Hay que pasar el invierno (jugando)

Hay que pasar el invierno (jugando)

Mientras una ola polar azota la Ciudad, analizamos un mercado que continúa en ascenso entre los porteños: los sexshops.


El porteño típico posee fama mundial; ni por el tango, ni el colectivo, ni el cabildo; por fanfarrones. ¿Cómo? ¿Nunca escuchó un hombre o mujer hablando de sexo? Cualquiera asegura tener un rendimiento excelente, ser una maquinita, como Mascherano jugando de 5. Pero a la hora de la verdad, algo se instaló en la Ciudad y casi todos concurren o han concurrido: los sexshops.

Noticias Urbanas comprobó la nueva tendencia porteña y visitó un local de la cadena Sexshop Argentino, en Cerrito 1060, subsuelo (la cadena también posee un local en Florida 138, local 77 y otros seis en todo Buenos Aires), y llevó adelante un fugaz análisis de mercado. Según el encargado del local, el 60 por ciento de los compradores son mujeres.

El producto que lidera el ranking de ventas y sale como pan caliente (chiste fácil) son los vibradores, en toda su gama: múltiples tamaños, macizos, realísticos, anales y hasta una línea de pellizcables. El precio oscila entre los 30 y los 405 pesos (incluyendo importados). Otros juguetes que cotizan en alza en los últimos tiempos son toda la línea de cueros, látigos y esposas, que tienen diferentes usos y precios.

Otros productos que los porteños consumen son aquellos con apariencia o que se sienten reales, como una boca con una perita que ?succiona? el miembro, con un valor de 280 pesos; para los más pretenciosos, un juguete que simula vagina, ano, vibrador y hecho de material importado asciende a 690 pesos.

Pero no todo son juguetes sexuales, Sexshop Argentino también ofrece juegos de mesa, como el famoso Sexionary ?símil Pictionary? que continúa aumentando su presencia en las previas de los adolescentes. Según su caja es ?para mayores de 12 años? y cuesta 105 pesos. Otros juegos ya son sólo para mayores de 18 años y enfocados a la pareja en la intimidad y rondan los 100 pesos.

Toda la línea de chascos sexuales ?moldes para hielo, sorbetes, muñecos, llaveros, etcétera? también tiene su público fiel, que en la mayoría de los casos los compra para animar fiestas, despedidas o simples reuniones y salidas.

Para quien atiende el local, ?la clientela del sexshop es la misma que la de un kiosco, hay de todo?. Y asegura que por los locales (como así también por el sitio web www.sexshopargentino.com. ar que posee delivery 24 hs.) la gente da vueltas antes de entrar y quizás al principio se muestra tímida, pero que en todos los casos termina comprando algo, y en gran porcentaje, reincide en el consumo.

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