Los peatones conforman el grupo con mayor riesgo de vida en accidentes de tránsito en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad indica que representan el 48,30 por ciento de las víctimas fatales y el 29,50 por ciento de las lesionadas. Según indican las cifras, cada mil automovilistas heridos mueren 6, mientras que de mil peatones atropellados, fallecen 17.
Por otra parte, se advierte que el 70 por ciento de la "siniestralidad peatonal" ocurre en intersecciones donde hay avenidas, que se presentan como las vías con más distancia de cruce y con elevadas velocidades máximas permitidas; además son las que posibilitan realizar maniobras más imprudentes por parte de los conductores, como por ejemplo girar con amplios radios.
Las avenidas con mayor número de personas atropelladas a lo largo de su recorrido son Rivadavia (200 víctimas), Corrientes (143), San Juan (78), Córdoba (77), Santa Fe (73), Belgrano (70), 9 de Julio (65). Del análisis elaborado por la Defensoría, también surge que las zonas más críticas para la movilidad peatonal son: Montserrat, San Nicolás, Balvanera, Constitución, San Cristóbal y San Telmo. En estos barrios sucedieron entre 40 a 80 accidentes con peatones por km2, lo que equivale a un índice ocho veces superior al obtenido en Villa Devoto, Villa Pueyrredón, Versalles y Villa Lugano.
En relación con las personas damnificadas, la investigación señala que los jóvenes varones, los niños y los ancianos son los más afectados. En primer lugar, se determinó que los jóvenes de sexo masculino entre 19 y 39 años son los de mayor intervención: de un total de 3.441 víctimas atropelladas, 836 son varones de ese rango de edad. Por su lado, se observó que los niños menores de 9 años y los adultos mayores de 80 reflejan un considerado riesgo de muerte en este tipo de hechos: a diferencia de los jóvenes, los niños presentan tres veces más posibilidades de morir, y los ancianos siete.
Según diferentes estudios internacionales, se demostró que pequeñas reducciones en la velocidad significan una importante incidencia sobre la tasa de mortalidad. Ya que, un peatón alcanzado a 64 km/h tiene un 85 por ciento de posibilidades de morir, mientras que a 48 km/h y a 32 km/h, la probabilidad disminuye al 45 y 5 por ciento respectivamente.
(Foto de la gráfica de una campaña para prevenir accidentes de tránsito en Brasil).