Luego de padecer por más de un año de un cáncer de pulmón, con metástasis ósea, falleció a las 20:30 el ex Presidente de la Nación, Raúl Ricado Alfonsín.
El anunció lo realizó su médico personal, Alberto Sadler, en la puerta de la casa del ex Presidente, en Avenida Santa Fe al 1600, en el barrio porteño de Recoleta.
Sus restos serán velados en el Salón Azul del Congreso de la Nación, tras ser trasladados en las primeras horas de la mañana del miércoles 1 de abril. El sepelio se realizará en día 2 de abril hacia el mediodía, en el Cementerio de la Recoleta, ubicando sus restos en un monumento que será allí instalado.
El Presidente en ejercicio, Julio Cobos, firmó un decreto por el cual se decretan tres días de duelo nacional.
Hijo de Serafín Raúl Alfonsín Ochoa y Ana María Foulkes, el ex mandatario nació el 12 de marzo de 1927 en Chascomús, provincia de Buenos Aires.
Se afilió a la Unión Cívica Radical en 1946. Como integrante del Movimiento de Instransigencia y Renocación de la UCR, fue electo concejal en Chascomús 1951.
En 1949 se casó con la que fuera su mujer toda su vida, María Lorenza Barrenechea. En 1950, sin dejar su Chascomús natal se recibió como abogado por la Universidad del Salvador.
Como político ocupó los cargos de diputado provincial, diputado nacional, senador y Presidente de la Nación en 1983, en el regreso a la democracia. También presidió el comité de la UCR en Chascomús y años más tarde a nivel nacional.
En 1976, meses antes que el golpe de estado irrumpiera, Alfonsín fundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, organización desde la que denunció la violencia de la Triple A.
En el regreso a la democracia, integró la formula junto a Víctor Martínez y se consagró, el 30 de octubre de 1983, como Presidente de la Nación. Obtuvo el 51.7 por ciento de los votos, contra el 45 por ciento que obtuvo la fórmula Italo Luder ? Deolindo Bittel. Como jefe de Estado asumió el 10 de diciembre de 1983, Día Internacional de los Derechos Humanos.
En la misma semana en que asumió su mandato, ordenó por decreto juzgar a las juntas militares y las cúpulas guerrilleras. Creó también la comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) que se encargó de documentar las violaciones a los Derechos Humanos en el libro Nunca Más.
Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín comandaron tres sublevaciones militares a las que Alfonsín hizo frente en la semana Santa de 1987.
Tiempo después sancionó la Ley de punto final que fijaba un límite de 60 días a las acciones penales contra militares y creó la Ley de obediencia debida, que exculpaba a los oficiales que actuaron obedeciendo órdenes.
Los puntos débiles de su mandato como Presidente de la Nación fueron los proyectos de trasladar a Viedma la Capital de la Nación. También fueron desaciertos su política económica, que dieron como resultado una situación de hiperinflación y convulsiones sociales que llevaron a que el traspaso de mando a Carlos Menem como nuevo máximo mandatario se adelantara.
En 1994 firmó con el entonces Presidente Carlos Menem el Pacto de Olivos, que le permitió a éste modernizar la Constitución Nacional y conseguir la reelección presidencial.
En junio de 1999 tuvo un accidente automovilístico de gran gravedad y cinco años mas tarde, en 2004 sufrió la pérdida de Amparo Alfonsín, su nieta de 15 años.
Tras la estruendosa salida de Fernando De la Rúa de la Presidencia de la Nación, Alfonsín intentó reconstruir la UCR a nivel nacional. Impulsó la candidatura de Roberto Lavagna y ya en 2008 promovió el regreso al partido de Julio Cobos.
Homenajeado en vida, fue declarado ciudadano ilustre en un acto en que la Presidenta Cristina Fernández descubrió un busto con su imagen en la Casa Rosada. A los 25 años del regreso a la democracia, la UCR organizó un acto en homenaje en el estadio Luna Park, al que Alfonsín no pudo acceder debido a su estado de salud.
"Democracia es con la que se vota, pero también con la que se come, con la que se cura y con la que se educa", fueron algunas de sus palabras que más se recuerdan.