Este jueves la Legislatura porteña comenzó a solucionar un problema histórico que tienen las peñas folclóricas porque, a pesar de existir desde hace más de 100 años como actividad cultural, siempre debieron gestionar habilitaciones diseñadas para otros rubros cuyas especificidades técnicas no se cuadraban con las de estos locales.
En este sentido, con la presencia de representantes de algunas de las peñas folclóricas que funcionan en la Ciudad se dio aprobación inicial a un proyecto presentado por los diputados Alicia Caruso (Frente Grande) y Chango Farías Gómez (Frente para la Victoria), por el cual se les otorga la posibilidad obtener una habilitación específica para su actividad.
"No se trata de un reconocimiento meramente enunciativo sino de brindarles instrumentos legales para que puedan llevar adelante su trabajo en beneficio de la Ciudad", afirmó Caruso.
Esta es la primera vez que en el país se contempla la realidad específica de estos establecimientos culturales. Hasta ahora, quienes abrían una peña folclórica, aunque fuera muy pequeña, debía adaptarse a normativas que tenían sentido para establecimientos de otras características, por lo que se veían limitados y se llegaba a situaciones absurdas como que si un concurrente tocaba la guitarra en una mesa, estaba violando la Ley.
"En tiempos en los que muchos pretenden confundirnos y hacernos creer que toda actividad pública es peligrosa para nuestra seguridad, nuestra tarea es generar las condiciones para que la vida cultural de Buenos Aires no se apague", aseguró Caruso.
Por su parte, Farías Gómez se reunió meses atrás con el secretario de Cultura porteño, Gustavo López, para pedirle que las peñas folklóricas puedan volver a funcionar al igual que lo hacen las Tanguerías.
"Las peñas no son boliches Clase C, así que no pueden tener los mismos controles que los locales bailables que juntan miles de personas. Por eso, es un gran paso que la Legislatura haya sancionado esta iniciativa que está reparando una injusticia", agregó el legislador.
