Ibarra alarga los tiempos, pero las definiciones se acercan

Ibarra alarga los tiempos, pero las definiciones se acercan

En una enrevesada negociación, cuyos resultados son hasta ahora inescrutables para el público, lo único seguro -o casi- es que Héctor Capaccioli formaría parte del gabinete de Aníbal Ibarra en representación del kirchnerismo. Todos los demás lugares tienen destino abierto, excepto los que continuarán en sus puestos. El kirchnerismo peleará la vicepresidencia primera de la Legislatura para Miguel Talento, pero esto podría significar que resignen un lugar en el gabinete. La batalla es dura y el apego de Ibarra por alargar los tiempos crispa los nervios de sus aliados, pero también los de su propia tropa


De aquellos buenos tiempos, en los que el amor aún anidaba en los corazones, cuando el 24 de agosto recién había sido, sólo queda el recuerdo. De todos modos, si bien los contendientes no desenfundaron aún sus espadas, hay en el horizonte rumores de conflicto.

El tema que por estos días convoca a los seguidores de Marte es, primero que ninguno, la batalla por la vicepresidencia primera de la Legislatura porteña. Aníbal Ibarra no está dispuesto a resignar la posibilidad de que ese lugar sea ocupado por la legisladora Laura Moresi, una de sus espadas de confianza, que preside actualmente la estratégica Comisión de Hacienda y Presupuesto.

El problema es que, paralelamente, los kirchneristas quieren allí a Miguel "Pancho" Talento, el legendario dirigente estudiantil de la JUP de los ’70, y tan decididos están a entronizarlo como vicepresidente primero de la Legislatura que sus compañeros de bloque suelen preguntar jocosamente a sus interlocutores: ¿quién es el Señor Nadie?, en referencia, "al único que puede reemplazar a Talento en la conducción del Parlamento porteño".

A esta negociación Ibarra quiere imponerle la lógica de la balanza, es decir, que lo que cede en su plato derecho quiere que sea equilibrado con una concesión paralela de sus aliados en el plato izquierdo. Así, si debiera ceder la conducción de la Legislatura, exigiría que le sea devuelta una secretaría de su gabinete. De esta manera, el único kirchnerista que casi con seguridad formará parte de éste es hasta ahora Héctor Capaccioli.

No hay hasta ahora más que rumores acerca del resto del gabinete, excepto los que se quedarían allí después del 10 de diciembre, todos ellos hombres que acompañaron al jefe de Gobierno en los últimos años. Nada se sabe en concreto del futuro secretario de Obras Públicas, aunque es probable que abandone su sillón Abel Fatala, que lo ocupa actualmente. Esto, al menos, en cuanto a lo que de Ibarra depende, ya que es éste quien se muestra renuente a aceptar la sugerencia del kirchnerismo de que Fatala siga en su lugar el 11 de diciembre.

Tampoco existen precisiones acerca del futuro secretario de Desarrollo Social, desde donde casi con seguridad partiría Gabriela González Gass, aunque no hacia el destierro sino hacia algún ente descentralizado u otro organismo.

En los últimos días, la estrategia de Raúl "El Colorado" Fernández fue la de mostrar -ante cada área pedida por los kirchneristas- su intención de preservar ese mismo, justo, preciso espacio para la gente de su riñón político. De esta manera intenta desactivar a sus aliados, que tanto sirvieron el 24 de agosto y que tan incómodos se han vuelto ahora.

De todos modos, se viven días de definiciones. En los últimos días de este mes o en la primera semana de diciembre se acabarán las especulaciones e incluso los intentos de adivinación en los que a menudo cayeron los periodistas. Es que no suele existir tanto hermetismo en las negociaciones políticas como el que hay en ésta. Es probable que ello se deba a que las reuniones para negociar hasta ahora fueron esporádicas y que hasta ahora no se produjeron los resultados definitivos.

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