Comedores escolares: sólo controversias

Comedores escolares: sólo controversias

El menú que ofrecen los comedores escolares porteños varió con respecto al del año pasado. En la Defensoría del Pueblo porteña aseguran que tanto la calidad como la cantidad de la ración de las viandas disminuyó y que reciben quejas de padres de alumnos. Lo cierto es que, debido a la crisis, el Gobierno porteño autorizó a las concesionarias de los comedores a implementar un "menú de emergencia" que, según los funcionarios del área, "mantiene los valores nutricionales recomendables para los chicos, dictados por especialistas". Cuatro legisladores de la Ciudad presentaron sendos pedidos de informes al Gobierno porteño para detectar irregularidades en el tema


La Defensoría del Pueblo local denunció en un informe publicado en su revista mensual que maestros y padres de alumnos de las escuelas públicas porteñas se quejan por la disminución en la calidad del servicio alimentario que brindan los comedores escolares de la Ciudad, con respecto al suministrado el año pasado.

El informe de la Defensoría detalla que en una encuesta realizada en 26 establecimientos, un 58 por ciento de los interrogados se mostró disconforme con la prestación de las empresas, mientras que el 77 por ciento aseguró que el servicio en los comedores "disminuyó tanto en calidad como en cantidad". El informe también plantea que las empresas concesionarias encargadas de proveer los alimentos no cumplen con lo establecido en los pliegos de licitación.

A principio del año, al iniciarse las clases, y amparándose en la crisis económica "la Dirección General de Cooperadoras y Comedores Escolares (DGCyCE) autorizó a los concesionarios -a través de una circular- a realizar modificaciones en los menús, tanto en la secuencia como en la variedad de los alimentos", aseguraron en la Defensoría.

"La circular dio vía libre a las empresas para violar las normativas vigentes", afirmó el organismo defensor porteño. Es que la Ley 744 -insistió la Defensoría-, que establece la emergencia económica en la Ciudad, sostiene que no se pueden efectuar modificaciones ahorrativas que afecten la calidad de los servicios esenciales -entre los cuales figuraría el brindado en los comedores escolares-, especialmente los comprometidos dentro de las áreas de educación, salud y desarrollo social.

"El Gobierno porteño tiene que hacer que los concesionarios cumplan los pliegos de licitación o, de lo contrario, rescindirles el contrato", señaló el defensor adjunto porteño Gustavo Lesbegueris, cuyo equipo fue el elaborador del informe.

El relevamiento de la Defensoría asegura que en el actual menú de emergencia el nivel de los platos decayó. "Sobreabundan los fideos, el arroz y las papas en sus diversas preparaciones, escasean los vegetales y la carne, que generalmente es picada, y de postre hay habitualmente mandarinas u alguna otra fruta de estación", señala el informe. Por último, Lesbegueris sostuvo que el problema de los menús escolares surgió cuando "se usó la emergencia económica como excusa para bajar la cantidad y la calidad de las viandas".

LA OTRA CAMPANA: EL MENÚ VARIÓ, PERO LOS VALORES NUTRICIONALES ESTÁN ASEGURADOS

"Si bien es cierto que hubo una modificación en los menús escolares, el nuevo mosaico alimenticio mantiene los valores nutricionales que los chicos necesitan", señaló Guillermo Moranchel, director general de Cooperadoras y Comedores Escolares de la Ciudad, que reconoció que "sí, antes había 16 opciones en el menú y ahora hay 10, pero los valores calóricos y proteicos no variaron". "Así como la situación del país no es la misma desde diciembre último, también el menú escolar se tuvo que adaptar", añadió Moranchel.

El funcionario garantizó que lo que figura en el menú de emergencia fue elaborado por especialistas y mantiene los valores nutricionales recomendados. "Es lo que los chicos reciben", aseguró. Moranchel manifestó que la DGCyCE mantiene fundamentalmente un rol controlador sobre la situación de los comedores escolares: para verificar que los alumnos reciban los menús establecidos, un grupo de profesionales de la Dirección recorre los establecimientos educativos porteños. Y también están atentos a las quejas que elevan las directoras de las escuelas, que son las que observan diariamente los alimentos que los chicos reciben.

"Al detectar anomalías, lo que hacemos nosotros es elevar un acta a las concesionarias. Así nos encargamos de controlar que el menú que reciben los chicos sea el que nosotros aprobamos", afirmó el director general. Moranchel se sinceró explicando que "por ejemplo, en lugar de puré de papas, ahora se les da puré mixto de papa y batata. En eso varió. Pero el nuevo menú se las arregla para que se compensen los valores nutricionales".

También existe un dato interesante, que es que la cantidad de alumnos becados con la vianda escolar se incrementó este año alrededor de un cinco por ciento en relación con el año pasado: en el 2001 se otorgaron 167.798 becas desayuno, 60.153 becas comedor y 35.712 becas de refrigerio. Todas las cifras se incrementaron en 2002, ya que fueron becados 172.807 alumnos con desayuno, 63.746 con almuerzo y 42.197 con refrigerio.

ALGUNOS LEGISLADORES PORTEÑOS EMPEZARON A INTERIORIZARSE EN EL PROBLEMA

A raíz de todo esto, algunas autoridades de la Ciudad empezaron a tomar cartas en el asunto. En la Legislatura porteña, cuatro diputados presentaron un múmero igual de proyectos de resolución a través de los cuales le solicitaron al Poder Ejecutivo que brindara respuestas sobre la problemática de los comedores escolares.

El contenido de los cuatro pedidos de informes es similar. Lo planteado en ellos es básicamente que el Ejecutivo porteño informe si las concesionarias están cumpliendo con lo pactado (tanto en calidad, cantidad y gramaje del servicio) y, de no ser así, en qué escuelas hay irregularidades, cuáles son las concesionarias responsables y qué medidas se han tomado para solucionarlas.

"Consideramos imprescindible saber si los alumnos reciben en los comedores escolares los alimentos apropiados y necesarios con el fin de que no se acrecienten los casos de desnutrición en nuestra ciudad", manifestó el legislador Julio Crespo Campos (UCeDé), autor de uno de los cuatro pedidos de informes. "Muchos de estos niños sólo comen en la escuela, por lo que es imperioso que en el menú se contemple esta cruda realidad", manifestó Crespo Campos.

Por su parte, la diputada Irene López de Castro (Bases y Puntos de Partida) denunció en su pedido de informes que "se elaboró un menú de emergencia sobre la base del equivocado concepto de mantener el valor calórico de los alimentos, sacrificando el valor proteico". López de Castro reveló que "a pesar de esta disminución proteica, el anterior menú costaba 0.75 pesos y el de emergencia fue valuado en 0.83 pesos".

"Se detectaron niños con necesidades alimentarias en establecimientos de distinto nivel, de las zonas más carenciadas. El hambre de los niños tiene consecuencias en el presente y en el futuro, porque reduce su capacidad para adquirir conocimientos y, en los casos extremos, produce daños irreversibles en su posibilidad de desarrollo", sostuvo a su vez el diputado justicialista Julián Licastro, autor del tercer proyecto en cuestión. "Es imprescindible resolver esta situación, para asegurar la vida y la dignidad de nuestra niñez en riesgo", concluyó.

Por último, el legislador Guillermo Oliveri, también del PJ, manifestó que su pedido de informes fue motivado por "las manifestaciones que recibí sobre la disminución de la calidad y cantidad de los productos comestibles que llegan a los niños integrados a los programas de Comedores Escolares Públicos". Oliveri finalizó afirmando que "los chicos deberían gozar de todas la oportunidades para su desenvolvimiento. La protección de su salud y su educación son prioridades indiscutidas de esta Ciudad Autónoma".

Por su parte, la legisladora Lucila "Pimpi" Colombo -presidenta del bloque del PJ- realizó un estudio sobre la comida repartida en los comedores escolares.

ESTE VERANO, LOS COMEDORES ESCOLARES PERMANECERÁN ABIERTOS

El invierno pasado las escuelas de la ciudad se mantuvieron abiertas todas las vacaciones. En la DGCyCE revelaron que 22 mil chicos concurrieron, en ese lapso, a los comedores para alimentarse.

Moranchel destacó la solidaridad de los directivos, personal de las escuelas y de los padres de familia que se las ingeniaron para darles de comer a esos 22 mil alumnos. "A lo mejor esos chicos, si no estaban abiertas las escuelas, en las vacaciones no comían o salteaban una comida", destacó el funcionario porteño.

Para el verano que ya se acerca el Gobierno porteño planea que los comedores de algunas escuelas de la Ciudad -de las de las zonas más carenciadas- permanezcan abiertos, tal como sucedió en las vacaciones de invierno. La idea es que los chicos tengan disponibles los comedores escolares desde que se terminen las clases hasta que comiencen las colonias de verano y que no se interrumpa el servicio en ningún momento del año.

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