No hay que olvidarse que antes de ser político, Macri era empresario y de los grandes, por eso desde un primer momento analizó con detalle la rentabilidad de la red de subtes y fue el primero que les dijo a los dirigentes de su máxima confianza que el subsidio que recibía la concesionaria era exagerado?, señaló ante NU un operador de PRO.
?El subterráneo tiene alrededor de un millón y medio de usuarios diarios, que abonan $1,10 el boleto, si lo multiplicamos por los 30 días del mes, el resultado da una cifra cercana a los 49 millones de pesos mensuales. Pero eso no es todo, a ese monto se le debe agregar las ganancias que Metrovías percibe por el alquiler de múltiples locales comerciales ubicados en las estaciones más concurridas de las seis líneas de subtes (A, B, C, D, E y H) y a los espacios para carteles publicitarios que se encuentran en casi todas las estaciones de la red. Sumando todos esos ingresos, la plata que obtendría la concesionaria superaría holgadamente los 50 millones de pesos. Ese número sobraría para pagar los sueldos de los más de cuatro mil empleados del subte y los gastos mensuales de la empresa, con lo cual la ganancia no es nada despreciable?, le explicó a este medio un especialista del sector.
Estos datos son los que maneja Macri y por esa razón pretende que el Gobierno nacional se siente a renegociar el contrato del servicio con el Grupo Roggio para ordenarle que cumpla con su parte en todo lo que tiene que ver con la renovación de los vagones y la mejora en la frecuencia del servicio.
Los que conocen íntimamente al Mauricio empresario y recuerdan sus negociaciones de dinero cuando estaba en Socma y en Boca Juniors, son testigos de que el jefe porteño cuida el bolsillo como nadie y que no es nada fácil sacarle un peso si no está convencido de la utilidad posterior.
En el caso del Grupo Roggio las cuentas que hizo el ingeniero son el principal obstáculo para que la Ciudad se haga cargo de los subterráneos. Y Macri no cederá un centímetro a menos que la empresa baje sus pretensiones en cuanto a los subsidios y se siente a negociar con el Estado enfrentando los números que el Gobierno porteño tiene en su poder. Y que usará para presionar a Metrovías, llegando incluso a darlos a conocer públicamente.