El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, visitará este viernes las obras en construcción de la nueva línea H de subterráneos. NOTICIAS URBANAS lo hizo en la mañana del jueves y recorrió las estaciones Caseros e Inclán por el túnel que albergará la línea transversal que cruza el esquema radial con el que fue concebido el sistema de subterráneos porteño.
La construcción de la Línea H de subterráneos comenzó en enero de 2001 y su traza unirá dos centros de gran tráfico en la Ciudad: Pompeya y Retiro, algo que permitirá además a los usuarios realizar combinaciones con las demás líneas de la red de subterráneos operadas en este momento por la empresa Metrovías.
Hace más de sesenta años que no se construía una nueva línea de subterráneos en la Ciudad. Salvo la Línea A, que data de 1915, casi todas las demás fueron construidas en la década del treinta. Un experto en obra pública conocedor de antiguas gestiones municipales consultado por este medio reconoció que estas obras no se hacían porque "a nadie le gusta enterrar el presupuesto", en referencia a las obras que se construyen bajo tierra como el subte o los entubamientos de arroyos, ya que la gente no puede verlos y causa prolongadas molestias en la vía pública.
Para su construcción, la Línea "H" fue dividida en tramos, ya que luego de la licitación realizada, la crisis del 2001 demolió la estructura de costos planificada. Las obras, si bien disminuyeron su ritmo, nunca se detuvieron.
SBASE es la sociedad del Estado que a través de la empresa Dycasa-Dragados (España) está realizando esta obra civil que consta de dos niveles bajo tierra. Uno es para boleterías y baños (hall). En el inferior se encuentran los andenes de ascenso y descenso de pasajeros de los coches y las vías de circulación de las formaciones.
Esta etapa comprende la construcción de las estaciones: Caseros, Inclán, Humberto 1º y Venezuela -ubicadas debajo de la avenida Jujuy- y la estación Once debajo de la avenida Pueyrredón. En el próximo tramo se agregarán dos nuevas estaciones (Parque Patricios y Hospitales) sobre las cuales se está trabajando. Recién en una tercera etapa, se llegará a unir Pompeya con Parque Patricios. Es de destacar que en el caso de Humberto Primo -en donde se hace combinación con la línea E- fue necesario hacer un tercer nivel para pasar por debajo de la misma.
LA VISITA DE NOTICIAS URBANAS
La visita guiada especial para NOTICIAS URBANAS fue conducida por el ingeniero Marcelo Garibaldi quien previa colocación de los cascos protectores nos hizo bajar en la estación Caseros ubicada en la intersección de esa avenida con Jujuy, el mismo lugar donde se comenzará la recorrida de Aníbal Ibarra este viernes a las 12. El descenso por una escalera pequeña desemboca en el hall de la amplia estación Caseros, que será el final del primer tramo que quedaría terminado aproximadamente para julio-agosto del 2005 en su fase estructural y de arquitectura. Después se realizará la señalización y el resto de las necesidades para hacer operativa la línea.
"En la obra han llegado a trabajar casi 550 personas, aunque ahora estamos en el orden de las 400", contesta Garibaldi mientras la pequeña pala mecánica que trabaja furiosamente dentro del túnel detiene su motor para no llenar de polvo a los invitados que avanzan porel túnel. Justamente ayer estaba todo listo para unir dos túneles justo en la curva de la salida hacia Parque Patricios con el tramo ya construído. A la entrada de esa curva también se bifurcará un escape que llegará al taller de atención y mantenimiento de los trenes, no previsto en ese lugar en un principio pero ahora necesario para la puesta en marcha del tramo.
"Acá no sólo vienen periodistas y funcionarios, esta obra también es visitada por universitarios adelantados de carreras afines y también por grupos de profesionales interesados en conocer la tecnología utilizada", agrega.
Los revestimientos de los pilares que serán de distintos colores en cada estación, son mosaicos de aproximadamente 3 cm X 3 cm. Pequeños, ya que por la vibración a la que serán sometidos se pueden desprender algunos y la idea es evitar accidentes. Los de Caseros todavía no están colocados porque no se llegó aún a la fase de arquitectura "donde todos opinan, ya que eso es cuestión de gustos y precios. En cambio de la estructura civil nadie abre la boca" sonríe atento Garibaldi. Los mosaicos de Inclán son de color marrón bastante oscuro.
"Siempre vamos a dejar lugar para poder realizar alguna actividad cultural", sostiene el ingeniero respecto de la amplitud de las estaciones, en la que los no videntes tendrán (y ya están hechas) guías amarillas para desenvolverse dentro de la estación y una franja en el piso con pequeñas incrustaciones redondas que le avisan la cercanía de las vías. Quienes posean capacidades diferentes podrán bajar a las estaciones por ascensores dispuestos uno a cada lado de la calle.
La primera etapa de la construcción en la cual se colocan los pilotes de sostén se hace por mitades para no obstruir la arteria en su totalidad en ningún momento. Una vez colocadas las dos filas de pilotes se empieza la excavación -ya con toda la avenida habilitada- que es realizada por una máquina especialmente comprada por la empresa, que posee una cinta transportadora que depositará la tierra sacada en los camiones, que luego es llevada como relleno a otros lugares, como el Parque de la Memoria, en la Costanera Norte.
Paralelamente a la colocación de los pilotes se construye el techo y luego la loza, de forma cóncava, como también lo es el piso sobre el que correrán las vías, y que no sólo tendrá que aguantar el peso de la estructura que tendrá encima sino el empuje de las napas desde abajo. Bajo los andenes de 120 metros de largo, corren ya colocados los conductos de refrigeración mientras que la ventilación cuenta con respiradores cada 75 metros, que son las rejillas que uno puede ver en las veredas y que tienen una trampa de agua para cuando llueve.
Según cifras proporcionadas por el Gobierno de la Ciudad la estación Caseros tiene completado un 85% de su estructura y nada de arquitectura; la estación Inclán un 100% de su estructura y un 50% de su arquitectura; la estación Humberto Primo, un 95% de su estructura y un 40% de su arquitectura; la estación Venezuela, un 100% de su estructura y un 25% de su arquitectura; y la estación Once, un 68% de su estructura.
Garibaldi asegura que si bien no estamos en el nivel "de punta europeo, la construcción tiene avances significativos en lo que hace a seguridad, ruido, confort y en general en todos los rubros. Por ejemplo, para disminuir la vibración y acolchonar el movimiento de la formación irá una delgada capa de caucho bajo las vías que no tendrán más uniones al viejo estilo, lo que provocaba el clásico saltito con su consecuente ruido, serán una continuidad".
También habrá baños en todas las estaciones, dos escaleras mecánicas por cada acceso y también para bajar de las boleterías a los andenes. Los accesos a a las estaciones tendrán en sus paredes el logo de línea con la letra H, que los hinchas de Huracán no tardarán en agregarle el globito correspondiente habida cuenta que la traza pasará por debajo de la cancha "quemera".
"La calidad del viaje no sólo depende de lo que estamos haciendo ahora en la obra civil, sino del tipo de trenes que se compren", sostiene Garibaldi. A principios de septiembre SBASE licitó la compra de cincuenta y cinco vagones que irán en formaciones de seis y recorrerán este tramo de cinco estaciones, aunque todavía no fue definido por el Gobierno quién se hará cargo de la prestación del servicio. En un principio se había dicho que lo retendría el Estado de la Ciudad a través de SBASE, pero se tendría que reequipar nuevamente para poder brindar la operatividad del servicio necesaria, algo que perdió cuando la Nación licitó las otras líneas, y que ganara Metrovías, que absorbió al personal de Subterráneos de Buenos Aires. Esto genera ciertas dudas y son varias las alternativas que hoy se están analizando, incluida la de la licitación, pero en ese caso sería con participación del Gobierno de la Ciudad. Lo cierto es que hoy no hay una definición al respecto.
La obra impresionó a este cronista por la magnitud y celeridad de su construcción, algo que Buenos Aires no podía esperar más. Entre tantas viscisitudes que se viven a diario en esta Ciudad de la furia, ésta por ahora no se ve pero será una gran logro en un tiempo no tan lejano. También -junto al resto de las ampliaciones en marcha de las otras líneas- constituye un antecedente válido que con voluntad política y sin problemas presupuestarios este tipo de emprendimientos es posible.
