A punto de dejar su banca en el Congreso (su mandato vence el miércoles 10 de diciembre), Lilita Carrió redoblará su presencia en el territorio porteño con la idea del volver a postularse en el 2005 como diputada por Capital Federal. Por lo pronto, ya fijó su domicilio en la Ciudad de Buenos Aires, cuando hasta hace dos meses lo tenía en Chaco, su provincia natal.
"Lilita va a militar en Capital. Va a caminar los barrios para fortalecer el ARI", informó a NOTICIAS URBANAS uno de los voceros de Carrió.
Enojada con su ex aliado, Aníbal Ibarra, a quien acusó públicamente de estar "devaluado" y de haber descendido a la categoría de "operador de Alberto Fernández", Carrió parece estar decidida a poner todas sus fichas en la pelea porteña, en un electorado sobre el que construyó buena parte de su carrera política y que -hasta ahora- era uno de los más hechizados por su discurso.
Una de las versiones que circulaba en estos días, a raíz de la crisis de identidad que vive el lilismo con la irrupción del kirchnerismo en el escenario político, es que Carrió tenía en mente desarticular el ARI para armar otro espacio político.
Con esta idea estuvo especulando la chaqueña en charlas informales con dirigentes de su partido, según confiaron a NOTICIAS URBANAS fuentes cercanas a la dirigente.
La relación con Ibarra quedó herida cuando el jefe de gobierno nombró a su ex operador político, Rafael "Balito" Romá, al frente de la Secretaría de Desarrollo Social de la comuna.
Públicamente, el ARI había anunciado que sus dirigentes se abstendrían de ocupar cargos en el Gobierno nacional o en la Ciudad. Sin embargo, Balito desoyó la voz de su entonces jefa política y aceptó la oferta de Ibarra.
"Son dirigentes que buscan destruir al ARI", lanzó Lilita después del nombramiento. Aunque sin aludirlo directamente, todos entendieron que el dardo iba dirigido inconfundiblemente a Romá.
En verdad, Carrió -que apoyó la reelección de Ibarra- venía negociando para Romá la dirección de alguno de los entes descentralizados de la comuna porteña, pero en el medio de las negociaciones se enteró de que Balito había aceptado por su cuenta la oferta de la conducción del área social en el gabinete porteño.
"Todavía hay demasiado oportunistas en nuestro propio corazón", se enojó Lilita. Ocurre que, desde que asumió Néstor Kirchner, muchos dirigentes aristas vienen siendo cooptados por La Corriente, el nombre que asume el kirchnerismo en el interior del país. Así, el gesto de ‘Balito’ se inscribe en ese desbande partidario.
En público y en la intimidad, Lilita trata de restarle importancia a la lista de pases que se abrió desde sus filas hacia el kirchnerismo. "Mejor así; de esta manera se va a fortalecer un núcleo duro de dirigentes que tengan claro el norte y no estén tan interesados en los cargos", justifica.
A partir del 10 de diciembre, Lilita tiene en mente dedicarse a formar dirigentes en su propio espacio. Para eso, en abril o mayo del año que viene lanzará el instituto de formación de dirigentes del ARI. Una suerte de escuela de formación de cuadros políticos en Capital, Rosario y La Plata.