Producto de un proyecto presentado por la diputada Silvia Majdalani (PRO), la Legislatura porteña distinguirá a Facundo Cabral como Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la ceremonia, que se realizará el martes 16 de septiembre, a las 18 horas, en el Salón Dorado, el afamado cantante, compositor y escritor argentino recibirá una medalla y un diploma de honor, no solo por sus casi 50 años de trayectoria, sino por "su infatigable labor como mensajero de paz y unidad de los pueblos del mundo", tal como indica el artículo primero de la ley N° 2844.
En los fundamentos de la normativa, aprobada el pasado 28 de agosto por los 41 legisladores presentes, Majdalani señaló que la de Cabral es la "historia de un hombre que se transformó a sí mismo. Historia de un hombre al que una mujer, Eva Perón, a quien vio dos veces en su vida, lo marcó para siempre regalándoles un futuro que si duda supo aprovechar".
Hijo de Sara y Rodolfo, Facundo Cabral nació el 22 de mayo de 1937 en La Plata y tuvo seis hermanos, cuatro de los cuales fallecieron siendo muy pequeños. Todavía era chico cuando Rodolfo los abandonó. Entonces, Sara y sus hijos emigraron a Tierra del Fuego. Desde el lugar más austral del mundo y tratando de sobrevivir, la diezmada familia empezó a recorrer el sur. A los 9 años, con su madre muy enferma, Facundo viajó solo hasta Capital Federal con un solo objeto: pedir ayuda al entonces Presidente Juan Domingo Perón. No bien pisó suelo porteño, Cabral preguntó cómo llegar a la Casa Rosada para ver al Primer Mandatario. Pero como le informaron que, al día siguiente, participaría de un Tedeum en la catedral de su ciudad natal, caminó hasta Constitución y tomó el primer tren. La primera noche la pasó en la intemperie. Con los primeros rayos del sol, Cabral se plantó en la entrada del edificio religioso. Apenas divisó el auto presidencial, se puso a la par y le dijo al general: ". ¿hay trabajo?". La respuesta se la dio Eva Perón: ". por fin alguien que pide trabajo y no limosna". Veinticuatro horas después, por indicación de la Primera Dama, Cabral fue llevado a Perú 160, por entonces sede la Fundación Eva Perón, hoy Palacio Legislativo porteño. Tras su relato, dos pilotos y un médico viajaron en avión hasta al sur y trajeron a Sara. Mientras tanto, Cabral y dos hermanos, por orden de Eva Perón, fueron a trabajar a Tandil, como caseros de una escuela. A los 14, aún analfabeto, Cabral fue internado en un reformatorio. Pero un jesuita, que le enseñó a leer y a escribir, lo ayudó a escapar.
Tiempo después, influenciado por Jesús, Ghandi y Krishnamurthi (a quien conoció y considera como un padre), en lo espiritual, y Whitman y Borges, en lo literario, se afincó en Mar del Plata. Allí, mientras trabajaba en un hotel, comenzó a tocar la guitarra y a cantar. Lo demás es historia conocida. En 1960 grabó su primer disco y una década después él éxito le tocó su puerta, con la canción "No soy de aquí, no soy de allá". Con su música a cuestas, Cabral recorrió el mundo y se relacionó con personalidades, como la madre María Teresa de Calcuta. En 1996, la UNESCO lo declaró Mensajero Mundial de la Paz. En casi 50 años de carrera grabó innumerables discos y escribió cientos de canciones y más de diez libros.



