“Hoy, la bandera del tango la llevan los bailarines”

“Hoy, la bandera del tango la llevan los bailarines”

Hijo de la recordada Mónica Carranza, alma máter del hogar Los Carasucias, se abrió camino con tesón y talento en el mundo del 2x4. Ahora presenta su show "Tango y nada más". Y habla sobre su carrera, su madre y Estela Raval, su madrina artística.


Tango y nada más es una idea que ya tenía hace más de diez años. Trabajé con distintas compañías y viajé a varias partes del mundo, y siempre escuchaba en los camarines a los bailarines de escenario decir que los bailarines de salón no pueden bailar arriba de las tablas. Siempre hubo como una rivalidad entre estos dos grupos. Soy un poquito de los dos porque soy bailarín de escenario pero empecé bailando en el salón, en la milonga. La variante de escenario es que éste puede ser un bailarín de clásico o de folclore que se dedica al tango y hace un show; el de salón sólo baila tango. Admiro mucho el baile de salón ?que es el del tango más tradicional?, y siempre pensé qué bueno sería hacer una compañía con estos bailarines. Entre las cuatro parejas que convoqué hay tres que son campeones del mundo y la otra salió segunda o tercera. Somos amigos, les tiré mi idea y se engancharon de una. Dijeron ?qué bueno poder hacer lo nuestro arriba de un escenario?. Algo distinto a lo que veníamos haciendo.

Hoy por hoy, los que llevan la bandera del tango son los bailarines. En otros años, fueron las grandes orquestas y después los cantantes, como Rufino, Mauré o un montón que eran de primera categoría. Pero me parece que hoy el tango entra más por el lado del baile. Yo bailo de chiquito. Después estudié música y me morí cuando metí la mano por primera vez en un piano. En mi caso, soy pianista y lo combiné sin problemas con la danza, aunque la tomaba como un hobby, ya que era músico. A los 24 o 25 años empecé a bailar profesionalmente. Un día hablé con Estela Raval para preguntarle si conocía a alguien para ir a bailar a Canal 26, ya que ella es la madrina del canal. Me pidió que le llevara material. Se lo alcancé al Astros, donde estaba haciendo un show. Ella ya me conocía de otros lados, por gente amiga y familiares en común. Ahí me pidió que bailara un tema. Cuando termino, me dice: ?¿Querés debutar mañana, conmigo, acá en el Astros? Yo te voy a amadrinar?. Y de ahí empecé a laburar en El show de Estela Raval. Estelita fue mi hada madrina.

Impasse 1: Calor que derrite el de Buenos Aires. Roberto llega puntual al Margarita Xirgu. A pesar de todo, como buenos porteños, tomamos café y empezamos una charla cálida y emotiva, que llega hasta el grupo TKiero, de chicos ?carasucias?.

El tango me entró de bebito, ya que mi vieja lo escuchaba mucho. Ella fue un pilar en mi vida y teníamos una unión tremenda. Me hubiese gustado que estuviera en esta función aunque sé que va a estar igual. Me apoyó mucho. Amaba el tango, se dormía escuchando tango. Tenía seis años y ella me decía: ?Negro, vení a escuchar esta letra?. Así escuché a D?Arienzo y Mauré. El primer tema que aprendí a tocar en el piano es ?Amarras?. Empecé a tocar a los 10, 11 años, y fue con este tema. Ya estaba metido en esto.

¡El grupo TKiero! ¡Qué buena historia! Yo tocaba en un grupo: Angie y la Diferencia, con mi novia Angie. Con ella ganamos un concurso de baile en Azúcar y armamos un grupo. El papá de Angie laburaba para Alcides y justo se muere Gilda. Habíamos grabado dos temas y nos llaman de Leader Music. A los dos meses, mi vieja me tira la idea de armar un grupo con un par de chicos carasucias. Les enseñé a tocar y los llevamos a Leader. Mi vieja eligió el nombre porque también tiene un mensaje. Además, para venderlo, te tira a un estado. Laburamos mucho. Todos los temas de ese grupo los hice yo y ahora somos todos amigos. Ésa fue mi primera experiencia en producción.

Impasse 2: Charlamos de música y recuerdos pero también del presente. Roberto se hizo cargo de la labor de Mónica en el hogar Los Carasucias. Y nos cuenta los pormenores de esta tarea y el gran recuerdo que le dejó su mamá.

Después de lo de mamá (falleció el 28 de diciembre de 2009), me hice cargo de la fundación. Estoy contento porque se unió mucho mi familia para ayudarme, si no era imposible. Siempre estuve al lado de mi vieja como hijo pero no estaba inmerso en la tarea que ella desarrollaba. Estar con la vieja era mi cable a tierra. Antes de que le pase lo que le pasó, me dijo que quería que me encargara de todo porque era el que más la conocía y sabía qué era lo que ella quería. Fue difícil pasar el duelo (lo estoy pasando) y hacerme cargo de un hogar de 70 chicos, que viven ahí, de bebés recién nacidos y chicos de hasta doce años. Además tenemos otro hogar de madres con chicos. Son 90 personas. Y después está el comedor, al que vienen cientos de personas todos los días. Estoy con todo ahora, y mi prioridad es el hogar de chicos en el que mi vieja dejó la vida, en Lisandro de la Torre 1948. Hoy en día sólo nos ayuda el Ministerio de Desarrollo Social, que conduce Alicia Kirchner. Siempre nos dieron una mano. Cuando pasó lo de mi vieja, se portaron de primera. Ciudad no se acerca. No sé por qué, pero no.

Hay muchos que me preguntan en qué quiero que me ayuden, y siempre les digo: ?Vení al hogar y hablamos?. Te puedo contar pero tenés que verlo. Quedate ahí un rato con los chicos. No traigas nada. Si podés venir una vez por semana para leerles a los chicos, fantástico. ¿Sos pianista y querés enseñarles? ¡Dale! Venite a ser un tío más. Mi vieja fue una chica de la calle que sufrió mucho. Ella quiso que fuera un hogar. Acá no hay encargados ni nada. La única presidenta de la fundación fue mi vieja y hoy sólo quiero que los chicos estén bien.

Tango y nada más. Teatro Margarita Xirgu. Chacabuco 875. Viernes y sábados, a las 20.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...