Tal como anticipó Noticias Urbanas en su anterior edición, la política argentina depende de la movida de la dama. ¿Qué quiere decir esto? La centralidad del kirchnerismo condiciona al resto de los actores. Va de suyo que no hay márgenes demasiado amables o pacíficos para que la posible no candidatura de Cristina sea una decisión diáfana. El tendal de heridos que esa decisión podría arrojar (empezando por los heridos propios dentro del peronismo) llena de escepticismo secreto aún a aquellos que más refuerzan esa versión.
Pero el verano está lleno de trucos, de juegos de mesa, de ajedrez de jubilados? y en esas charlas se cuecen habas, se inflan globos. La verdad es que algunas internas se van exponiendo y, por ahora, hacen más a la vida interna y cambiante de cada fuerza que a una proyección firme sobre el tablero nacional.
Los radicales sufrieron a nivel nacional la ?inesperada? candidatura de Ernesto Sanz, más a gusto de cierto establishment, bellamente presentada por algunas de las plumas del diario Clarín, y que le hace la vida imposible a Ricardo Alfonsín. El partido centenario tiene tres hitos en su recuperación reciente: la ruptura de Cobos con el kirchnerismo, la muerte de Alfonsín y la procesión bastante virtuosa de la herencia por parte del hijo.
Sin embargo, ese combo sólo ha servido para recuperar la descorazonada autoestima radical y no ha sido claro en la proyección de un liderazgo perdurable. Y como encuesta mata galán, el señor Sanz salió a partir aguas, escudado en parte de la estructura alfonsinista que se siente relegada de la herencia política del viejo caudillo. Así se explica la reaparición de Jesús Rodríguez (cuya barba fue el signo del tiempo progresista de aquellos años 80) al lado de Ernesto Sanz y aportando ideas y tejido en la difícil tarea que al senador le cabe: que lo conozcan.
En PRO las aguas bajan turbias. Durán Barba salió (¡hasta en Página/12!) a recolectar solidaridades y a medir el impacto de una candidatura a presidente de su amigo Mauricio Macri. La recolección que se plantea parece una tarea titánica y utópica: hasta habló de sumar comunistas a las huestes del PRO. Es claro que sumar ex comunistas fue una tarea que ya cumplió el macrismo, y su primer gabinete fue una muestra de ello.
Pero la suma de comunistas en realidad presupone la suma de ?comunismo? y toda su gestión concreta de gobierno es una enorme demostración de insensibilidad social que hasta ha espantado a los pacíficos portadores de alguna doctrina social que engordaron de incienso sus filas. La opción Macri presidente es la que cierra la sangría constante del cadavérico Peronismo Federal. Allí, algunas figuras como Das Neves marcaron su límite. Macri es el límite para el gobernador peronista díscolo.
Así las cosas, la interna kirchnerista en la Ciudad, comparada con las internas socialista, radical o macrista, parece representar el teatro de la socialdemocracia en el ?partido de la crispación?. Tanto Boudou como Filmus y Tomada se muestran prudentes y sutiles en la marcación de diferencias mutuas.
No quieren que la sangre llegue al río y, en la mejor de las versiones, se trata de una disputa suavemente ideológica que reúne conceptos como progresismo y populismo, tal como en la blogósfera K se discute. Cualquiera que se sumerja en ese mundo virtual podrá constatar que se sacan chispas entre progresistas y peronistas del proyecto K.
En todos los escenarios se trata de una política que hace playa en una ciudad que ya no es la misma. Que nunca es la misma. Que cambia, como todo cambia. Y al respecto sirven estas líneas para condensar a qué nos referimos.
Escribió Artemio López en su blog: ?El avance de las fronteras socio-ambientales típicas del sur de la Ciudad Autónoma hacia el centro del distrito es ya un fenómeno muy consistente. Considérese sólo que, si en el año 1990 habitaban villas de emergencia 50 mil ciudadanos, hoy residen 270 mil, un crecimiento del 440% de este segmento poblacional, todos residentes con NBI (necesidades básicas insatisfechas). Los indicadores sociales deteriorados (pobreza, indigencia, mortalidad infantil, casas tomadas, hacinamiento, asentamientos) se desplazan hacia el centro, y toman barrios emblemáticos, residencia de los históricos segmentos medios plenos que dominaban el distrito: Flores, Parque Chacabuco, Almagro, San Telmo, Balvanera, hasta la periferia de Villa Crespo…?.
¿Cómo se llama el post que ajusta esta realidad? ?La muerte del viejo progresismo.?
La Ciudad, cada vez más, se parece al país.