La cátedra de la Chona

La cátedra de la Chona

Vuelve al ruedo, de la mano de su entrañable personaje,
con un curso en La Manzana de las Luces. Padilla habla de la responsabilidad del público por lo que mira en TV. Del retiro, dice: “Muchas de mi edad no tienen trabajo”.


Nunca había dado cursos en mi vida. Nunca me decidía. Hablé incluso con amigos, que tienen escuelas. Si uno no está demasiado decidido, no vale la pena hacerlo, pero en este caso tenía muchas ganas de estar con la gente para compartir cosas que aprendí a través del tiempo, de cada director, de cada obra. E incluso de los fracasos se aprende. Tenía que hacerlo desde el lugar más accesible para la gente y con mucha alegría. No empezar estudiando cosas muy sombrías. ¿Por qué la cultura tiene que ser sombría y solemne? El curso se llama ?Sacate la careta?. Nos la sacamos y nos reímos. Es decir, buscar de cada situación, hasta la peor, el lado más rescatable. Siempre hay algo rescatable, incluso en el peor momento.

Todo lo hago a través de la Chona, un personaje que hizo reír a muchísimas personas. Hay mucha gente que me recuerda más por la Chona que por otros trabajos. Lo que siempre me gustó del personaje fue que se sentaba con el marido, debajo de la santa rita, y reflexionaban. Ella quería ser como la cuñada que vive en un barrio privado, con dos autos y se va a veranear a Miami. Entonces, el Hétor le preguntaba: ?¿No estamos bien, Chona??. Mucho del Hétor y la Chona es la generosidad, de correr cuando pasa algo. Eso lo aprendí de la familia.

Impasse 1: Toco el timbre y sale Haydeé, con una sonrisa. Cruzamos a tomar un cafecito. Se sienta y empieza a hablar del teatro y la tele.

No hay retiro para el actor. Los retiran los empresarios y los productores por motivos empresariales o políticos. De alguna manera, pienso que hoy sólo interesan los conflictos arrebatados, cuando en realidad no es así. A la gente le interesa verse identificada, con personas y conflictos de su edad ya sea en el cine, la televisión y aún más en el teatro. Acá lo hizo muchos años China Zorrilla con "Camino a la meca" y también Hilda Bernard o Lydia Lamaison. Son actrices más grandes que yo. Es una edad difícil. Podés contar con la mano las actrices de mi edad o un poco mayores que tienen trabajo. No quiero ser desagradecida porque Pol-ka me dio la oportunidad de volver a la televisión hace un par de años pero estamos hablando de una generalidad. El otro día vi a Gérard Depardieu haciendo Honoré de Balzac. La mujer que hacía de madre era Jean Moreau, con sus 80 años, y está muy bien. Es muy bueno que pase eso. Si una actriz grande dice ?no estoy trabajando?, te tildan de vieja jodida, resentida y no es así, están equivocados. No hay que discriminar o pensar ?la mina está grande? o ?¿tendrá memoria??, cuando son los chicos que recién empiezan los que no se acuerdan la letra.

Fui a ver "La omisión de la familia Coleman" y me pareció genial. Me gusta mucho ir a los teatros independientes que me hacen recordar a lo que hacía cuando era chica. La primera cosa que hice fue "La toma de la Bastilla". ¡Imaginate vos la pretensión que teníamos! La hicimos en el Payró. Vivíamos a la vuelta, con mi familia y era el ?che pibe? del teatro. Fui boletera y aprendí con Onofre Lovero. Teníamos un Spilimbergo que nos lo había dado él y que fue el que salvó al teatro en un momento de crisis.

De chica di el examen para el conservatorio de danzas sin profesora. Me preparé solita, todo un verano, con un libro que me compré y entré con 8. Pasé de la escuela de danza al teatro. Me enloqueció la dramaturgia. Hice Ibsen, Romeo y Julieta, así como obras argentinas. Mis compañeros de otros teatros eran Héctor Alterio, Carlos Gandolfo, Agustín Alezzo. Estaba La Máscara y el Juan Cristóbal, que era otro grupo de teatro. Norma Aleandro estaba en el Instituto de Arte Moderno y con ella éramos como las ?jóvenes promesas?.

Impasse 2: Es imposible charlar con Haydeé y no recordar a la Chona. Se emociona al rememorar sus comienzos pero también habla con convicción de la televisión actual.

Está bien que se pueda elegir dentro de lo que es la televisión pero es responsabilidad nuestra, del público, saber que hay otro tipo de programas, fuera de "Bailando por un sueño" y que no vemos. No voy a hablar mal de Fort porque tuve una propuesta de él, en su momento. Fue muy respetuoso y pensó en mí, pero ya estaba comprometida con un espectáculo.

A nivel trabajo, no me arrepiento de nada de lo que hice. Hice de todo. Y algunos intelectualoides me trataron mal. En cambio, hubo actores que me acompañaron en momentos difíciles. Me acuerdo que estando en el Maipo, haciendo teatro de revistas, murió mi papá un domingo y el martes fui a trabajar. Era amiga de las bailarinas y me acompañaron mucho. Cuando salí al escenario, miré al público y creí ver a mi papá. Enseguida, dos capocómicos vinieron a apoyarme y a preguntarme si me sentía bien. Esos dos eran Marrone y Porcel. Yo no me olvido de esas cosas.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...